| ᎻᎪᏢᏢᎩᏁᎬᏚᏚ | ᒍᗴᖴᖴ Tᕼᗴ KIᒪᒪᗴᖇ ᙭ Tᑌ

εʟ яεɢαʟıтσ

( ᏟᎻᎪᏢᎢᎬᏒ ᏁᎾ. 1 )

Me encontraba caminando en medio de los largos y oscuros pasillos del orfanato.

Hoy era el día de mi cumpleaños, la verdad no exactamente. Más bien... yo me refería a que hoy era el día en que la señorita Michelle me había encontrado delante de las puertas del orfanato.

Sinceramente no sé si disgustar de este día o seguir ignorándolo como muchas más veces lo he hecho antes.

Sobre todo mi edad es un misterio en un bosque inundado en lo profundo.

Las razones de salir de este infierno son ilusas y desconcertantes.
En ese caso, si no logró salir de aquí moriré infeliz como una vieja y estupida ermitaña, o tal vez peor.

El día transcurría como muchos otros, después pude manejar mi situación y darme cuenta que en teoría puedo aprovechar las escapatorias.

La señorita Michelle es alguien estricta. Así que estará cuidando a los pequeños niños.
Hoy habría un camping fuera de la ciudad. Así que podría planear por primera vez una escapatoria "exitosa".

—¡____!, ¡Baja por favor! —Más molestias, ¡ya quiero irme de este sucio lugar!.

—¡S-Si señorita Michelle!, ¡Ahora bajo! —Había escuchado la voz de aquella bruja. Así que no hubo más opción que responder amablemente, salir de mi cuarto y bajar para ver qué era lo que ocurría.

Baje lentamente y me di cuenta que ahí estaba el.
Troy, el maldito Niño de papi, el ingrato bueno para nada había vuelto después de su "viaje de compromisos".

—____, Mira quien est... —Quise interrumpir a Michelle.

—¿Que hace él aquí? —La furia subió a mi cabeza, quería ignorarlo, pero me era sumamente inútil.

Ese chico es el "supuesto pretendiente" que me eligió la bruja.
Pero si supieras las razones por las cuales quiero irme de aquí y dejar este mundo por lo menos un día, serían inmensas.

—Hola ____, ¿Que tal? —Esa asquerosa y falsa sonrisa de siempre, es solo un farsante, ese es un buen disfraz. Pero... no culpo a Michelle, ella no lo conoce muy bien, en cambio yo...

—____, ¿lo recuerdas?, el es Troy tu futuro esposo. —Dijo conmovida—

—¡Cállese!, ¡usted no es nada para estar esposandome de esa forma tan repentina!. ¡Ni siquiera lo amo, y usted lo sabe! —La rabia había subido con todo nivel.

Todavía tengo recuerdos de ese tórtolo, perdi su confianza gracias a sus estupidos actos los cuales no mencionaré.
Ahora vivo acosada por este payaso.

Valla regalillo de cumpleaños me he cargado.

Una pregunta:

Si fueras yo, ¿que es lo que harías?