U N O

214 21 4
                                    

«El Sol y la Luna eran dos fieles enamorados, no existía nada más puro y sincero que su amor.

Afrodita, diosa del amor y la belleza, sintiendo envidia de aquel sentimiento tan puro y sincero, se presentó ante el Sol con toda su hermosura e intentó seducirlo de una manera en la que solo ella podía.

Lastimosamente para ella, el Sol no era como los demás hombres.

— Mi señora — le dijo —. Admiro tu belleza y dulzura pero, sin duda alguna, mi corazón solo pertenece a mi amada esposa Luna

Afrodita, furiosa de no haber logrado su cometido y de darse cuenta de que ese amor podría sobrepasar incluso a los dioses, ordenó que se les separara para siempre.

El Sol fue enviado a salir solo de día y la Luna solo de noche para que así jamás pudieran encontrarse de nuevo.

Sin embrago, aquel puro sentimiento jamás murió lo cual provocó que el mismísimo Zeus les tomara en cuenta dándoles así su bendición quien, al no poder deshacer la orden de Afrodita, llamó al Sol ante él para así poder hablarle:

— Deberás esforzarte, si lo logras entonces podrás ver al borde del rostro de tu amada — y así lo hizo

Desde aquel entonces, cuando la temperatura es alta es porque el Sol brilla con toda su intensidad para así lograr lo que Zeus le dijo y ver en el horizonte la silueta de Luna, su eterna enamorada.»

— ¿De nuevo leyendo ese maldito libro? — se acercó y arrebató de sus manos aquel libro desgastado —. Basta Yoongi, él no volverá

— Confío en que lo hará, Jin — no quería llorar esta vez pero era imposible —. Él prometió que iría contra quien fuera, incluso contra su madre o su padre, solo para estar conmigo

— Ya han pasado cuatro meses, debes olvidarlo

— ¡Nunca! Jimin es mi luna, algún día podré verlo de nuevo, solo tengo que esforzarme

No es que Yoongi fuera un necio, tan solo es que no puedes olvidar al amor de tu vida de la noche a la mañana.

[…]

— Lo haré Hobi, saldré de aquí, lo veré de nuevo — dijo detrás del computador —. Sé que Yoongi espera por mi, yo lograré llegar a él

— Yo… te admiro Jimin, incluso mandaste a tus padres al diablo…

— ¿Haz leído ese mito de la luna y el sol? Yoongi es mi sol, algún día nos encontraremos de nuevo

— Suerte amigo, me tengo que ir, Tae espera

La vídeo llamada fue terminada y Jimin tan solo se tiró sobre su cama mientras cerraba los ojos y recordaba con amor cada detalle de aquel fino rostro; ojos gatunos, piel nívea, labios delgados y rojos, sonrisa perfecta, pestañas largas, todo en ese chico era perfecto, haría lo que fuera por estar con él.

Ojalá su madre jamás se hubiera enterado de que estaba de novio con un chico, ojalá que Tzuyu, su ex novia a la que dejó después de conocer a Yoongi, se arrepintiera algún día de haber ido con el chisme a la señora Park y haber provocado no sólo que lo separasen de su amado sino que también lo condenó al encierro total y mensajes, llamadas y textos bien controlados donde, si alguno iba dirigido a ese “maricón” , como lo llamó su padre, se encargarían de joderlo para siempre.

— Te prometo que algún día lograremos vernos en el horizonte una vez más — sus ojos se cerraron hasta que por fin se quedó dormido

«—No importa lo que pase, siempre te amaré Jiminnie, te lo juro».

Siguiendo La Luna Donde viven las historias. Descúbrelo ahora