POV POCHÉ.
Ya era bastante tarde para arrepentirme, ya estaba hecho. Ya estoy acá así que solo me queda disfrutar de mi estadía para decidir qué haría con mi vida. Baje del avión y estaba en la sala de espera ansiosa y nerviosa por ya salir de ahí con mis cosas y poder ver a mi hermana, a la cual no veía desde hace casi un año. Saque mi celular del bolso y lo prendí esperando leer un mensaje de mi hermana el cual había llegado.
"Bienvenida a Los Angeles, pequeña Poché. Estoy al tanto de que ya estás en mis tierras y te estoy esperando con los brazos abiertos en el departamento. Hace unos días me doble el tobillo y estoy con yeso así que se me hizo imposible recogerte. No les dije nada porque no quería preocuparlos. Bueno te cuento los detalles cuando te tenga en mis brazos."
Me quede paralizada al terminar de leer el mensaje, mi hermana estaba con yeso? y en su departamento? Osea yo tendría que ir sola hasta allá? Era imposible que Valentina me hiciera esto, ella sabe lo nerviosa que soy respecto a lo nuevo y me muero si tengo que salir de acá sola. Estaba por entrar a un ataque de pánico cuando recibí un segundo mensaje.
"Tranquila pequeña, no tienes que venirte sola. Mande a Calle a buscarte, ella ya te está esperando. Si no la recuerdas mucho ahora te envió una foto.
Te espero. Beso"
Empecé a respirar al recibir el segundo mensaje, pero mi corazón empezó a latir más fuerte al leerlo completo. Ella ya estaba acá? Me iría todo el camino con ella? Una pequeña risa me invadió cuando leí el
"si no la recuerdas mucho".
Jamás la olvidaría y no creo que haya cambiado mucho, aunque yo si había cambiado no creo que ella cambiara. A los segundos me llego un tercer mensaje el cual era la foto. Y sería LA foto con mayúsculas ya que me quede muda al verla. Seguía teniendo esos ojos que te llevaban al cielo con ese cabello castaño un poco más largo y esa sonrisa de lado encantadora que la caracterizaba, Era aún más hermosa, con rasgos que la hacían ver mayor lo cual aumentaba su sensualidad. DIOS! Poché, que estás hablando? Respiré hondo como me había dicho mi psicóloga y vi que en la foto también estaba Valentina, Calle la tenía abrazada y Valentina estaba con su sonrisa dulce y unos lentes. Wow! No sabía que mi hermana usaba lentes. Estaba segura que este viaje me pegaría mucho más a ella, en serio la extrañaba.
Cuando ella aún vivía con nosotros siempre fue mi confidente, venía a mi habitación y me escuchaba y aconsejaba. Vale era la hermana mayor que todos desearían tener, era el ser más dulce y protector que existía. Si a alguna de mis hermanas le preguntabas cual era su hermana favorita era muy seguro que te dirían Vale, hasta yo lo haría y jamás tuve celos de ella. Éramos cinco hermanas, mi papá falleció cuando yo tenía un año y casi ni lo recuerdo. Vale es la que siempre me cuenta cosas sobre él y amo escucharla sobretodo porque sé que hablar a ella le trae tranquilidad ya que ella si lo recuerda, él murió cuando Vale tenía 6 años y era muy consciente de lo que ocurría. Vale y yo éramos hijas de él, mi mamá después de un par de años se volvió a casar con un hombre maravilloso que se desvive por ella. Yo aun era pequeña así que tampoco me choco la situación. Mamá tuvo tres hijas con él. Marielle y Sandra, las cuales eran gemelas, y la última, la nena de la casa, Sofía. Éramos cinco mujeres y si bien no éramos hijas del mismo padre siempre nos llevamos excelente. Alejandro, el padre de mis hermanas, siempre nos trató como a sus hijas y las dos lo queríamos muchísimo, igual Vale nunca pudo decirle papá pero yo sí. Sentada esperando recordé que ya no tendría a esas tres criaturas rondando mi vida y me entristeció un poco, las amaba tanto. Le mande un mensaje a Sandra y me dispuse a contener las lagrimas y me pare a buscar mis maletas ya que ya habían llegado. Encontré mis dos maletas y respiré hondo, vi por una última vez la foto y salí de la sala. Había demasiada gente en la puerta pero ninguna era Calle, la reconocería al instante. Por unos segundos me quede parada mirando hacia todos lados y no la veía, empecé a desesperarme ya que había demasiada gente pero estaba segura que ella ya estaba acá, eso me había dicho Valentina. Me pare sobre las puntas de mis pies y vi a una chica parada en una esquina con los ojos hundidos en su celular, tenía unos pantalones negros entallados a su cuerpo y una blusa blanca que dejaba al descubierto su torso el cual era el de una modelo, sus cabellos castaños caían en pequeñas ondas sobre sus hombros. Me quede paralizada mirándola, rogué con que no fuera ella pero igual así caminé hacia donde estaba. No estaba segura de si era ella o no pero jamás olvidaría ese cabello castaño claro, ella no quitaba su vista de su celular así que me dispuse a toser un poco fuerte para que notara mi presencia. Ella levantó su vista y si era ella! Eran esos ojos avellana, esos ojos que lograban ser grandes y hermosos. Me miró con una sonrisa.
-Eres tú? Mírate! Tú eres la pequeña Poché? Vale me mando a recoger a su hermanita! Tu ya eres toda una mujer!- dijo con esa sonrisa de lado que no había olvidado mientras pasaba un brazo por mi espalda para abrazarme. -Bienvenida a Los Ángeles Poché.- dijo mientras me abrazaba.
