Era un verano de 1998 tan solo tenía 8 años. Desde el auto se podía escuchar
que sonido que tanto deseaba oír, el sonido de las olas del mar, el rico olor del
agua salada y la arena, por primera vez iba a conocer el mar, sentir la arena entre
los dedos de mis pies. Era un lugar hermoso, más hermoso de lo que imaginaba,
lo que me contaban, o como lo describía todo el mundo, bueno claro que cada
uno, desde una perspectiva distinta, yo sin embargo lo veía como un sueño, un
sueño hecho realidad, era un lugar maravilloso, un lugar en el que las familias se
unen más.