Harry Potter y el regreso de los Black

Misión cumplida

Harry mentiría si pensaba que Hermione estaba en peligro como nunca antes, pocos días atrás el infierno que le hizo pasar Bellatrix Lestrange y Greyback; pero, él sabía, que ellos la torturarían un poco más, antes de dejar de jugar con ella, y que, tal vez, solo tal vez, tenía tiempo para salvarla.

Aunque, ver como sus padres, su padrino y un hombre con el que no tenía tanta relación lo había dejado en shock, el sonido del cuerpo de su hermana, cayendo al piso, lo hizo reaccionar.

Acercó su oído a su oreja y escuchó un lento respiro. Levantó la mirada, y vio los ojos de su madre, del mismo color que los suyos, y le rogó, que la ayudara, que Hermione no podía dejarlo.

-Yo no puedo hacer nada por ella, hijo- fue lo que ella dijo, y se sintió más roto que cuando Hermione no pudo ayudar a salvar a Dobby, su madre, la razón de que estuviera vivo y de su fuerza, no podía hacer nada, mal interpretando sus palabras, por supuesto.

-Harry, tu mamá no puede hacer nada por ella- le dijo Sirius, las lagrimas caían por su rostro, negando, no podía perderla, si Ron hubiera muerto, sabía que él y Hermione sobrevivirían, juntos, pero ¿Qué hacer, si la razón por la que vives, por la qué tienes algo por lo que luchar se fuera, sólo para darte algo que habías perdido y con lo que habías aprendido a vivir?

-Cachorro, damela, yo la puedo ayudar- volvió a hablar su padrino. Harry pensando, en que cerraría sus ojos, y que nunca más se volverían a abrir, lloró con más fuerza, y la apretó más contra sí- Harry, ella no está muerta, está viva.-

Él niño que vivió dos veces, levantó su cabeza.

-Harry, ella solo drenó mucha magia para que pudieramos estar aquí, pero ella va a estar bien. Solo tiene que descansar- le aseguró la persona que había sido lo más cercano a un padre.

Sabiendo que nunca le mentirían, se lanzó a los brazos de sus padres, mientras Sirius recogía a la castaña.

-Mamá...-

-Lo sé, Harry, lo sé-

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Harry apareció junto con sus papás en Grimuald Place, mientras Sirius llegaba con Hermione y Regulus, quien hasta ese momento se había mantenido callado. 

-Esperen aquí, Hermione me dijo que hacer- aseguró el azabache menor, sacando un pedazo de pergamino que su amiga le había dado.-Número uno: Que Hermione tome la poción anti veneno, reabastecedora y anti parálisis (rosa, azul y verde).

De la bolsa de cuentas sacó las pociones, mientras su mamá murmuraba algo que sonaba como "no saber" "pociones " "matar" "Sev".

-Dos: Si aún no despierto, llamar a Kings, a Remus, a la Profesora McGonagall y a Madame Pomfrey- y eso fue lo que hizo. 

Kingsley Shacklebolt fue el primero en llegar a la antigua sede de la Orden del Fénix. Antes de que le pudieran decir algo, vio a la chica a la que había aprendido a querer como una amiga, y a respetar y temer por su temperamento y fama inconsciente, y a cuatro personas que estaban muertos y que uno de ellos había sido mortífago, los paralizó a todos, antes de apuntar a Harry con u varita.

Hermione abrió los ojos y vio a las personas que había traído a la vida petrificados, a su hermano siendo apuntado con una varita por Kingsley, y a Remus apareciendo detrás de él. Intentó hablar, pero ninguna palabra salió, solo algo parecido a un maullido, y entonces, todos los ojos voltearon a verla.

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Espero que les guste

Mantenganse a salvo.

#Encasa

Con carino, Ana4BillWeasley