La casa (Parte 3)

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Llevo unos 20 días trabajando en la casa y no tengo intenciones de irme de aquí. De cualquier manera, nadie me espera afuera.

Aun no me acostumbro del todo, pero esto es más de lo que habría deseado, o al menos de lo que había soñado.

Mi trabajo es ser el jefe de mis jefas. Se que suena extraño, pero es literalmente eso.

Estas chicas me pagan mucho dinero por hacerlas mis esclavas y mis deseos son órdenes y mis órdenes son ley.

Después del chiquero que hice con Keyla en la biblioteca donde me puso a prueba, vino Lucy a limpiar y mientras me acomodaba la ropa, me explico todo y me conto de que se trataba el trabajo. Antes de que terminara de hablar yo ya lo había decidido. Me iban a pagar por cogerlas y humillarlas, por ser el amo de la casa junto con Sebastián.

-Bien, son las 20 horas del sábado y habrá una cena especial. – Dijo Sebas mientras pasaba la mano groseramente por el trasero de Lucy. Ella sonrió.

-Oh, genial. Ya tengo hambre. – Acoté, aunque no sabía de qué hablaba.

-También yo, pero ¿Sabes que Kaso? Las chicas no nos servirán la cena hoy. -

Todos, Lucy, Keyla y yo miramos a Sebas sin entender. En ese momento suena el timbre.

-Keyla, abre la puerta y recibe como se debe a mi amigo. – Dijo Sebas y le guiñó un ojo.

Keyla sonrió levemente mientras encaraba la entrada y al pasar junto a mi rocé su pecho con el dorso de mi mano, eso le encanta. Me asomé al pasillo para ver quién era.

-Hola, soy Camilo. ¿Aquí vive Sebastián? –

-Si. – Dijo Keyla dubitativa.

-Bien. Pasa niña. – Le dijo Camilo a una chica que venía con él.

-Em... ¿Ella quién es? – Replicó Keyla señalándola.

-No tiene nombre. Dile perra o puta. Como quieras, da lo mismo. – Respondió serio mientras entraba.

Llevaba a la chica con una correa de perro atada al cuello y ella cargaba con dificultad dos cajas bastante grandes y notoriamente pesadas. Ambos con un sobretodo negro hasta el piso muy similares entre sí. Solo se les veían las manos y las caras.

Entraron directamente a la cocina mientras Keyla y yo mirábamos curiosos.

-Bien, En cualquier momento estará lista la cena. ¿Te gusta la comida turca? – Me dijo Sebas. Obviamente él había organizado todo esto.

-No lo sé, creo que nunca la he probado. –

-Te gustará. ¡LUCY, KEYLA! ¡HAY QUE PONER LA MESA! – Gritó.

Ambas salieron corriendo con sus tacones y sus diminutos uniformes hacia la cocina y comenzaron a traer al comedor los cubiertos, los vasos, las servilletas y demás utensilios. Cuando terminaron se pararon junto a la mesa. Se les notaba nerviosas. Tengo entendido que Keyla y Lucy siempre estaban enteradas de lo que iba a pasar en la casa porque ellas son las dueñas, Sebas y yo somos en realidad somos los empleados, pero esta vez Sebas las sorprendió. Ninguna de las dos sabía que era lo que estaba pasando y mucho menos lo que iba a pasar (Igual que yo), pero ambas se mantuvieron en personaje.

Caminamos al comedor, en la cocina se escuchaban ruidos. Sebas juntó todos los platos ante la mirada atenta de las chicas, los apiló sobre la chimenea. Corrió todo lo que estorbaba en el centro de la mesa y dijo:

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⏰ Última actualización: Apr 09, 2020 ⏰

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