2. Porqué

1.3K 115 32
                                    

Hey! Soy yo, a continuacion una parte de quien es Killian y porque de todo su pedo...

ahi va...


----------------------------------------------------------------------------------------------------------------


¿Has sentido que tu vida se escapa de tu poder...?

¿El punto en que no sientes dolor, pero ves todo, y pese al zumbido de tu cerebro, escuchas los gritos de aquellos a quienes juraste proteger...?

¿Has sentido el miedo tan cerca...?

Su muerte olio a polvora y carne quemada

William Greyback, Alfred Samuels, Alina Freedelyn, George Bennet, Herald Burnford, y la lista de nombres continuaba mas allá de su memoria como un remolino de odio.

El perdón no existe.

Ni Dios,

ni la piedad.

El amor indudablemente existe, porque sino, no le habría dolido como lo hizo perder a todos, su cuerpo masacrado dolió menos.

Tristan fue un buen niño, una infancia normal para una persona con su destino. Recuerda con rencor su crianza, pero no por mas allá de los placeres a los que fue expuesto sin poder tomar jamas, si un niño tenia un soldado de juguete, Tristan era el solado en entrenamiento.

Sus primeros amigos, William Greyback, el amable, un niño moreno y levemente obeso que le ofreció su barra de chocolate cuando el pobre Tristan casi se desmaya por no haber desayunado la mañana en que fue separado de sus criadores, que nunca supo si eran sus padres o no, pero no lo despidieron mas que con un frío "buena suerte" cuando el  ya estaba subiendo al autobús militar.

--¿Estas... Bien...?

El niño de doce años asintio como pudo, sintiendo el reflujo picante en su garganta, su estomago rugio y el castaño moreno sintio pena, un crujdo de celofan se escucho a su lado, y de pronto, habia un dulce aroma bajo su cabeza.

--Solo es chocolate... Es la cura a todos males.

<<No a tu cuerpo, amigo<< Pensó, pero afirma y  continua desenvolviendo la barra de dulce  mordiéndola de un bocado que acabo con casi la mitad del contenido.

--¿Sabes a donde nos llevan?

Negó con la cabeza, levantando la parte superior de su cuerpo, apoyándose en el respaldo del duro asiento, viendo al niño a su lado, y tras este, el bosque convirtiéndose en una pradera.

--¿Eres mudo?-- Volvió a negar y William hizo una mueca de enojo y desentendimiento muy chistosa, que le hizo reír, y al moreno después:--¡Tienes chocolate en los dientes!

Avergonzado se cubrió la boca y desvió la mirada, una mano regordeta se vio en sus ojos.

--Mi nombre es Greyback, William Greyback.--Tristan la tomo casi sin darse cuenta, dejándose agitar por el ajeno  con curiosidad.--¿Tu como te llamas?

--Tristan Mcford...

Así consiguió su primer amigo en la vida.

 Alfred Samuels, el valiente, inepto pero leal, el único que se digno a preguntarle al soldado frente a todos, que demonios hacían en un campamento y en donde estaban sus padres, recibió una paliza y señalaron a Tristan para llevárselo. El miedo ya les fue inculcado a todos, menos a los rebeldes.

--¡Uuh, bájale de espuma a tu chocolate,  mi chavo, me duele hasta el chimichurri!--Se quejo este cuando el otro, con todo el esfuerzo, habia hecho chocar su lastimada espalda contra una columna por accidente.

El niño que lo arrastraba no pudo evitar preguntar:

--¿Que es un churri... Chimi?-- Con una cara de asco decidió no escuchar mas al contrario reír al saber que era el chimichurri...

William y Alfred fueron los que se le pegaron, pero el pelinegro sabia que los otros eran inteligentes, como el, no tan astutos pero si que sabían de prudencia e improvisación.

Y tal como esa paliza, lo siguiente no fue amable...

Los años pasaron, y los inadaptados se marcharon. Experimentación gubernamental, era lo que hacían con los que se iban, lo dejaron muy en claro.

A los doce llego.

A los catorce fue pateado por no poder matar un perro en la diana del blanco.

A los quince mato con sus propias manos a un soldado, y no fue asesinado por ello. Nunca se arrepintió

A los dieciséis todos le apodaron Killian, no le gusto aquel sobrenombre.

A los diecisiete sus amigos temieron de el

A los dieciocho asesino a diez personas... Solo eso sabrás. Pero la culpa y el dolor, serán de aquel que se apoda Killian, por siempre, no necesita tatuar los nombres para recordar a los que ahora ensucian lo que queda de su mallugado ser con su sangre.

Nunca fueron terroristas, siempre fueron asesinos.

¡Oh, sin perdón!

¡Sin piedad!

¡Sin contradecir!

¡Sin llorar!

¡Sin negativas!

¡Sin amor ni odio!

¡Dispara!

...

Quien sabe... Tal vez, y solo tal vez...

Kirguistan es lo único que se le ocurrió decir a una persona, para justificar una masacre hacia un grupo de hombres y mujeres obligados por años a matar que solo tenían el anhelo de escapar a la libertad.

Perpetrado por un solo hombre, llamado Lance Sterling...

Pero lo que paso antes... Es codificado para ti, novato lector.

Continua, Walter Beckett te espera... ¿O no?






Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Apr 14, 2020 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

McfordDonde viven las historias. Descúbrelo ahora