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La temporada de lluvias comenzaba, las gotas que caían con tanta fuerza marcaban el comienzo de una nueva estación, las raíces de las flores de los campos se alimentaban con aquel líquido sagrado que durante unos meses caerían constantemente sobre ellas pero aquella temporada de lluvias no solo trajo consigo vida también llegaron fuertes vientos y tormentas, pero nada que no hubiera pasado antes, aquella tormenta que había llegado de forma tan inesperada hace años que ya había visitado la aldea pero para ser exactos fue hace más de un siglo, cuando el cielo lloró por más de veinte horas seguidas arrastrando las grandes cortezas de los árboles donde al final grande parte de lo que era un bosque volvió a renacer como un campo de flores.

Lugar que para los aldeanos se volvió sagrado, todas las flores que crecían en aquel campo poseían una característica en especial una pequeña piedra que las adornaba en el centro por alguna razón aquel terreno que alguna vez fue destruido ahora era una importante zona rica en minerales pero solo las plantas podrían extraerlos y convertirlos en hermosas piedras y por muchos años se intento profanar aquel suelo pero solo aquellos que habían nacido en aquella aldea eran capaces de tomar las flores al igual que las piedras y que estas no murieran en el intento, porque cuando las flores eran arrancadas por manos ajenas a las de los aldeanos las flores se tornaban grises y la piedras se convertían en simple polvo.

Pasaron años en los cuales poco a poco los aldeanos tomaron la decisión de alejarse de aquel lugar sagrado ya que si alguna persona extraña llegaba a su hogar no le fuera posible (sencillo) ver el campo de flores, alejando tanto a la persona como a su ambición porque todos en la aldea sabían el valor de aquellas "piedras" y aunque algunos de los habitantes intentaron monetizar con las piedras estas a pesar de poder ser arrancadas del campo y permanecer en sus manos cuando eran alejadas lo suficiente tanto de su campo como de la aldea se volvían polvo fue ahí cuando entendieron que jamás podrían salir con ellas gemas a tierras ajenas, fue entonces que tomaron la sabia decisión de defender el campo y mantenerlo como un secreto.

A kilómetros de aldea aguardaba el campo de flores y solo aquellos que originaban del valle eran capaces de poder encontrar el camino a el, pero como ya se menciono aquella tormenta había regresado y el agua trajo consigo a quien alguna vez había pertenecido aquel valle pero no solo regresaría a su lugar de origen también descubriría el secreto de las flores llenas de gemas. Cuando llego a la aldea se decía que había retornado aquella persona que hace un siglo su llegada hizo que la tormenta arrastrara el bosque y se volviera lo que es hoy en día y no eran los aldeanos quienes lo decían era la tierra quien al saber de su llegada el campo se volvió inestable pero nadie sabia si para bien o para mal.

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No me pregunten solo gócenlo porque ni yo se que es lo que estoy haciendo pero va a estar interesante.