Besos.

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El festival escolar del instituto MoriMori llegaba a su fin. La noche caía, y con ella, la música y la fogata de cierre para tanta algarabía. Tamura se hallaba con su grupo de amigos del club, Yaribu. Por momentos parecia sumergido en su mundo, pensando en lo ocurrido hace tiempo atrás.
Kashima y Yaguchi habían discutido, y Toono había interferido dándole una bofetada a su ángel.
Más tarde se dio cuenta que Yaguchi y Kashima estaban de lo más bien, de echo, hasta se estaban abrazando y lloraban.
También se había percatado de que Yaguchi ya no buscaba excusas para quedar a solas con Toono. ¿Qué había pasado? No entendía nada pero si algo era seguro, estaba feliz porque era su oportunidad para poder quedarse con el pelinaranja. O al menos ese era el plan.

Desde que yaguchi había decidido dejar a Toono y Kashima seguir con sus vidas, notaba que Tamura era muy insistente en tener "encuentros casuales" con él. Y aunque el otro siempre lo acusaba de seguirlo, Kyousuke estaba seguro que todos esos encuentros no eran accidentales, ni casualidad.
Pudo notar que la actitud de Tamura cambió. No lo trataba con agresiones u ofensas, pero si tardaba en responder a sus oraciones. Como si se tomara el tiempo de pensar en lo que diría. Le parecía estúpidamente tierno.

Esa noche, tras el festival, era normal que se haga una gran fogata y bailes para los alumnos. Aunque los bailes en una escuela que era exclusiva para hombres se vería "raro". Y raro entre comillas, porque era natural que se formaran parejas.
La mayoria bailaba y reía alrededor de la fogata, al menos los que se atrevían.
Cerca de las 23:00, las parejas se alejaban y se perdían entre los árboles. Faltaba el detalle más importante en todo cierre de un festival, las velas.
Normalmente los novios y/o amantes, encendían una vela sellando una especie de pacto para que su amor sea eterno, o algo así. Pero los chicos parecían interesados en encender otras cosas.

Tamura había visto a Akemi y a Itome (entre los pocos) prendiendo una vela para después perderse también entre la arboleda.
Fujisaki encendió una vela, pero Yuri parecía más interesado en arrastrar al azabache al bosque. Aún así, el pelirosa parecía pelear contra todos sus instintos sexuales, para quedarse junto al menor hasta que termine con el ritual.
Kashima y Toono por otro lado, también encendieron una. Y en vez de ir al bosque solo se encaminaron a los cuartos, tomados de la mano.

Tamura estaba tan enfocado en esas escenas que no notó que alguien se le acercaba por detrás.

-¿Acaso inodoro-senpai también quiere prender esas velitas?

-¡Aah! Fea, no me hagas eso.

-¿Qué? ¿Tienes miedo?

-Para nada.

-¿Y bien? No me respondiste ¿Tu también quieres encender una de esas cosas?- parecía muy interesado por la respuesta ajena.

-¿Para qué? Es algo que se hace en pareja, ¿no?

-Esperaba que me pidieras que encendieramos una. -dijo sin una pizca de vergüenza o pudor.

-¡¿Por qué?! -la sangre hizo un buen trabajo decorando las mejillas de Tamura con un sonrojo.

-¿Cómo que "por qué"? ¿Acaso no te das cuenta de que todos nuestros encuentros casuales son cosa del destino?- siguió, esta vez en tono burlón.

-S-si...- para Tamura era evidente que no, siendo que cada vez que podía, intentaba cruzarse en el camino del más joven- A- aunque yo no creo en esas cosas.

-¿A no? que pena, ¿qué haré con esto ahora?

Tamura miró que Yaguchi había prendido una vela y la sostenía en sus perfectas y suaves manos.

-Supongo que si inodoro-senpai no quiere poner esta vela conmigo, buscare a alguien más.

-Espera, espera un momento- lo sostuvo del brazo. Esta bien que el no crea en esas cosas, pero tampoco iba a correr riesgo de que el ángel se le fuera con otro. Además haber encendido esa cosa era una especie de invitación, ¿no?. Después de todo, esas cosas solo se hacen con la persona que te gusta. ¿Eso quería decir que Yaguchi había llegado a sentir algo por él?

Besos y nada más.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora