Una chica castaña de pelo cortito y ojos verde esmeralda de nombre María caminaba tranquilamente por la calle, tenía tiempo de sobra para llegar al Raimon, quería conocer a los jugadores ya que había visto por la televisión sus prestigiosos logros contra el Sector Quinto.
— ¡María! ¡Espérame porfavor! —dijo una voz femenina muy agitada.
María miró hacia atrás, pudo divisar a lo lejos a una chica con el pelo castaño pero más clarito y más largo, sus ojos eran del mismo color de su pelo. Su nombre era Carolina. La ojimarrón llegó agitada y con la respiración entrecortada mientras María se acercaba.
—Hola—dijo María sonriente.
—Hola—respondió Carol de la misma manera.
— ¿Qué tal estás? —preguntó la ojiverde sonriendo a lo moe.
—Muy bien, ¿y tú? —preguntó la ojimarrón de igual manera.
—Muy bien—dijo María sin cesar de sonreir a lo moe.
—Me alegro de que estés bien, porque cuando se está bien se está bien—dijo Carol a lo moe aún.
—Sí, y cuando se está bien se está bien—respondió María.
Hubo un incónodo silencio sepulcral en el que ambas se miraban y sonreían como si fueran realmente moes. María decidió romper ese silencio.
—Llegas corriendo… ¿Te has vuelto a dormir? —preguntó la ojiverde.
— ¡No, no, no y no! No me dormí esta vez. Me quedé en Internet resolviendo un misterio—dijo Carol con aire de preocupación.
María miró a Carol sin creerse nada ¿Resolver un misterio en Internet? Era imposible desde su punto de vista.
—Misterio… ¿de Internet dices? —preguntó María incrédula.
—Sí, misterio de Internet. Pues verás, el blog de fútbol que solemos leer ha desaparecido—dijo Carol con dramatismo.
—No—dijo la pelicorta.
—Sí—respondió Carol.
—No
—Sí, tía, ¡luego busqué y no había absolutamente nada de fútbol en todo Internet! —chilló Carol.
—AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHHHHH! —chilló María.
—Y esa fue también mi reacción—dijo la pelilarga.
Las chicas siguieron andando hacia el Raimon y hablando del tema con suma preocupación, habían preguntado sobre el fútbol a algunas personas y ninguna les había sabido responder. Llegaron al instituto Raimon y entraron en el edificio fútbol, estaba lleno de campos de otros deportes, pero no había ninguno de fútbol en todo el edificio. Ambas salieron fuera y reconocieron a Arion Sherwind, el cual tenía suma preocupación también. Ellas siguieron a Arion a escondidas incluso cuando apareció un chico: Alfa. Ellas también fueron teletransportadas sin querer también. Por suerte para ellas, aparecieron detrás de un restaurante y por suerte para ellas, ni Arion ni Alfa las vieron.
—Ese tío moderno tiene pinta de ir a hacer algo muy malo—dijo Carol refiriéndose a Alfa.
—Se ve muy sospechoso—dijo María con aire detectivesco.
Las dos “detectives” se iban a acercar pero Arion y Alfa se acababan de teletransportar al lado del bar detrás del cual estaban escondidas. Las chicas miraron con todo detalle y vieron sorprendidas que se creó un campo de fútbol gracias al dispositivo esfera.
— ¡Qué balón más bonito y moderno! —exclamaron las dos al unísono y con estrellitas en los ojos.
Ambas se dirguieron detrás del banquillo, que se babía creado con el campo, tan sigilosamente que ni Protocolo Omega ni Arion las vieron.
—Bien, hay que conseguir ese balón teletransportador como sea por dos rezones: una porque es sumamente bonito y dos porque necesitamos salir de aquí—dijo Carol.
—Y bien, ¿cómo lo conseguimos? —preguntó la ojiverde.
—Robándolo, ya improvisaremos el robo—dijo la pelilarga.
—Robar va en contra de mis políticas y no…—empezó a decir María.
—Pero no de las mías, así que yo lo robo y salimnos de aquí por patas—dijo la ojimarrón.
María asintió sonriendo aprobatoriamente.
—Hemos de proteger el fútbol, ¿no eran esas tus palabras, Arion? —dijo un chico peliverde.
—Hostia…—empezó a decir María.
—…puta—finalizó Carol.
— ¡Que tío más bueno! —dijeron las dos.
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-¡Esto es acoso!
Teen FictionFei se va a dar cuenta de que ser mono tiene precio... no cuento más, si quieres saber lee!