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Casi siendo las 9:15 a.m. me encontraba en mi clase favorita: Economía. Ese día el profesor Kim NamJoon hablaba sobre el mercado de divisas y su importancia en el mundo financiero; la mayoría le miraba el rostro prestándole la mayor atención posible a sus palabras puesto que pronto llegarían los exámenes finales, otros se distraían con su cabello pulcramente peinado hacia atrás dándole un aspecto más guapo y varonil que el que su gran porte mostraba normalmente, unos pocos miraban su fino traje hecho a la medida preguntándose cuanto dinero habría gastado en él.

Y por último estaba JiMin, quién se fijaba justo en el lugar que no debía, su curiosidad se dió gracias al medianamente notable bulto que se alzaba entre sus piernas razón por la cual no prestaba ni la mas mínima atención a lo que su querido profesor decía, y es que trataba pero los pensamientos que venían a su mente cada vez que le tocaba clases de Economía lo atormentaban tanto que últimadamente su bulto se alzaba dejándolo tan duro que al termino de la clase muy adolorido corría hasta el baño para calmar su problema con la imagen mental de si mismo proporcionándole una deliciosa mamada al hombre que lo tenía delirando.

Park, desde hace unos diez minutos le estoy preguntando qué entendió sobre todo lo que dije, ¿será que podría ser tan amable de contestarme?— Dijo inclinándose en el pupitre del pelirosa con una gran sonrisa sarcástica.

Umm... Lo siento, yo no estRespondió nervioso lo más rápido que pudo antes de ser interrumpido.

Quiero hablar con usted después de clases, y espero que sea la última vez que se repite está situación— Y se alejó de nuevo a hacía el tablero queriendo seguir con la explicación del mapa conceptual que se encontraba en él.

JiMin se sentía avergonzado pero sobre todo nervioso, sabía que lo menos que quería el profesor era hablar sobre sus constantes distracciones, que solo lo había tomado como una escusa para que ninguno de los demás estudiantes se preguntarán qué querría hablar con él a solas, pero sobre todo sabía que de alguna u otra forma todo lo que ocurría desde hace unos tres meses se repetiría una vez más, y él no lo podría evitar puesto que también quería y las ganas sería mayores como para querer luchar contra ello.

El resto de la hora pasó volando sin darse cuenta y JiMin no pudo concentrarse ni por los nervios que lo carcomían, quedaban pocos de sus compañeros todavía recogiendo su cosas, el de baja estatura se todavía se encontraba en su asiento mirando su celular tratando de distraerse con los mensajes que mandaban sus amigos.

JiMin, acércate.— Dijo una voz imponente, levanto la cabeza y mirando a los lados se dió cuenta que ya nadie se encontraba en el salón excepto el profesor quién estaba recostado sobre su escritorio cruzado de brazos mirándolo fijamente. Se dió cuenta de que había dejado su chaqueta a un lado y remangó su camisa hasta debajo de los codos.— Vamos, te estoy esperando, sabes que no muerdo a menos que no quieras.— Mostró una gran sonrisa enseñando orgulloso unos hermosos hoyuelos.

JiMin se levantó y tomó sus cosas para después acercarse y colocarse al frente del profesor quién no dejaba de ver todos sus movimientos, con una mano en la cintura fue acercándolo más hacia su persona tratando de no dejar espacio entre ninguno de los dos terminado por posicionar sus dos manos en la pequeña cintura.

Qué tal si me cuentas porqué últimadamente andas tan distraído, o mejor aún, cuéntame porqué sales corriendo del salón cada vez que terminan las clases, ¿Acaso ocurre algo que te tiene así?— Habló justamente sobre los pomposos labios. Él sabía que eso enloquecía al pelirosa por eso cada vez que podía aprovechaba y lo hacía para conseguir lo que quería.

Amm yo... Solo no he dormido bi-bien y por eso me distraigo— El alumno trató de sonar lo más convincente posible, mas era muy notable el temblor en su voz.

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