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La vida suele ser muy misteriosa, y, realmente, puede llegar a cambiar de un segundo a otro; Eso, aunque muchas personas puedan afirmarlo, hay otras que ni siquiera lo han pasado, lo que es verdaderamente seguro, es que es una sola y lo que venga después de ella es inexplicable.

También se podría decir que es como una ruleta, rueda de la fortuna o carrusel, lo que sea, la cosa es que da vueltas y vueltas, y, de alguna manera, siempre termina trayendo al sujeto al lugar donde una vez sembró algo dentro de su ser.

Ridículo, ¿No? Bueno, aún si fuera de esa manera, sigue siendo así.

Y es que sus ojos no podían dejar de pasearse de un punto a otro dentro de un mismo patrón, esa mirada reflejaba muchas cosas ante las varias personas que se encontraban a su alrededor, mirándolos con algo de confusión.

— Vaya,  realmente los fotógrafos se toman el tiempo para analizar los espacios con los que van a trabajar, eh — Había comentado la joven quinceañera, pues estaba viendo el interés que uno de los chicos ponía en el paisaje. El compañero de aquel sonrió mirando a la adolescente.

— Somos algo intensos con ese tema, si las fotografías que les brindamos no son de alta calidad, entonces no estaríamos ofreciendo un buen servicio. Además, el lugar que elegiste es muy bonito.

— ¿Verdad que sí? Desde que ví este puente supe que sería mágico, es sumamente precioso.

— Hiciste una buena elección, pequeña. Bueno, te tengo una buena noticia, la sesión de fotos ya está lista, a más tardar dentro de una semana tendrán toda la preparación del vídeo musical, las fotografías y lonas. De eso ya me puse de acuerdo con tu mami.

— Está bien. ¡Muchas gracias, HyukJae! Son las mejores fotos de todo el mundo, me han fascinado. Hasta luego.

El rubio se despidió de la chica y su familia con una sonrisa de satisfacción, una vez más, su trabajo había sido un éxito. Cuando visualizó a la familia lejos de ellos y había dado orden a los trabajadores de poder retirarse, caminó a su amigo, quién aún seguía en el borde del puente, con la mirada perdida.

Lo miró por unos segundos con una sonrisa melancólica, dando leves golpes en su espalda. Al ver que el mayor su seguía sin reaccionar, no tuvo más opción que chasquear la lengua y recostarse sobre el barandal blanco, imitando la posición de su amigo.

El silencio estuvo con ellos por unos minutos, sin embargo, Hyuk entendía que aquel pelinegro no se había perdido del todo. A pesar de todo, seguía siendo el mismo de hace siete años, los recuerdos se mantenían intactos.

— Nunca pensé regresar a este lugar — escuchó, le sonrió dándole confianza e incluso hizo que el mayor lo viera — Lo mejoraron demasiado. No lo recordaba así, pero...es aquí, la sensación es la misma.

— Este fue tu lugar favorito por mucho tiempo, ¿No es así? — el chico asintió, acariciando el borde del barandal — Aunque lo ocultes, sé que lo sigue siendo.

— Nunca dejó de serlo — sonrió, con tristeza, melancolía, con algo de amargura. Apretó su puño, sintiendo su nariz picar — Ryeowook amaba este lugar.

HyukJae tensó gran parte de su cuerpo, incluyendo su mandíbula, y es que las palabras del mayor eran con un sentimiento tan fuerte que llegó a impactar en la espina dorsal del contrario con una corriente extraña. Si así se sentía él, no imaginaba como estaría sintiéndose el mayor en esos momentos.

Tanto tiempo había pasado en que el tema de aquel chico castaño no se mencionaba. Años, hasta que, sin saber, habían llegado al punto débil de Yesung. Después de todo, no había podido olvidar el amor que un día llegó a sentir por él.

II. Definiendo el Amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora