1. Capitulo: La huída.

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El aire y el sabor de la sangre se arrastraban por mi boca cuál serpiente sobre el suelo.

Empezaba a notar la escasez de aire en mis pulmones, pero parar a tomar aire no era ni tan si quiera una remota opción.

Me permití por unos momentos mirar hacia atrás para comprobar lo que ya sabía, la ventaja seguía siendo extraordinaria, y eso nos daba una pequeña posibilidad de escapar.

Comprobado esto giré de nuevo mi cabeza hacia delante en dirección a Jungkook, ese pequeño cachorro era el más veloz de toda la estúpida manada, y aún en peligro de muerte se encontraba refrenado para evitar perderme de vista.

Apresuré aún más mi paso para alcanzarlo e instarlo a que no se reprimiese, pero eso solo logró que el sobre esfuerzo enviase punzadas a la gran herida en mi espalda, maldita sea.

Jungkook giró sin detener su paso para mirarme y debió de notar algo en mi rostro, pues se apresuró a volver unos metros y cargarme para seguir corriendo.

Maldito crío, dónde se ha de haber visto que el hermano pequeño cargue al hermano mayor. Y por si fuera poco, para aumentar mi vergüenza, que me estuviese cargando no suponía ningún esfuerzo en él. En vez de un gran alfa parecía llevar una pluma a sus espaldas.

Aunque he de admitir que, aunque mi orgullo estaba herido, mi cuerpo lo agradeció.

Lo dejé cargarme por unos cuantos metros hasta que el pulso de mi hermanito era aún más veloz que su carrera.

Me dejé caer al suelo y lo tomé de la mano para que me siguiera por el camino indicado por la vieja loba de la aldea, aquella pobre anciana que vio nuestro desastroso por venir y nos avisó, animando nuestra pronta partida.

Al llegar a un montículo desesperanzador de piedras apiñadas, tan puntiagudas como los dientes de un lobo joven, Jungkook paró en seco.

~No me gusta este camino.

Sospeché que lo dijo más para sí mismo que para mí, pero igualmente debía alentarlo a seguir.

~No tenemos otra opción kookie, hay que subir y hay que hacerlo ya si no queremos que nuestras pieles adornen la gran alcoba de esa arpía.

Comenzamos la escalada juntos aunque después de unos minutos Jungkook se quedó atrás. Era lo más comprensible, sus zapatos estaban un poco rotos y podía oler la sangre que empezaba a brotar de sus talones desde aquí.

Subí lo más rápido que pude para ayudar a Jungkook desde arriba, lo cuál agradeció.

Una vez arriba lo subí a mi espalda con un gruñido, y ambos seguimos adelante.

Kilómetros y kilómetros después el aire se tornó más frío y espeso, y el olor empezó a cambiar.

Un cúmulo de fragancias se entremezcló y entendí que nuestros territorios quedaron ya muy lejos, pero el peligro aún acechaba con fuerza, puesto que un nuevo territorio solo podía significar una o quizas varias manadas al acecho.

Debíamos encontrar un lugar donde refugiarnos y eso implicaba no descansar ni un segundo.

Seguimos arrastrando nuestros cuerpos hasta dar con un pequeño río, dónde Jungkook no se lo pensó dos veces para tirarse al agua y pescar algo.

Se lo permití tratando de estar alerta, mientras cada uno de mis huesos y mi estómago gritaba por descanso y comida.

Pero no podía permitirme el lujo de relajarme, así que quedé sentado en una gran piedra frente al pequeño río, turnando de vez en cuando la mirada de Jungkook a los alrededores.

Bajo Tu Piel {KNJ & TN} ~Omegaverse💜🐺Donde viven las historias. Descúbrelo ahora