Prologo

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La historia comienza en una tormentosa noche de invierno, el aire del exterior era tan frío que hacia a las aves desafortunadas caer congeladas al suelo nevado. No muy lejos de allí, en un gran castillo rodeado de una muralla tan grande que era casi imposible mirar con claridad los pilares que adornaban el castillo; en una de las torres, había una reina en pleno labor de parto, el cabello rubio cubría su sudorosa frente y sus mejillas estaban levemente enrojecidas por la reciente fiebre que sufría.

Ella sabía que no le quedaba mucho tiempo, pero deseaba con todo su corazón que su niño naciera saludable y poder al menos darle un beso antes de caer en el sueño eterno, a su lado había un hombre alto, de piel bronceada, cabello plateado y su rostro estaba cubierto con una mascara de hierro muy intimidante; este misterioso hombre era el rey y esposo de la moribunda mujer que yacía en la cama.

Guilty...

La reina con una voz temblorosa le extendió su pálida mano a su esposo, suplicaba con la mirada que le brinde todo su apoyo en este momento tan difícil, sin embargo lo que recibió fue indiferencia por parte de su esposo.

El rey observaba indiferente a su propia esposa a través de la mascara, su mujer lloraba y emitía gritos tan desgarradores que podrían asustar al más valiente, y sin embargo, a pesar de todo el rey miraba con indiferencia a su esposa.

¿Qué sucede con los médicos? ¿Acaso no había nadie que pudiera ayudar a esa triste mujer? En realidad había mucha gente presente afuera de los aposentos reales, pero el rey amenazaba con cortarle los brazos a cualquiera que se atreva a tocar a su esposa o al bebé.

Las horas pasaban, la reina estaba cada vez más agotada y a cada minuto ella perdía más y más sangre; ella pujó con las pocas fuerzas que le quedaban y finalmente un pequeño cuerpecito salió de su interior, llorando y gritando a todo pulmón por el frío de la habitación.

Guilty sonrió complacido a través de su mascara, sacó una daga y cortó el cordón umbilical que aún unía a esa criatura con su madre, la tomó en sus brazos y la envolvió en una sabana delgada de algodón blanco y después salió de la habitación sin mirar atrás, sin interesarle los quejidos de dolor que emitía su esposa o sus suplicas.

Dame a mi bebé... Guilty por favor, dame a mi bebé

Murmuraba la reina con una voz ronca y cansada de gritar, ella intentó levantarse, poco le importaba el camisón manchado de sangre o que de sus muslos aún escurría la sangre, tampoco el importó su vista nublada y la debilidad en sus piernas. En ese momento los médicos irrumpieron en la habitación para detener a la reina.

Majestad, tiene que descansar

Insistieron los médicos, pero ella insistía en ir tras su esposo para buscar a su bebé.

Por otro lado, Guilty miraba al bebé, un adorable recién nacido de cabellos rubios y piel tan suave y blanca como de porcelana, que ahora descansaba en su pequeña cuna con barrotes de oro.

Emerald será tu nombre a partir de ahora

Dijo el rey con frialdad y después abandonó la habitación.

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Nota final:

en la historia jugaré un poco con la personalidad de Esmeralda/Emerald, mi versión no será muy apegada a la que todos vimos en pantalla.

My Angel - Ikki x Male!EsmeraldaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora