Querido Diario

Capitulo 2: Frutos rojos

4/4/1983

Querido diario:

Esta mañana me he levantado, me he vestido, arreglado y me he puesto en marcha hacia la cafetería. Mi madre siempre me deja dinero, y como no se cocinar, se agradece.                                    De camino me he encontrado a Agatha Franklin, una compañera del equipo. Le he preguntado como van las cosas por ahí y me ha contestado algo como "Ahora mismo estoy muy ocupada intentando ignorarte". Se ha ido. ¿Y esa reacción? ¿No me reconocía? No se que es lo que està pasando pero cada dia es peor. Al principio no me asustaba la desaparición de objetos mientras los usaba o sombras en cualquier sitio...

Bueno, me he "despedido" del equipo de fútbol y alguien se ha acercado para decirme "¿Te parece bien que nos lo digas cuando no viene Alice?" en serio, ¿quien es Alice? supongo que lo investigaré más tarde.

Los de el equipo me miraban mal, parece ser que ahora me tienen una especie de "manía". No entiendo nada.

Bueno, lo bueno de toda esta historia es que ahora tengo las tardes libres por que "Nunca ha existido el equipo de voleibol" ¿Donde he estado jugando todos estos años? Pero me han dicho que seguramente lo tendrán en cuenta para el siguiente año si tanta ilusión me hacía.                     Me he dirigido hacia el gimnasio a ver si al menos en el almacén tenían pelotas, para tenerlo como prueba definitiva.  Abrir la puerta, recordar lo que pasó ayer, cerrar la puerta y... Rojo.         Todo rojo como sangre, pero no era la habitación, era mi vista, como la ultima vez, empezaba a ver borroso pero aún así avanzaba, cada paso que daba más rojo veía todo. He llegado a alcanzar el almacén pero no llegaba a ver nada. Todo estaba rojo. Pero no un rojo normal, era el mismo rojo en el que soñé cuando era pequeña. Mi sueño era extraño, aparecía una manzana, iba aumentando y me absorbía en su roja totalidad.

He cerrado los ojos, los he vuelto a abrir, todo seguía rojo.                                                                               Al empezar a correr, sin saber lo que hacía, sin darme cuenta he llegado a salir. Mi vista volvía a ser la misma. No he querido volver a entrar, empiezo a pensar que siempre que entre, algo me va a pasar.

Al llegar a casa, en la mesa, había un pastel de crema con fresas, frambuesas, cerezas y una manzana roja, roja como la de mi sueño.                                                                                                                   Podría ser solo una coincidencia, pero no lo parecía. ¿Quién me haría un pastel? ¿Sería para mi? No he entendido nada en ese momento, lo he decidido dejar ahí, y ahí se a quedado, solo espero que no me ataque por la noche... ¿Eso puede pasar?