Capítulo 1: Lluvia

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Una lluvia torrencial golpeaba la cuidad de Yokohama durante un obscuro y frío día de Abril.

El día más obscuro y frío en la vida de Ryunosuke Akutagawa.
La primavera más lúgubre que había vivido jamás.

Sabia que la lluvia se detendría en algún momento pero en su interior no lo haría en mucho tiempo.
El frío que sentía hasta sus huesos lo acompañaría de ahora en adelante porque ella ya no estaría a su lado. Porque nada ni nadie podría remplazar su presencia ni en un millón de siglos.

Su dulce hermana Gin había dejado este mundo.
Su dulce y hermosa hermana Gin se había ido para siempre.
Y él lo hubiera dado todo por haber muerto en su lugar.

Porque tuvo que pedirle aquella tarta de higos aquel día? Nisiquiera le apetecía, pero la había pedido porque su hermana quería hacer algo para animarlo en otra recaída de su salud que lo había dejado en cama una semana entera.
Porque justo pidió aquello en un día de lluvia tan intensa como el de este momento? Acaso no fue capaz de anticipar el peligro?

La culpa y el dolor que sentía su corazón era tan profundo que no pudo derramar ni una sola lagrima por su hermana a pesar de haberla amado con todo su defectuoso ser.

Se preguntaba mil y un veces porque...
Por qué ella?
Por qué no él?

Él no tenía y nunca tuvo nada que otorgarle a su familia ni mucho menos a este mundo en general. Su salud nunca había sido buena y la idea de la muerte siempre fue una posibilidad para él, pero... Y Gin?

Era demasiado injusto y extremadamente cruel.

Su hermana era el ser más maravilloso que había conocido jamás, una joven con un futuro brillante por delante. Ella tenía un sueño.

Ella era radiante y fuerte.
Él era sombrío y débil.
Ella era amable y dulce.
Él era taciturno y malhumorado.

Ella tenía la sonrisa más preciosa de todos los humanos sobre la tierra. Ella era su familia, su hogar.
Su corazón eran tan noble que podia amar incluso a alguien tan horrible como él.
Que sería de su miserable vida ahora sin su hermana en ella para darle sentido? Que sería de él ahora que estaría absolutamente solo?
De que servía el dinero de la reconocida familia Akutagawa si con ello no lograron salvarla?

Una cálida mano con dos alianzas en su dedo anular izquierdo se poso en su hombro izquierdo y algo que cubrió su cuerpo completamente empapado por la incesante lluvia -seguramente un paraguas- lo distrajeron de sus obscuros lamentos y sus inmensos deseos de ser enterrado junto a su hermana. Miro en dirección a su derecha y se topo con unos obscuros pero amables ojos café.
Y fue allí cuando se percato que los demás presentes en el funeral ya se habían marcado. Había estado solo hasta ahora.

- Dazai-san ...

El aludido sonrió suavemente. No había felicidad alguna en esa sonrisa, era notable que el hombre lamentaba profundamente la perdida de su joven pupilo.

Osamu Dazai era el nombre de aquel hombre vestido de negro que apareció a su lado. Había sido tutor de Ryunosuke desde que era un niño, ya que debido a su frágil salud a este le fue imposible asistir a la escuela normalmente.
No era su único tutor por supuesto, pero si el único que le fue posible asistir al funeral. El único al que Ryunosuke le guardaba un apego y cariño especial.

Dazai quitó la mano sobre el hombro del joven para tirar el ramo de rosas que traía consigo sobre la cubierta caoba del ataúd. Hecho esto, su mano volvió al hombro de su pupilo.
Sabedor que ningún discurso moral podría otorgarle consuelo alguno al joven ante tal perdida, optó simplemente por permanecer a su lado hasta que el funeral acabará. Gesto que Ryunosuke agregó mentalmente a su ya larga lista de cosas a las cuales estaba agradecido con su mentor.
Jamás lo olvidaría.









-Lo llevaré a casa, Ryunosuke-sama.

Ryunosuke observo al hombre de cabello canoso con un monóculo en su ojo derecho que lo esperaba junto a aquel ostentoso vehículo negro. Estaba seguro que sus padres, quienes se encontraban de viaje de negocios en ese momento, lo habían enviado por él.

Ryurou Hirotsu, su mayordomo y cuidador.

Una mueca de ironía surco sus  labios, gesto que no paso desapercibido por su tutor quién aún permanecía a su lado protegiéndolo de la lluvia y atento a la posibilidad de que se desmoronara en llanto. Pero Ryunosuke no lo hizo, no lloro en lo absoluto.

- Viene con nosotros, Dazai-san?

- Oh! podemos acercalo a algún lugar si lo desea, Dazai- Sensei.

El aludido negó con la cabeza y sonriendo respondió.

- Temo que debo rechazar su amable propuesta. Hay alguien a quién debo visitar aún - respondió con voz apacible llevando sus manos a los bolsillos de su pantalón.

Hirotsu lo observo confuso pero para Ryunosuke no hizo falta aclaración alguna y se limito a asentir.
Sabia por medio de su propio tutor que este había sufrido una dolorosa perdida, similar a la suya, hace cuatro años atrás.

Oda Sakunosuke, su esposo, había fallecido en una toma de rehenes en un banco.
Murió protegiendo a cinco niños, murió como todo un héroe.

Su tutor nunca volvió a ser el mismo desde entonces, toda luz en él se había apagado para siempre y a pesar de los años transcurridos, el dolor de perder a su ser más amado no mermo nisiquiera un poco.
No lo haría jamás.
Sus ojos estaban secos de tanto llorar en el pasado.

Dentro del corazón de Osamu Dazai nunca había dejado de llover.

Y al ver aquellos ojos cafés sin brillo alguno se preguntaba si él correría con el mismo destino.
Jamás dejaría de doler el haber perdido a Gin?

Dazai se acercó hacía él, se quitó su gabardina negra y la coloco sobre sus hombros. Le entrego también su paraguas negro.

- Llámame cuando sientas que la soledad te consumirá. Pero confío en ti, confío en tu fortaleza Ryunosuke - le dice dedicándole una mirada de absoluto cariño.

Era increíble que aquellos ojos tan tristes pudieran expresar también sentimientos dulces.
Dazai era un hombre que jamás mostraría lástima o desdén por la debilidad de otro y eso era algo que admiraba de su tutor.
Admirada que a pesar de todo aun podia permanecer de pie.

- Gracias, Dazai-san.

- Pronto habrá una súper luna rosa. Recuerda pedir un deseo esa noche.

Ryunosuke entorno los ojos confundido ante las palabras del mayor pero asintió de todos modos.

- Descansa. Nos vemos, Ryunosuke.

Y sin esperar respuesta, se encaminó bajo la lluvia y Ryunosuke lo vio perderse entre las hileras de tumbas hasta que esté diera con una en particular.
Aquella tumba solitaria sobre una colina, situada bajo un gran árbol , frente al mar.
Cuya lapida estaban grabadas las letras :
             
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