Parte 5

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Punto de vista de Hugo:
Madre mía, como me perdía en sus ojos cada vez que me miraba. Y sus labios, como los mordía cuando estaba nerviosa. Y su pelo-
"Eh Hugo, espabila, que estás dejando un charco." Dijo Sam, golpeándome ligeramente en la cabeza.
Me reí y seguí deshaciendo la maleta. Pero no pude evitar echar vistazos a Eva, que estaba a unos cuantos metros, muy concentrada en meter toda su ropa en el armario.
Cuando por fin todos habíamos terminado de deshacer nuestras maletas, me acerqué a Eva y la di un beso en el cuello.
"Quedan siete minutos para que abran la habitación." Dije, dándole otro beso.
"Siete minutos eternos." Respondió, y me beso en la mejilla.
Me fui para coger un plátano mientras Eva se puso el pijama. Justo cuando llegaron las 10 me levanté de la mesa y me fui a por ella. Se estaba cepillando el pelo. La abrace por detrás y empecé a arrastrarla en la dirección de la habitación.
"Hugo," dijo riéndose, "no he terminado."
"No me importa." Dije, y la tire mas fuerte. Eva se dejó llevar.
Cuando entramos en la habitación, cerré la puerta con mi espalda y la giré para que estuviésemos cara a cara. Me acerqué a ella para que nuestros cuerpos estuvieran pegados y puse mi mano en su mejilla. Hubo un segundo donde nos miramos a los ojos y después- la bese. Fue un beso mágico, la verdad. Lleno de sentimientos, pasión y ganas que no habíamos podido expresar por 2 meses. Eva puso sus brazos alrededor de mi cuello y me besó con aún más ganas. Baje mis manos lentamente hasta llegar a su cintura y la empuje de manera ligera contra la pared. Empecé a plantar besos por su cuello y su mandíbula, haciéndola soltar un gemido. Los dos nos reímos y me agarro la cara para besarme otra vez. Finalmente, nos separamos- ambos con sonrisas gigantes.
"Te he echado de menos." Dijo.
"Y yo a ti." Respondí, dándole un beso en la nariz.

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