Conociéndonos

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Beep, beep, beep, escuchaba mi despertador a lo lejos «¡Joder es hora de ir a trabajar nuevamente!» pensé para mis adentros, mientras lanzaba mi celular debajo de la cama...

Era lunes que más podía esperar «¡otro día más para aburrirse en el trabajo y sumirme en mi miserable trabajo!»

Miré nuevamente mi celular, habían pasado 15 minutos desde que me puse a pensar en mi patética vida, pero no era todo tenía 31 mensajes de Brandon pidiéndome que regresaramos.

Mi cabeza aun dolía pues en la noche había tomado un par de tragos y tres tarros de helado acompañaron mi solitaria noche en mi departamento de soltera.

Me dispuse a entrar a la ducha, el agua tibia recorría mi cuerpo relajando mis músculos. Lavé mi cabello con shampoo olor primaveral y lavé mi cuerpo con jabón olor lavanda, me sentía muy bien a pesar de haber cortado con Brandon.

Sabía que lo extrañaría puesto que me acostumbré a ese imbecil, pero debo admitir que para lo único en que bueno era para el sexo.

Terminé mi ducha, me puse mi uniforme de ejecutiva, falda corta color negro , blusa con un sutil escote, mi aburrida chaqueta a juego con mi falda y mis zapatos de tacón aburridamente negros.

Alisté mi cabello con un broche color plata, me apliqué maquillaje luego bajé al desayunador, no había mucho para desyunar, así que abrí el último yougurt y me lo comí acompañado de granola. Mientras comenzó a sonar mi celular; pensé que era Brandon llamándome para joderme la vida, pero no, era Andrea quién me llamaba para recogerme frente a mí casa y llevarme al trabajo.

Atendí la llamada aún con granola en la boca.

-¡Hola! - respondí.

-¿Estás lista? - Me preguntó.

-¡Salgo en dos minutos! - Le contesté cortándole la llamada.

Inmediatamente terminé mi yougurt,  lavé mis dientes y exactamente en dos minutos la bocina del auto de Andrea me estaba llamando frente a mi casa.

Salí rápidamente con mi cartera, bajando las escaleras lo más rápido posible, ahí estaba Andrea con el vidrio abajo haciéndome señas para que entrara al auto.

Entré al auto, coloqué mi cinturón y Andrea posicionó  su mirada en mí saludándome tan anímica como siempre.

Ella iba vestida de la misma forma que yo, la única diferencia es que su chaqueta la llevaba colgando en un gancho en la parte de atrás de su auto.

Comenzó a conducir, mientras su mirada iba al frente comenzó a preguntarme sobre mí fin de semana.

—¿Qué tal tu noche?

—Ya sabes aburrida como siempre Le contesté con voz de desgano.

—¡No luces muy bien!— Me respondió.

—Helados y vodka- le respondí,mientras Andrea hizo un mueca de decepción, luego posicionó su mirada al frente.

Hubo un silencio un poco incómodo, pues yo ya tenía dos meses de haber cortado con Brandon, desde que descubrí su maldita infidelidad con la zorra del departamento de contabilidad.

—¿Hasta cuándo vas  a dejar tu necedad por ese pendejo?— Me dijo, su tono era bastante serio, tanto que no tuve el valor de sostenerle la mirada, entonces simplemente bajé mi mirada y mis rodilla parecían más interesantes en ese momento.

Andrea tenía razón, soy una estúpida queriendo aparentar que soy fuerte que nada me duele que nada me lastima. Extraño jodidamente a ese idiota...

No sé cuantos minutos estuvimos en silencio, pero el auto se detuvo en el estacionamiento, luego en silencio cada una se fue a su cubículo para comenzar un ajetreado día más, comenzando a llamar a los clientes latosos que no quieren pagar.

Andrea y yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora