No tan lejos de la verdad.

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Hoy tuve un sueño, no fue algo extravagante, pero quiero contartelo.

Él estaba allí conmigo, radiante, moreno como siempre, llevaba el suéter negro que le regalé y sus pantalones negros semi ajustados, alto y con su cabello color azabache, me encanta su figura varonil, brazos fuertes y sus piernas definidas, todo un deportista, a mi lado se veía tan perfecto que era casi imposible imaginar que estábamos juntos en una cita, estábamos en un café, se llamaba "Roses".
El ambiente era calido, había una exposición en la cafetería, se llamaba "La preparación del café perfecto".

Obviamente el sitio lo escogí yo, el no era tan cursi, pero de todas maneras accedió a ir conmigo, no había muchas personas en el sitio, el lugar olía a café puro y exquisito, él pidió un Mocca y le agrego canela, ese olor era familiar, era el olor a canela mojada, eso me recordaba a el, me hacía recordar tantas cosas.

Hablábamos de cosas superficiales, como el ambiente, los carros, las personas de nuestro al rededor, cosas sin importancia.
Lo realmente importante para mí, era decirle que quería quedarme con él siempre, que necesitaba luchar por lo nuestro, aunque realmente no había nada en concreto, solo un fuerte deseo sexual y una atracción física de su parte, o al menos así se ve desde mi lado de la historia.

Él estaba un poco incomodo, no estábamos acostumbrados a estar en público, siempre nos arropaba la deliciosa confidencialidad de un cuarto de hotel. Allí podíamos ser nosotros mismos sin que nadie nos estorbara, él podía tomarme cuando quisiera porque a eso íbamos, y nunca me molestó, al principio para mí todo era un juego.

Por eso decidí que nos encontraramos en un sitio público, así sería más sencillo expresar lo que estaba sintiendo, ya casi le iba comentar todo lo que significa para mi, pero cuando decidí decirlo ya había terminado su café y estaba aún más incomodo.

No hablaba, solo estaba en su teléfono, hacía como si me escuchara pero se notaba que ya no quería estar allí y dijo

-"Me tengo que ir preciosa".- Carajo, perdí mucho tiempo pensando.
-"Quédate"- Por favor que se quede.
-"Tengo algo que hacer".-No se porque insistí en saber que iba a hacer pero lo hice.
-"¿Qué harás?".
Beso mis labios y susurró.
-"No te preocupes, Te amo".

No puedo culparlo, es su vida y puede hacer con ella lo que quiera, sobre todo cuando la situación conmigo es tan complicada, lo deje ir de nuevo sin decir lo que realmente quería.

Me quedé en mi mesa, aún no había terminado mi café, un hombre se me acercó, era delgado, vestía una camisa azul celeste y un jean oscuro, un tipo normal, se sentó donde él estaba antes y preguntó
-"Hola, disculpa que lo pregunte pero ¿Qué relación tienes con él chico que acaba de irse?".- No se quien es este tipo pero no estaba de ánimos para discutir
-"Ninguna, solo me gusta mucho y no se si sea bueno decírselo"
-"Pero ¿Confías en sus palabras y en lo que te expresa?.- Y este ¿Quién se cree?

-"Por supuesto que confío en él"

A lo poco el desconocido siguió hablando conmigo durante unos minutos, por increíble que suene me convenció de seguir a mi querido amante, que ya se había marchado hace unos 10 minutos.

Subimos a mi auto y conduje hasta su casa, ya había ido allí varias veces pero él no me dejaba entrar, la fachada era normal, necesitaba un poco de pintura, tenía dos pisos pero su habitación estaba en la planta baja, no era muy grande, camine hacia el parque que estaba detrás de su casa, allí estaba su ventana, eran pasadas las seis ya estaba oscuro, estaba entre abierta se veía perfecto la habitación, nos escondidos en un arbusto para poder observar mejor sin ser descubiertos y allí estaba él, desnudando con sus dedos hábiles a aquella chica desconocida para mi, le besaba los pechos con delicadeza,y la hacía gemir, le quitó el resto de la ropa y le besó los labios, un beso tras otro. Con sus dedos jugaba entre sus piernas mientras seguía besandola, ella tenía su respiración entre cortada, le gustaba lo que sentía se notaba, no se preocupaban por el ruido, realmente no sabían que los estaban observando.

Sumergidos en la pasión del momento él le dice entre gemidos
-"Te amo, quiero que estés conmigo siempre".- Que familiares suenan esas palabras en mi mente.
Siguió penetrandola y aumento la calentura, es como ver una fogata encendida, hasta a mí me excito. Después de un rato amándose él se deja ir y ella también, caen tendidos en la cama y ya no se ven...

Él desconocido me pregunta lo que siento y le respondo con todo el dolor de ser.
-"No puedo reprocharle nada porque no es mío, así lo ame como lo amo, yo no le puedo exigir que este conmigo".

Con esas palabras me retiré, él hombre desconocido había desaparecido, me sentí vacía en ese momento, y entendí que aunque él dijera a gritos que me ama no siempre se cumple eso, el amor va más alla de decirlo, hay que sentirlo y aceptarlo.

Pero también hay que ser valiente y tomar la vida por los cachos, yo no tuve el valor de expresar lo que sentía y él se fue, y se lo demostró a otra, para que no lo dejara o para que lo escogiera a él.

Al final lo que deseas no es explícitamente lo que necesitas, y lo que necesitas la mayoría de las veces no es lo que deseas.Al final lo que deseas no es explícitamente lo que necesitas, y lo que necesitas la mayoría de las veces no es lo que deseas.

Ese fue mi sueño, bastante acertado a la realidad, ya veo que mi mente no se va con rodeos, al menos en la vida real tampoco eres mío y puedo vivir con eso.

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