A lo largo del tiempo se ha dicho que todas y cada una de las personas en el planeta tiene un alma gemela, que esperan hasta encontrarse y nunca más dejarse.
Min Yoongi lleva 26 años esperando por su alma gemela, guardando muy pocas esperanzas de qu...
Suspiró una vez más, acomodándose en la amplia y cómoda silla que tenía en su estudio. Llevaba varios días intentando terminar de arreglar una de las nuevas canciones, aun no lograba hacerlo y, ciertamente, eso lo tenía estresado. Inconscientemente soltó un gruñido y atrapo sus cabellos entre sus manos, alborotandolo un poco antes de soltarlo y dejar caer los brazos en sus piernas.
Un nuevo suspiró abandono sus labios, aunque esta vez no era por la canción. Fijando la vista en su muñeca, Yoongi acercó su pulgar y comenzó a trazar el contorno de las ramas que rodeaban el hermoso tatuaje de zorro que había aparecido en su piel al cumplir los 20 años. El zorro era hermoso, decorado con pocas luces, con un color naranja tenue que adornada su pelaje y con esa tranquila mirada que intentaba alentarlo, cosa que no conseguía.
- ¿Dónde mierda estas? - soltó apretando el dedo contra su muñeca, soltando un lastimero sollozo al caer en cuenta que volvía al mismo tema de todos los días, pensar en su alma gemela esa persona que no se había dignado a aparecer en 6 largos años.
Sacudió la cabeza, exasperado, y volvió a su trabajo, ignorando el palpitar que producía su piel, producto de la fuerza que ejerció contra la tinta en esta.
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Jadeaba, sentado en el piso justo después de acabar con el baile de la nueva canción. El sudor recorría su cuello, haciéndole cosquillas, transmitiendo ese olor tan típico; el dolor en las piernas, de la planta de sus pies, incluso las pocas fuerzas que tenía no evitaban que una gran sonrisa estuviera en sus labios; viendo a sus compañeros mientras ellos respiraban igual de cansados que él y se relajaban solo unos cuantos segundos antes de volver a practicar.
- Hyung. - escucho el llamado justo a su lado, volteando para encontrarse con la acalorada cara de Beomgyu, el cual le extendía una botella de agua la cual acepto gustoso. - Te ves muy feliz.
- Por supuesto, dentro de poco será el comeback. - dio un trago a la botella, disfrutando del fresco líquido. - ¿No estás emocionado?
- Todos estamos emocionados. - afirmó mientras fijaba su vista en los otros tres chicos. - Pero parece que él único que nunca pierde las ganas de seguir practicando eres tú, Yeonjun.
Sonrió, no era que no las perdiera, si no que le encantaba bailar y, por lo tanto, mientras el hiciera lo que le gustaba nada más importaba. Su amigo castaño negó mientras se encogía de hombros y se alejaba del mayor.
- ¡No me dejes hablando solo! - exclamó, tal cual niño pequeño, mientras se levantaba.
Tuvo que detenerse apenas se levanto, cerrando los ojos y sintiendo el fuerte apretón en su muñeca. Soobin pronto se acercó a él, preocupado por lo que pudiese estar pasando.
- ¿Estas bien, hyung? - soltó mientras colocaba su mano en el hombro contrario.
Yeonjun simplemente asintió, intentando olvidar los sentimientos que le atacaron al sentir esa presión. Sabía lo que significaba, no era idiota, sin embargo no estaba muy interesado en que dentro de un par de semanas sabría algo de su dichosa alma gemela. Lo ignoró, en esos momentos solo le importaba el comeback y nada lo distraería hasta ese día.
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Hellow gente, bueno, bienvenidos a mi nueva historia. Espero les guste, se que no es la típica pareja convencional que se lee, sinceramente no me importa, adoro esta pareja, aunque no haya ninguna historia de ellos, simplemente creo que es hermosa.
Sin más que decir por el momento, no leemos luego,
