—Cuando un día es común pero perfecto, date por vencido, ya eres libre.
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No hay mejor sensación que despertar en inverno abrazado de la persona que más amas con tu alma.
Hay paz, esta la hermosa sensación de felicidad corriendo por cada parte de tu cuerpo, aunque solo tengas en mente la rutina del día, el trabajo, la universidad, volver a casa con tu hermoso novio.
Yoongi es feliz, su vida es normal pero perfecta.
"Muévete flojo, llegarás tarde" Jimin dice, su voz se ahoga en el cuello de su novio, y lo empuja, hace fuerza para sacar los brazos de encima, lo logra, casi lo logra.
Yoongi es más fuerte, un poco más grande que él, aunque de altura solo hay más de dos centímetros de diferencia, dos muy dulces.
Yoongi piensa en lo dulce que sabe la boca de Park Jimin con la suya, es suave, dulce y cremosa. Si como un postre, de preferencia su favorito, uno que no desea dejar de probar nunca, que tampoco cree llegar a cansarse.
Pasa su lengua por encima de esos regordetes labios, jadea porque joder sí que son suaves y cremosos.
Su novio no demora en sucumbir ante su hábil tacto, y Jimin lo sabe, esa lucha de todas las mañanas que es imposible de ganar. Suelta una risita cuando Yoongi jala la piel de su mejilla en un mordisco, mientras sus habilidosas manos se mueven por sus piernas. Por más que intenta sacarlo de encima es imposible, Yoongi es más grande y más fuerte, pero al final del día nunca hace la presión suficiente, nunca lucha por escarpar de su hermosa presión de porcelana.
"Te amo" Yoongi dice, y sus hermosos ojos negros brillan con tanta intensidad que sabe que es sincero, podría decir que son los cálidos rayos de sol, que se reflejan gracias a que logran filtrarse por las nubes en pleno invierno, esos que terminan por deslumbrar la pálida piel de su novio. Jimin siempre ha pensado que Yoongi fue hecho de nieve por lo pálido que es, pero cuando el sol toca su cuerpo este no se derrite solo brilla como si fuese un extraño diamante. Lo cual le enloquece, pero volviendo a sus hermosos ojos que brillan por cuenta propia y no por esa estrella caliente; Jimin ama superar a esa estrella, tan creadora e insuperable porque al final puede decir que los orbes negros adquieren luz por él, nadie más que él...
No suelen decirse palabras cursis o eso es lo que piensan, pero los que viven en su entorno los conocen tan bien como para saber la verdad en la respuesta de Park Jimin.
"Hyung... Yoongi-joder...más" Pide entre suspiros de placer, y es que su voz se escapa entre respiros entrecortados... Todo tiene que ver con sentir la hombría de Yoongi, entrando en su piel, hundiéndose en su cuerpo.
Las sábanas se mueven, y el cuerpo encima de él ejerce presión contra la suave superficie donde hacen el amor constantemente.
No piensa en nada más que enrollar sus piernas en la cadera de Yoongi, y recibir tan gustosamente su pene en su apretado culo.
Mil maldiciones... Ama a ese hombre tanto como ama mirar el sol salir por el horizonte, tanto como bailar y cantar. Lo ama como si su vida dependiera de estar a su lado, cada segundo.
La ronca voz de su pareja es un dulce a sus sentidos...
"Mi amor, tan jodidamente bueno"Su novio gruñe contra su cuello, y enseguida percibe los mordiscos en su piel. Maldición aún recuerda la primera vez que hizo el amor, fue tan torpe, y caliente.
Yoongi nunca le dijo que tenía una manía por morder, o quizás Min no conocía bien esa forma de expresarse hasta que lo encontró.
Min lo jala tan demandante, que el menor le mira con los ojos entrecerrados, y casi tira de su cuero cabelludo cuando la pose es invertida y ya no está abajo sino arriba, y Yoongi lo incita a tomar el control de sus empujes
Jimin sonríe con suficiencia, se sienta en el pene firme de su novio, y se empuja con sus rodillas flexionadas a cada lado de la cadera del mayor, y así tiene mejor disposición de jugar con su cuerpo, hace mucho que perdió la pena, su cuerpo no es el mejor, no es el perfecto, pero para Yoongi lo es.
Ellos son perfectos porque son piensas que encajan. Hechos para estar uno con el otro.
"Maldición bebé" Min tiene la mejor vista, es como estar en el cielo, encima de una suave nube de placer. Jimin lo monta con ganas, y mueve sus caderas en ocasiones en círculos sacándole delirios a su novio. "Me corro" Gruñe por no soportar la intensidad de su orgasmo. Más Jimin se sigue empujado para buscar sacar cada parte de su esencia.
Termina por correrse segundos después de su novio, cae encima de su pecho, ambos sudados, pegajosos, y livianos.
"Llegarás tarde" Jimin le reclama, como si no hubieran tenido una de esas tantas buenas cojidas, que ambos se dan. "Otra vez"
Yoongi quiere reír "Es tu culpa" dice pasando sus manos por los sedosos cabellos castaños de su novio, y ama tenerlo encima de él, ama tocarlo, probarlo.
Jimin termina por moverse, y suelta un suspiro al separarse del cuerpo de su novio, y ama esa sensación tanto como los segundos le permiten estar unidos.
"Prepararé el desayuno" Jimin sale de la cama como es traído al mundo, y Yoongi alza la cabeza y ve su lindo culo rojo y las marcas de sus manos en cada mejilla.
"No recuerdo hacerte eso"
Jimin tiene una linda bata de seda blanca que coloca en su cuerpo.
"Seguro" Y camina por la habitación hasta un espejo de cuerpo entero, y puede ver la ciudad en su movimiento, y su novio desnudo mirándole, y Jimin le lanza un beso a través del reflejo "Yo si lo recuerdo bien"
Min suelta una carcajada, pero vamos él recuerda que lo azoto a noche, y que la suave y blanca bien de su novio se marca con facilidad, y observa cómo su novio le regala una mirada de indignación antes de salir de la habitación, y Yoongi corre al baño, porque sino lo hace terminará tomándolo en la cocina.
