RED LIPS ﾉ BANGCHAN

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"One-shot"

( ღ )

     El rubio caminaba por el pequeño sendero rodeado de árboles, pensando en cómo declarársele a la chica que le gustaba. Cada vez que se acercaba su corazón se aceleraba y aparecían esas famosas mariposas, metáfora que representan sus monumentales nervios. Bangchan sentía que en cualquier momento vomitaría el desayuno de tan solo pensar en su confesión. Se repetía constantemente que no pensara en eso, pero le era imposible y volvía a hacerlo, era un bucle temporal.

     Por otro lado, se encontraba Hyewook tratando de hacer los deberes del día anterior mientras tomaba su té. Se había despertado tarde, era fin de semana, no había apuro.

     Recibió un mensaje de su amiga, necesitaba ayuda con una coreografía que estaba intentando bailar, señalando a la castaña para darle una mano. Ese simple juego de niñas se volvió su pasatiempo. Pasaban tardes juntas recreando bailes y cantando las letras, creyéndose artistas mundialmente conocidas. Ahora esto se transformó en la obligación de hacer una actividad física, pero con la compañía de su amiga y risas aseguradas.

     La chica cerró su cuaderno de matemáticas y se fue a cambiar. Dejó el papelerío en el escritorio, ropa desparramada por doquier y la cama destendida. Después de todo, era su habitación y no le importaba tener un chiquero en esta.

     Llegando al parque, la muchacha logró escuchar New Rules y divisó a su amiga tratando de bailarla. Podía ser un desastre bailando, pero disfrutaba ayudarla. Un chillido se oyó por parte de ambas cuando sus bias en el grupo cantaron sus partes de la canción. Lo bueno, es que las dos amigas pasaron su tarde llena de risas, y algunos golpes mientras bailaban, pero se divirtieron.

     Bangchan yacía sentado debajo de un árbol mientras intentaba hacer el típico "me ama, no me ama...", al pobre lo estaba calcomiendo la intranquilidad, quedaba un día para que sea lunes, ya que el sábado estaba acabando. Escuchó a dos chicas riendo cada vez más fuerte, supuso que se estaban acercando. Vio a la chica que era dueña de todos sus suspiros corriendo, con una sonrisa sincera y resplandeciente y esos ojos que tenían ese brillo característico de ella, era simplemente perfecta a los ojos de Chan. Él mantenía sus ojos en los labios de la fémina, de un rojo tenue, que lo esperaban para ser besados por él y sólo él.

     Sus miradas lograron conectarse por unos segundos, al Bangchan subir los ojos. Para él fue la típica escena cliché de los doramas donde los dos protagonistas se miran mutuamente y todo pasa en cámara lenta. El chico estaba viviendo su propia novela de amor.

     El domingo había pasado tan rápido para los dos, que ninguno se había dado cuenta de que mañana ya volvían a su rutinaria vida. Hyewook logró terminar sus deberes y Bangchan logró terminar lo que sea que estaba haciendo. Buscó en Internet varios sitios en donde pudiese encontrar consejos para confesarse, sin encontrar alguna respuesta coherente que lo ayude a deshacerse de los nervios del momento.