Zeynep: - Princesa, los libros que me pidió se los he dejado en el armario, princesa no debería de leer esos libros, aquí esos libros están prohibidos para una princesa.
Miray: - ¿entonces que hacemos si hay una guerra? ¿las princesas nos quedamos aquí sentadas dentro del palacio?
Zeynep: - Princesa, aquí no es como en su reino, aquí las princesas no pelean por su pueblo, en guerras, ni en ninguna batalla
Miray: - Pues que mal, si pelearán imagínate el enemigo no sabría que no solo afuera lo van a derrotar sino dentro también.
Zeynep:- Princesa, no debe de pensar eso, princesa su flor del balcón esta de lado, la acomodaré
Miray:- No, enseguida la arreglo, ya descansaré de acuerdo
Zeynep: - Entonces me retiro princesa
Miray se acercó a la flor que estaba en su balcón, cuando llegó a ella jalo de una pequeña cuerda y del otro extremo estaba atada un pequeño cofre de madera y una nota.
"Miray:
Siempre te preocupas por mí, eres la única que se preocupa por mí de esa forma, quería hablar más contigo, pero la maestra Zeynep nunca te deja sola, quería hablar contigo de lo que me dijo mi padre hoy.
Por cierto cuando fui de viaje a la provincia de mi hermano Kereem vi esto y me acordé de ti, los otros regalos los escogió el visir Selim, así que no te hagas muchas ilusiones."
La princesa abrió el cofre de madera y encontró un caracol, el príncipe sabía que a la princesa no le gustaba nada de joyas o lujos como a otras mujeres, a ella le gustaba lo sencillo, lo natural, eso era lo que le gustaba a la princesa. Ella empezó a escribir una nota para su príncipe.
"Cengiz:
Me preocupas, por eso te pido que ya no hagas bromas de ese estilo, realmente me preocupo por ti. Podemos hablar ahora si quieres, si no estas cansando claro. Me gustó mucho el regalo del caracol, me gustó mucho, la provincia del príncipe Kereem seguramente es hermosa, seguramente el aire huele a sal, el clima es cálido y el mar...el océano seguramente se siente fresco, gracias por el regalo, después le daré también las gracias al gran visir Selim por los otros."
La ató al otro extremo dela cuerda y espero respuesta. El príncipe leyó la carta de la princesa y respondió.
"Miray:
No le vayas a decir nada al visir, dirá que fue inapropiado y me regañará de nuevo, que bueno que te gusto el caracol, mi hermano cuando lo recogí me ha dicho que lo soltará que no era nada del otro mundo que había muchos siempre ahí, pero me acordé de lo que me contaste de tu ciudad, que te gustaba caminar por la orilla del mar con tu hermana, deberías de irte mejor al palacio del príncipe Kereem y no aquí, allá tendrías más cosas que hacer.
Mi padre me mandó a llamar, me felicito por las clases de combate, he progresado mucho y me dijo que probablemente en la próxima campaña vaya con él, estoy muy emocionado, si voy a esa campaña ven a desearme suerte por favor, tendré más entrenamiento pero ahora con los jenízaros para ser mejor en el combate.
En la próxima campaña seré parte del equipo de mi padre pa"a hacer estrategias de batalla, he esperado mucho para que mi padre mi invitará a estar en una campaña. mi mamá está molesta dice que todo es obra de la sultana Alisha, lo que sea no me importa, el punto es que me voy a ir a la campaña."
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"Cengiz:
Estoy muy feliz por ti, te has esforzado mucho para poder ser mejor en el combate, prométeme que me dirás cuando estés en la campaña, aquí hay muchas restricciones, yo también quiero ir a una campaña. tengo una idea préstame ropa tuya y te acompaño a la campaña."
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"¿perdiste la razón? eres una princesa y eres mujer, una mujer jamás podría entrar al ejército, sería una deshonra para la nación, para Dios y para el hombre que este con ella. Miray saca esa idea de tu cabeza y no me pidas eso de nuevo."
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"¿Tienes miedo a qué te gane en un combate? ...olvidare la idea de acuerdo, la maestra Zeynep me ha dicho que en este país no es necesario que las mujeres estén en combates. Descansa príncipe Cengiz."
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Cengiz: Maldita sea, la volví hacer enojar, aún no me quiero dormir, pero tengo que arreglar muchas cosas para que me perdone.
(Al día siguiente)
Selim: - Alteza, es hora de sus lecciones, príncipe Cengiz
Cengi: -- Gran Visir, tengo que preguntarte algo, mejor dicho tengo dos favores que pedirte
Selim: - Dígame su alteza, y lo haré
Cengiz: - La princesa Miray quiere usar la cocina, deja que la use una vez, ella quiere preparar algo que comía en su antigua ciudad y la segunda quiero ver a la princesa Miray el mi último descanso, pero sin tantos guardias, solo quiero que seamos tu, la maestra Zeynep, Miray y yo.
Selim: - Príncipe, con respecto a la cocina, será bastante difícil, si la princesa se lástima es peligroso y peor aún si el sultán o la madre sultana madre lo llegan a saber será seriamente reprendido.
Cengiz: - Así que la cocina será difícil, está bien, solo arregla el encuentro entre la princesa y yo.
(Último dSscanso, jardín sureste)
Zeynep: - ¿princesa sigue molesta con el príncipe Cengiz?
Miray: - No es con él, con quien estoy molesta, estoy molesta por tantas reglas, pero tengo que acostumbrarme a ellas, de todas maneras viviré aquí por siempre.
Cengiz: - Princesa Miray, buenas tardes está vez arregle este encuentro un poco distinto a lo habitual, espero que no se moleste por ello
Miray: - No me molesta alteza, disculpe por quitarle su tiempo
Cengiz: - Disculpa aceptada, princesa sé que en su ciudad las mujeres son buenas en combate ¿qué le parece un combate amistoso, entre usted y yo?
Selim: - Príncipe, me temo que eso es contra las reglas de palacio
Cengiz: - Si la princesa se opone no lo haré ¿entonces qué ha decidido princesa?
Miray: - Acepto el combate príncipe.
La princesa ató su cabello, tomo la espada de madera que es la que usan en los entrenamientos y comenzó el combate entre ella y el príncipe. La princesa fue la ganadora de la primera batalla, el príncipe la había subestimado, comenzó el segundo combate, una batalla más pareja que la primera, era acalorada y estaban en igualdad de condiciones; sin embargo no se habían percatado que no solo la princesa Esmeray estaba mirándolos de lejos, el sultán se acercaba al lugar donde aquel combate tenía lugar, con los ojos llenos de rabia y la legua afilada, la princesa Esmeray le dijo al sultán lo que estaba sucediendo, el sultán se apresuró al lugar y vio al príncipe y a la princesa en combate. El sultán enfurecido regañó a la maestra Zeynep y al gran visir Selim, la princesa se arrodillo ante el sultán y rogó clemencia para ambos.
El príncipe le respondió altanera mente al sultán diciendo que no le veía nada malo a lo que estaban haciendo, el sultán tomo en cuenta el acto de la princesa y perdonó a ambos sirvientes; sin embargo al príncipe lo castigo para que reflexionará y no dejó al príncipe salir a ninguna parte del palacio, solo a sus lecciones y a sus aposentos para que el príncipe reflexionará sobre sus actos. Durante ese periodo la única que tenía permitido visitar al príncipe era su madre y ella llevaba consigo a la princesa Esmeray; sin embargo la princesa Miray y él se mantenían comunicados con las cartas en el balcón.
