Tornado 🌪️ [Sanemi x Giyū].

Capítulo Único.

La finca mariposa se encontraba en completa calma. El Patrón sabía que aquélla paz no duraría por mucho tiempo, por lo que enviaría a sus Pilares a una limpieza de auras. Le pidió a sus ayudantes, reunir a los Pilares en el salón principal.

Una vez reunidos todos, el líder habló.

-La calma durará poco, por lo que comenzarán su entrenamiento mañana, hijos. Hasta que la luna esté meguando, volverán aquí. Deben limpiar sus auras. Nombraré a las parejas: Mitsuri con Obanai, Tengen con Rengoku, Gyomei con Michiro, Sanemi con Giyū, y tú Shinobi irás con Aoi, necesito que la ayudes entrenar

-Sí- dijo la Pilar de los Insectos.

Todos salieron del salón principal y se dispersaron por el lugar.

-¡Tomioka!- le llamó el Pilar del Fuego. El pelinegro se detuvo, por su lado pasó Sanemi, mirándolo de reojo.

-¿Necesitas algo?.

-¡Sólo quería decirte que es una lástima que no me tocara contigo!. ¡Habría sido genial pasar unos días solos!- sonrió.

-Eres bastante sincero con tus sentimientos- le dijo Giyū, caminando. Se metió a uno de los salones, seguido del rubio.

-Tomioka- lo tomó de un brazo y lo dejó estampado en la pared- Sabes que me gustas- le dijo susurrando.

-Rengoku, detente- dijo algo incómodo. El rubio no lo escuchó.

Kyojuro apegó su cuerpo al mayor, buscando su rostro. Lo besó.

-Tomioka-  la voz de Sanemi se escuchó fuerte- Necesito hablar contigo.

Rengoku se alejó, mirando de forma seria a su compañero. El Pilar del Viento ni se inmutó.

-Debo irme- dijo Giyū- caminando con rostro serio, hacia el albino.

Salieron del lugar, directo al patio.

-¿Así que te besuqueas con ese idiota?.

-Lo que yo haga, es mí problema. Qué quieres Shinazugawa.

-Kocho dijo que te pasará a ti las plantas medicinales.

-¿Algún problema?- preguntó el pelinegro.

-Sólo no quiero que las pierdas.

-No soy idiota. Además el lugar dónde nos quedaremos no queda lejos de una pequeña plantación.

-Confío más en Kocho, en asuntos medicinales.

-No me interesa lo que pienses- le dijo Tomioka- No llegues tarde- se dio medi vuelta y se fue su habitación.

Sanemi sólo lo vio alejarse.

A la mañana siguiente, una hora antes que saliera el sol, Los Pilares estaban listos para salir de la finca y dirigirse a las montañas del sur. Tenían lugares asignados, unas pequeñas cabañas, para que las parejas de Pilares, pudiesen descansar.

En el camino, Los Pilares se separaron, para llegar a su destino.

Un largo y silencioso camino que llevó a las parejas hasta su lugar de entrenamiento.

Sanemi miraba desde atrás al pelinegro, que iba concentrado en el sendero.

-¿Sales con Rengoku?- preguntó de pronto.

-No salgo con nadie. Además no es tú problema.

-Las parejas están prohibidas en la Sede de los Asesinos de Demonios.

Giyū lo quedó mirando- ¿Acaso te importa? Sí tengo o no un amor oculto con Rengoku, ese no es tú problema.

Sanemi no dijo nada, Tomioka siguió su camino en silencio.