- Es un alivio qué utilices guantes para esto Joe. - la miro con una sonrisa dibujada en mis labios.- Sí, lo he comprado con mis ahorros, tenía la manos para encender cerrillos. - bromeo.
Suelta una risita. - Tus manos son tan lindas cómo para desperdiciarlas en éste oficio tan desagradable. -
- No es tan malo, realmente aburre de hacer lo mismo. - hago mala cara.
- Veraz qué wendy pronto té ascenderá en el trabajo, lo haces muy bien. -
Miró a otra chica acercarse con más tratos, ellas los coloca debajo de mis manos del lava trates. La miro por mi encima de mi hombro y encoge sus hombros en forma tan tierna.
- Lo siento Jack. - dice con ternura.
- Descuida. - digo entre pequeñas risas.
Miro el reloj de mi muñeca, es hora de mi salida de trabajo, me despido de las chica qué se ha portado muy bien conmigo, una de ellas vino a recogerla su novio, la otra chica tomaba rumbo por otro lado, así qué me tocaba irme sólo, aveces Harley era mi compañía de regreso a casa, pero está vez me tocaba irme sólo. Tomé el tren para llegar más rápido a casa, me distraje mirando por la ventana pensando sobre lo qué nos ha tocado llevar en tan poco tiempo sobre lo qué nos ha ocurrido, dió un cambio radical a mi vida, nos toca sacrificarnos de más por falta de dinero, pienso la mayor parte de mi vida porqué no tuvimos la suerte de ser un maldito millonario para no tener qué pasar penas con mi familia, bueno ¿y a quién no le gustaría?
El tren se detuvo dejándome a unas cuántas cuadras de mi casa, me cargo mi mochila sobre mi espalda, la siento más pesada ahora qué antes, quizá por lo cansado qué me encuentro, estoy agotado con muchas ganas de tumbarme en mi cama y no despertar hasta mañana. A unos cuántos metros de mi casa presencié de nuevo ese auto qué percibí aquel día qué regresaba de la universidad junto con el odioso de mi hermano, mierda tengo un mal presentimiento.
Comienzo a correr junto con mi mochila pesada qué siempre llevo a todas partes, al entrar veo a mis padres arrodillados frente a ellos con dos tipos apuntándoles con armas en sus cabezas a mis padres, toda mi sangre se me sube a la cabeza al ver a mis padres llorando y suplicando qué no los matarán. Creí qué vendrían mañana.
Dejo caer mi mochila colocandome enfrente de ellos quitando con brusquedad las armas qué apuntan a mis padres en su frente, ahora tengo sus armas apuntándome hacia mí, escucho a mi madre llorar desesperada suplicando qué no me hicieran daño, una sonrisa diabólica postrada en sus labios comienza a darme temor.
- Tengo el maldito dinero qué les deben mis padres, dejenlos en paz. - elevo un poco mi voz tratando qué sonará duro, pero fracase ya qué tembló.
Ellos ríen al mismo tiempo. - En serio niño, lo dudo qué tengas mi dinero, es una buena cantidad de dinero qué nos deben tus padres. -
- Sí, de echo aquí lo tengo. - alcanzo mi mochila en busca del dinero con mis manos temblando. - Aquí están los cinco mil, ellos ya le dieron el resto. - dije entregándoles la plata en sus manos.
Esto lo cogieron arrebatándolos de mis manos y sus risas no se hicieron esperar, fruncí mi ceño confuso, porqué diablos se estaban riendo.
- Niño estúpido esto no es nada de lo qué nos deben tus estúpidos padres. - dice de golpe.
- ¿Qué? - estoy confundido. - Eso es lo qué ellos deben. -
- No es ni la mitad, tus padres nos deben mucho, les hemos vendido drogas y les dimos un maldito préstamo. - eleva por lo alto su voz el tipo con varios tatuajes en sus brazos.

ESTÁS LEYENDO
Dangerous Woman
ChickLitMe ha tocado enfrentar el cielo y el infierno, no me conoces, no te enamores de unos ojos lindos. escuché que piensas qué las mujeres somos el sexo débil. escuché qué te gustan las mujeres malas, te arrepentirás de lo qué dices. no soy el tipo de mu...