Ahí estaban, ambos frente al contrario, ambos observándose a los ojos.
Ambos con el mismo pesar, ambos amando a una persona que no debían.Incluso si les preguntasen el como habían llegado a ese punto, ninguno de los dos podrían llegar a una respuesta certera, más que una mera aproximadamente del que sería, sin lugar a dudas, el inicio del martirio de ambos. Aquellos ojos ambarinos solo reflejaban soledad, traición, justo como la mirada oscura de aquel joven empresario considerado como uno de los más deseados.
Ambos compartían eso último, que irónico que justamente para la persona deseada, no era el caso.
Un suspiro saldría de aquellos labios rosadizos, procediendo a finalmente hablar, quizá y sin saberlo, sus siguientes palabras marcarían un antes y un después para ambos, aunque ello no podría determinarse o siquiera llegar a imaginarse en un momento así, tampoco se le podría considerar como algo bueno o malo.
— ¿Hasta cuando estaremos así? —Se aventuraría a preguntar, sin apartar su mirada del contrario, el cual llanamente dio un sorbo a la copa de vino que tenía en su diestra, para así dirigir su mirada finalmente a ella, al menos, físicamente él estaba ahí, pero sabía que sus pensamientos se hallaban divagando en otro lugar.
— Hasta que ellos se separen —El de cabellos oscuros dio una pausa al observar cómo está alzaba una de sus cejas, en señal de extrañeza— no creerás que esa sería mi respuesta, ¿verdad? —Confirmó aquel, con ese tono sereno que, en ese preciso instante, irritó en sobre medida a la castaña, aunque parte de ella sabía que lo primero no iba enserio, negó ligeramente con la cabeza, esperando una respuesta del contrario que, luego de pasar unos minutos, notaría que no llegaría jamás.
— La amas, ¿verdad? Y yo lo amo a él, podríamos intentar- —Preguntaría aquella, para así intentar proponer algo que ni siquiera pudo decir por completo, ya que este le interrumpiría.
— No, le amo, pero no le haría eso a un amigo —Respondería con sequedad aquel, frunciendo el ceño, hecho que no sería pasado desapercibido con ella. Por más que lo pensara, su respuesta era la misma, por más que le doliera, no haría algo tan vil como lo que ella proponía.
Aún si internamente anhelaban lo mismo, sus métodos diferían el uno con el otro.
Por parte de ella, solo pudo bajar su mirada, sabía que lo que quería estaba mal pero ¿que se le podía hacer? Una parte de ella deseaba ver a su amado feliz junto a la persona que este amaba, mientras que otra le pedía a gritos que le separara de aquella rubia que, desde su punto de vista, no merecía ni un poco del amor que estaba recibiendo por parte de este. Al ver a aquel pelinegro pensó lo mismo, seriamente.
¿Que tenía de especial esa chica? Pese a que lo intentase negar, era una hipócrita más del montón, escondiéndose con una cómoda sonrisa.
Aún si pensaba ello, no era algo que pudiese mencionar a la ligereza, sabía que, además de aquel de cabellos azulados y el contrario a unos metros suya, habían más personas que esa sonrisa falsa se había ganado.
Falsedad, esa que tenía que utilizar al fingir que no le dolía ser mencionada como una "amiga" para él.
Al verle de aquel modo, no pudo evitar sentir que veía un mismísimo espejo. El de ojos oscuros movió su pierna discretamente con algo de impaciencia.
Él sabía que, aunque fuese su amigo, muy en lo profundo, habitaba una oscuridad que simulaba luz, básicamente, era como un sol falso.
No entendía el como aquel sentimiento se apoderó de él. Porque sabía que la atención de su amiga y de la persona que amaba estaba siendo opacada por aquellos ojos azules cual cielo.
— Jumin, hay veces en las que me harto de amarle —Sincero la contraria, capturando su atención. Dio un sorbo de nuevo a su copa— ¿Me puedo enamorar de ti? —Preguntaría la castaña, lastimosamente, noto que estaba fingiendo un tono inocente, a lo que simplemente suspiro.
— Haz lo que quieras —Limitaría a responder con un tono de voz apacible, restándole importancia, creyendo así que era uno de los tantos disparates de aquella oji-dorada.
Quien diría que, realmente, aquella chica por primera vez estaba hablando seriamente; con sinceridad.
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715 palabras
Episodio piloto
Sinceridad
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Change your mind
FanfictionEn un mundo en el que se respira la hipocresía, solo ellos dos podían ser completamente sinceros y así, cambiar su propia mente. _____________________________ Los personajes no son míos, son propiedad de Cheritz Universo Alternativo.