✘Asesinos conociendo a una "profesional"✘

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NARRÓ YO

Paso aproximadamente una semana después del ingreso del pelirrojo y el peliceleste, quienes se iban acostumbrando ya a las nuevas vibras que antes nunca pensaban que iban a tomar en sus vidas, ahora eran un poco más amigables con los demás, lo cual a los demás estudiantes les aliviaba bastante. Si, fue algo complicado ganarse su confianza al principio pero con pasar algunas horas con ellos, ver y acostumbrarte a su personalidad les vas cayendo bien y tú a ellos. Todos ya se sentían que estaban en el mismo piso o mejor dicho en el mismo barco. Pero claramente habían algunas personas que aún no se ganaban a cien por ciento la confianza de estos, incluyendo a dos que desconfiaban del que consideraban, sus amigos, "mejor amigo." Ademas, el pelirrojo había encontrado a su compañera de travesuras la cual era nada más ni nada menos que Nakamura Rio y cuando estaban junto si que eran de temer cuando se trataba de hacer bromas y travesuras.

Claramente en esa semana no pudieron faltar las misteriosas desapariciones de estudiantes del instituto y de un montón gente que no pertenecían a la institución, lo cual alarmaba a todos los parientes y desesperaba a los que les habían quitado a su hijo/a, o familiar. El director decidió tomar al fin riendas en el asunto y había contratado guardias, que resultaban ser agentes del Ministerio de Defensa, a vigilar la entrada y los interiores del instituto y del campus.

Esto a la gente y a los padres los tranquilizaba mucho más ya que sabían que era imposible secuestrar a alguien sin ser visto por los guardias, pero para los secuestradores no les afectaba en ningún ángulo por donde lo vieran ni en sus capturas, así que solo iban a dejar pasar por lo menos tres días y volverían a la acción, querían ver las caras de las personas sufrir por haber perdido a alguien importante en su vida, quien había acosado o burlado a lo que ellos también les importaba en su vida y eso era imperdonable para ambos jóvenes. Lo único que podía compensar las víctimas a esos jóvenes maniáticos era su muerte, de ahí no pedían otra cosa, ni dinero, ni joyas, ni nada. Con que ya no fuera parte de este mundo les era suficiente y además de eso les provocaba una gran satisfacción que no cambiarían por nada, o tal vez si lo había...

También estaban progresando, los estudiantes en E.F, ahora tenían una mejor coordinación y manejo del cuchillo, claro a algunos aún les costaba un poco pero con práctica iban pillandolo rápido, los dos jóvenes, en cambio mejoraban sus ya desarrolladas habilidades, practicaban juntos y se la pasaban muy bien entre ellos, de paso se aconsejaban entre sí, como si fueran el maestro del otro, también de paso ayudaban en algunas ocasiones a sus compañeros a practicar o a ayudarlos, aunque no lo hacían muy seguido los que terminaban siendo ayudados por ellos, más por el peliceleste les agradecían.

(...)

Era un lunes por la mañana bastante tranquilo y dos jóvenes caminaban por las calles de Tokyo bastante tranquilos, hablando entre ellos de temas que les agradaban, como intentos de asesinato, películas, series y esas cosas de los adolescentes. Cuando llegaron a un pequeño supermercado que estaba del otro lado de la calle pudieron divisar a una mujer de cabellos rubios rodeada de tres hombres que parecían querer que la mujer entrara al auto, cosa que se negaba rotundamente la mujer hacer.

-¿la ayudamos?- preguntó el más alto de los dos, mirando más bajo mirar la escena con seriedad y desinterés para luego cambiarla a una de incredulidad.

-no hace falta, mira- le dijo el más bajo, apuntando con su dedo índice hacia el frente, el más alto levantó la vista y ambos vieron a su profesor completamente disfrazado salir de la tienda con una bolsa de dulces. Al mirar los jóvenes a su profesor disfrazado no podían creer que eso engañara a una persona.

-no entiendo como algunas personas pueden ser tan tontas- comentó el más alto, viendo cómo su profesor ayudaba a esa mujer rubia.

-ya somos dos- agregó el más bajo, suspirando con cansancio y ambos se sorprendieron cuando su profesor metió a los tres hombres dentro del auto negro y luego forraba el auto con cinta rosa, haciéndole un lazo en la parte de arriba y dejando a los hombres dentro de este, ese profesor si que podía hacer lo que sea. Luego de eso vieron como la rubia se le había tirado encima y sin que ellos se dieran cuenta, habían creado una pequeña escenita la cual ambos jóvenes no estaban interesados en ver, más si la escena tenía a su profesor presente.

✞Ꭾคгєวค Ꭾรเς๏ᎮคՇค...ρєяσ α єѕɕσηԃιԃαѕ✞☯︎кᾰԻՊᾰ❡!ṧᾰ☯︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora