Autumn - Luzuplay

Primavera/Otoño

OTOÑO:

El otoño había llegado a Karmaland, dejando atrás los días soleados, las fiestas en la playa en vez de en casa de Vegetta, las carreras de hipocampos y las bromas con cubos de agua.

Como en el principio de cada cambio de estación Auron se levantó temprano para adecuar sus cultivos, la primera semana sería dura tenía que terminar de recoger las zanahorias para que no se echasen a perder, volver a arar el campo y plantar las calabazas para que estuviesen listas justo el 31 de octubre.

Por otro lado Luzu se entretenía aumentando la contención de lava, con las hojas secas cualquier chispa podría provocar un gran incendio, él era evil Luzu pero de malvado solo tenía el título. 

Fué en esa tranquila mañana donde los dos vecinos se encontraron.

-Hello bitch, ¿necesitas ayuda?

- ¡Hombre cuanto tiempo! , no mucha la verdad ya casi termino con esto.

- Pues... como no estás muy ocupado ¿cuando termines te gustaría pasear por el bosque de detrás de la casa de Rabis conmigo? me ha dicho que en este época se pone muy bonito pero no quiero ir solo. 

-Claro, dame cuarenta minutos y estoy listisimo.

Tiempo después Luzu y Auron empezaron su paseo, se instauró un silencio cómodo entre ambos interrumpido por cortos comentarios de las futuras elecciones o halagos sobre lo bonita que se veía la paleta de colores de los árboles o como las hadas parecían estar más felices que nunca.  Ambos chicos se detuvieron al ver que habían llegado a la cima de una colina donde podía contemplar a la perfección el pequeño pero problemático pueblo de Karmaland. Auron se giró hacia Luzu. 

- Sabes que seras un gran alcalde, ¿no?.

- Va a ser difícil después del gran legado que ha dejado Lolo, además si te llegas a presentar tendré un fuerte contrincante - dijo tranquilo mirando fijamente a los ojos completamente negros del chico de miel. 

Ambos sintieron un escalofrío recorrer su médula al notar la creciente cercanía, pero no la detuvieron, eran como los polos opuestos de un imán atrayendo el uno al otro, se sentía tan correcto, justo como debería de haber sido siempre. El castaño apoyó su mano en la mejilla del contrario, él cual se sonrojo. Los dos sabían cuál era el siguiente paso, estaban listos para él, sus rostros se acercaron más y sus respiraciones se entremezclaron.

-Por mucho que lo esté deseando no lo voy a hacer hasta que me digas que tambien lo quieres - susurro Luzu, pero la impaciencia del menor lo ganó siento este el que terminó de cerrar la distancia en un dulce, largo y otoñal beso.