UNA HISTORIA DE AMOR

Fui al bar como de costumbre era uno de esos días en que ya no sabía si era una alcohólica o solo iba allí para recordar.

Mientras tomaba mi trago escuchaba una canción la cual se parecía mucho a mi historia. Pude de inmediato reconocer quien era el autor de esa canción, nadie podría contar una historia tan igual a la nuestra. Miré al escenario y no sé porque me sorprendí de verlo allí si ya mi mente se hacia la idea de que era él.

Esa triste pero bien escrita canción me devolvió al pasado, aquel pasado que trataba de olvidar, pero mi mente no me dejaba pues allí se encontraba lo mejor de mi vida, una vida la cual no quería nada conmigo.

Mis ojos se llenaron de lágrimas mientras recordaba mi pasado y veía lo triste de mi presente y lo negro que se mostraba el futuro.

Hace unos diez años cometí la más grande, inexplicable, loca y la vez adorable locura que nadie pudo a ver cometido, era una psicóloga reconocido en varias partes del país, mi esposo era un abogado reconocido teníamos una hermosa familia conformada por mi hija de diez años Ana, mi hijo de siete Canon, y una dulce pequeña de cuatro llamada Camille. Tenía todo lo que una mujer podría pedir, una casa hermosa, un esposo comprensivo, unos hijos maravillosos con mucha salud y estaba en la cumbre de mi carrera era cien por ciento feliz.

Recuerdo que un día estaba en mi oficina como de costumbre y entro el, era un chico tímido, apenas y decía hola, me pareció lindo por así decirlo, de lejos se veía que le habían hecho daño y que pedía ayuda a gritos. Su madre lo llevo pues tuvo su primera ruptura y tenía pensamientos suicidas.

Recuerdo que el primer día casi no hablamos aun no me tenia la suficiente confianza, yo me quedaba observándolo y no sé porque me seguía pareciendo lindo aun y no hablara nada, tenia los ojos grandes con una mirada profunda la cual hacia pensar que te desnudaba con tan solo verte.

Recuerdo que un día le pregunte que fue lo que en realidad paso, ¿Por qué un chico tan lindo quería suicidarse?

- ¿Lindo?, respondió mirándome a los ojos.

- Si eres lindo por si no lo sabias, respondí.

- Dígale eso a mi ex novia me uso y me dejo por uno más lindo.

- La belleza es relativa para mi puedes llegar hacer hermoso.

- Solo lo dice porque es mi doctora

- Lo digo porque soy una persona

Esa pregunta marco la diferencia, desde ese día mi paciente comenzó hablar, el comenzaba a contarme sus cosas, me contaba el porqué su novia termino con él, lo que sentía, como pensaba, lo que soñaba y sus fantasías sexuales, sabia que era parte de mi trabajo escucharlo, pero no sé porque me sentía parte de su vida. Sentía como si estuviésemos conectados por algo mas que solo las sesiones de psicología.

Un día me atreví a invitarlo a salir, le dije que fuéramos a una nueva galería de arte que un ambiente diferente le haría bien para distraer su mente de los pensamientos negativos, el acepto sin poner ningún pero.

En la galería de arte no dejaba de mirarme, al preguntarle solo respondió; es solo que hoy te ves mas bella de lo habitual. No pude evitar sonreír.

Cuando lo iba a dejar en frente de su casa se quiso despedir con un beso en la mejilla, pero sus labios llamaron a los míos y estos por fin tuvieron el encuentro que habían estado deseando desde hace un buen rato, no nos importó que estuviéramos en mi carro, una cosa fue llevando a la otra y terminamos haciendo el amor en el sillón de atrás, temblaba como si hubiese sido mi primera vez.