Perdí todas las palabras de mi vocabulario al sentir su olor, era tan agradable y tan cálida, tan hermosa. POR DIOS POCHÉ! Me grité a mi misma y respire para controlar mi compostura.
POV CALLE
Ya había llegado al aeropuerto y por lo que me había avisado Valentina, tenía todavía que esperar un rato así que saque mi celular y me dispuse a contestar mis mensajes. Estaba tan concentrada leyendo los mensajes ya que hablaba con mi jefa. Ya estaba llevando mis últimos cursos en la universidad y estaba realmente feliz de ya trabajar como toda una arquitecta en un estudio reconocido. Si bien todo lo había ganado con mi esfuerzo, mi jefa Clara me había ayudado muchísimo y había confiado en mí, por lo cual yo estaba eternamente agradecida. Sí, estudio arquitectura y en un par de meses ya tendré el titulo en mis manos.
Seguí respondiendo mis mensajes hasta que sentí a alguien toser, levante la vista y era Poché, estaba segura que era ella. Tenía el cabello más largo, estaba mucho más alta y tenía un cuerpo bastante formado, pero lo que sin duda me decía que era ella eran esos ojos color verdees aceituna. No los veía desde hace casi cinco años y tenerla ahí me dio escalofríos, dije algo sin sentido y la abrace dándole la bienvenida ya que no quería que siga viendo como la miraba como una completa estúpida.
-Gracias, se siente bien estar acá, el aire es diferente.- dijo respirando llamando mi completa atención.
-Solo estás en el aeropuerto Poché, cuando salgas sentirás el verdadero olor de este hermoso lugar.- dije tomando su maleta y negando a mi ojos a volver a verla ya que caían como tornados todos los recuerdos, recuerdos que había olvidado y enterrado.
Salimos al aeropuerto y vi que Poché se estremeció.
-Frío?- pregunté sosteniendo sus maletas.
-No, no es eso.- se quedo quieta mirando todo y vi como su pecho se estremecía tratando de respirar.
-Oh mierda Poché!! No me digas que te están dando tus ataques porque no se qué carajo hacer.- dije nerviosa lo cual hizo que no controlara mis palabras. Poché me miró y comenzó a reírse. -Qué pasa? Porque te ríes así?- pregunté nerviosa sacando mi vista de sus labios ya que su sonrisa era mágica.
-Cuando voy a algún lugar nuevo siempre me gusta percatar los olores, no te imaginas lo hermoso que es recordar los olores de un nuevo lugar descubierto.- dijo sonriendo.
No me había puesto a pensar en eso, así que como nunca hice el esfuerzo de oler algo, pero el olor de Los Angeles no se asemejaba al olor de Poché, jamás me llamo la atención un olor y el suyo era encantador, como ella.
-Veo que ya estas enterada de mis ataques, supongo que Vale te conto. Si bien estoy un poco nerviosa por ser este un lugar nuevo ya me controlo mucho más. Me ayudo mucho la terapia y el yoga.- dijo sonriendo.
Mi amiga me había contado todo sobre ella, lo sabía todo. Vale siempre tuvo un sentimiento especial hacia Poché, era ese sentimiento de protección y por más que viviera lejos, estaba al tanto de todo lo que tenía que ver con ella. Vale, era la persona más increíble que existía y me encantaba ese sentimiento que tenia ella hacia su hermana. Yo le debo tanto a Vale, no sé qué sería de mi vida si ella no hubiese interferido para darle algo de paz y control. Por lo tanto no era sano lo que me pasaba por la mente con Poché, ella era la engreída y terreno prohibido para mí y eso sin discutir de que ella era hetero. Controlé mis emociones y seguí caminando hacia mi camioneta.
-Wow Calle!! Esta es tu camioneta? Es increíble!- dijo Camila admirada mientras que yo guardaba sus maletas en los asientos de atrás.
Me quede impresionada ya que traía con ella pocas maletas, si bien no se quedaría mucho tiempo ya que solo venía a probar un poco de las dos opciones para saber con cual se quedaría, igual seguía siendo muy poco equipaje.
-Te quedarás admirándola o entrarás?- dije abriendo la puerta, ella sonrió y entró como con una sonrisa enorme e infantil como si se estuviese subiendo a un carruaje. Cerré la puerta y antes de abrir la mía golpee mi cabeza levemente obligándome a bloquear todos los pensamientos que se me venían a la cabeza, no era sano. Entré y cuando arranqué vi como Poché miraba el estéreo.
-Dale préndelo, no te quedes con las ganas.- dije riendo mirando la autopista ya que ya había comenzado el recorrido hacia el departamento.
-Gracias.- dijo sonriendo y inclinándose hacia el estéreo. Lo prendió y empezamos a escuchar la música. -Me preguntaste si me quedaría admirándola, hablaste como si tuviera sentimientos.- dijo mientras veía por la ventana y hacía gestos de asombro y admiración hacia cada cosa que veía.
-Obvio, ella tiene sentimientos y no le gusta que la admiren tanto y menos unos ojos verdes oliva hermosos como los tuyos, la ponen nerviosa.- dije y al segundo me arrepentí de lo dicho.
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Tú Cambiaste Mi Vida (Adaptación Caché)-Terminada
FanfictionMaría José Garzón Guzmán(Mejor conocida como Poché), una joven con sueños y aspiraciones llena de ganas de empezar a vivir su vida y elegir que haría con ella. Recién graduada de la secundaria, Poché aún no decidía que carrera iba a seguir. Tenía do...