Parte Final

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Al parecer mi cuerpo ya no tenía más lágrimas que llorar, porque después de estar dos horas así no volvió a salir ninguna por más ganas que tuviera.

Después de que Jorge se fue de la habitación escuche varias veces como el reía, como Violetta reía, como Ale chillaba de emoción. Al parecer estaban muy felices. ¿Y yo? Yo estaba llorando porque no entendía a aquel hombre.

Me dolía saber que seguro ahora sería bueno con ellas y mañana se convertiría de nuevo en ese horrible monstro que es conmigo. Mis niñas no merecían que el jugara con sus sentimientos de esa manera.

Escucho pasos subir las escaleras y después pasar por mi habitación. Unos quince minutos después es la casa era solo silencio.

La puerta de la habitación se abre, por instinto aprieto la almohada que estoy abrazando a mi cuerpo. Mis ojos arden, pero no lloro más. Jorge camina por la habitación, no sé qué está haciendo y tampoco me interesa ahora mismo. La puerta del baño se abre y después se cierra, segundos después escucho como su ropa cae al suelo y como la regadera es abierta, las miles de gotas de agua caen y escucho como Jorge entra a darse una ducha.

El tiempo transcurre y siento como Jorge sale del baño. No pasa mucho, cuando él ya está acostado a un lado mío. Su mano se extiende hacia mi vientre, pero esta vez no lo dejo y doy un tirón a mi cuerpo para que él no me toque. Y sé que no le importa, porque no pasa mucho cuando vuelve a estirar su brazo y esta vez, por más que reniegue término pegada a él, como todas las noches. Solo que esta noche era diferente, ahora estaba muy enfadada con él.

—Nena.. —musita—. Tú y yo tenemos que hablar.

No contesto.

—Sé que estas molesta.. y eso wow, no es normal —lo escucho carraspear—. Se supone que yo siempre estoy así, pero ahora lo estás tú. ¿Y sabes? Tienes toda la razón —se queda en silencio, sin escuchar alguna respuesta mía—. Martina por favor, hablemos.. esto no puede seguir así.

—¿Cuántas veces repetí esa frase yo, Jorge? —escupo en un susurro con rabia—. Recuerdo haberte dicho miles de veces que nuestro matrimonio no podía seguir así, que no debíamos pelear y que no debías tratar a tus hijas de esa manera. Aun así, nunca me escuchaste, te hiciste sordo ante mis palabras. ¿Debería ahora yo hacerme sorda ante las tuyas? Por qué no mereces que te escuche, no mereces que te hable, no mereces que te siga amando.

A la última frase su mano se aprieta más a mí. Su respiración ahora es rápida.

—Sé que he sido un idiota que no merece que lo escuches pero.. trata de hacerlo, por las niñas.

Rio amargamente.

—Martina.. —murmura con arrepentimiento.

—Ya basta.

—No. Solo escucha lo que tengo que decir y después decidimos que hacer.

—¿Y qué pasa si decido que dejemos de estar juntos? —pregunto de la nada. Su cuerpo tiembla atrás de mí.

—Si eso pasa, voy a hacerte el amor y me iré —su respuesta me sorprende, pero me quedo en silencio. Me esperaba más un ‘‘respetare tu decisión’’ que a eso—. ¿Por favor? —me quedo callada, así que él se suelta hablando—. Tú sabes bien porque he estado así. Mas no sabes cómo estuvo todo, quisiera que me entendieras.

«¿Entender qué? ¿Qué tu maldito trabajo nos arruino a todos en esta casa?» Gruño de impotencia dentro de mí, pero no hablo.

—Desde que nos aliamos con Terry Holdings he estado lleno de trabajo, deje de tener tiempo para ti, para las niñas. Tú lo notaste y te quejaste, entonces como recuerdas volví a hacer un poco de espacio en mi trabajo para ustedes, aun así todo se me fue de las manos cuando me di cuenta que me estaba distrayendo mucho para los proyectos de las construcciones en Paradise Club, hice varios planos mal y firme papeles que no eran correctos. Hubo un jodido desastre, Martina. Terry Holdings se me vino encima, estaban llenos de rabia por que las cosas no iban bien. Perdí más de un millón pagando lo que por mi culpa se echó a perder. Después, ellos rompieron el contrato con The White Company. Mis padres, hermano y tíos pegaron un grito en el cielo y me dijeron que si no arreglaba el contrato con Terry Holdings quedaba totalmente despedido y en bancarrota. ¿Cómo crees que me puse al saber que estaba a poco de quedar totalmente en la pobreza? Tú y mis niñas no iban a tener nada más, no les iba a poder dar lo que necesitaban. Así que decidí poner el cien por ciento en el trabajo, nada para ustedes, pero era por una buena jodida causa. Logré de nuevo firmar contrato con Terry Holdings, entonces de nuevo The White Company comenzó las construcciones de Paradise Club, eso fue mi caída total, estaba todo el día creando de nuevo planos, contratado personal, mi familia me dejo absolutamente todo a mí, Martina. Tenía prácticamente la empresa encima, nada de tiempo y fue cuando de nuevo empecé a tener esos malditos dolores de cabeza que me sacaban de quicio, el estrés me tenía hasta la mierda, tenía miedo de arruinar algo y dejarlas sin nada. Pero aun así, me encargue de destruirlas a ustedes, empecé a tomar para relajar mi mente, fue cuando empezaron nuestras peleas. Me metí tanto en la perfección de Paradise Club, que algo en mi cabeza me decía que en casa todo también tenía que ser perfecto. Los días que llegaba a casa lo único que quería era cenar tranquilamente y después dormir contigo, tal vez hacerte el amor, pero no, llegaba y pronto Violetta estaba encima de mí, chillando porque quería un nuevo juguete o porque quería salir.. después a la hora de la cena Ale se la mantenía chillando porque no quería comer, tú te estresabas y te ibas del comedor, tu más que nadie sabes cómo odio que alguien se levante de la mesa, me gusta cenar en familia, pero cuando te ibas dejaba de ser una familia.. más tarde, tocaba ir a la habitación, lo único que quería era acostarme, estar contigo de cualquier manera, pero terminábamos discutiendo porque a ti no te gustaba como regañaba a Violetta o como no le prestaba atención a Alejandra. Así fueron todos los días, era un jodido remordimiento, porque apenas llegaba a casa y el estrés crecía en mí, quería que todo estuviera bien y estable pero no se podía.. porque ya no estábamos acostumbrados a estar juntos, yo quería una perfección en casa como en el trabajo, pero no se podía contigo, con las niñas.. siempre había algo que me molestaba y todo se convertía en un infierno, había días en los que estaba todo el día trabajando con tal de no llegar y estresarme más. Me esforcé por no dejarlas a ustedes en la calle.. pero aun así las destruí siendo un hombre molesto que nada le gustaba.

All I Want This Christmas Is You   *Adaptada *One shootDonde viven las historias. Descúbrelo ahora