Headcanons (y otras boludeces) de Argentina [Countryhumans]

🧉Boludeces N°9🧉

𝙵𝚎𝚌𝚑𝚊 𝚍𝚎 𝚛𝚎𝚐𝚒𝚜𝚝𝚛𝚘 --/--/1976

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Era una fría y oscura noche de invierno. La Luna y las bellezas de la noche eran opacadas por grandes nubarrones que amenazaban con una inminente lluvia.

En aquel pueblo cerca de los montes tucumanos, las calles estaban vacías. No había ningún adolescente llendo a alguna fiesta, ninguna señora llendo a comprar en el mercado, ningún civil merodeando por ahí. Nada.

Todos estaban dentro de sus casas, las familias tratando de conciliar el sueño. Padres tratando de hacer que sus hijos se calmen y vuelvan a dormir, puesto que lo único que se podía escuchar afuera eran los feroces pasos de las botas de aquellos hombres. Soldados que parecían vigilar y buscar algo...

O a alguien.

Todo estaba tranquilo, muy tranquilo. Podían escuchar lo estruendosos truenos y los pequeños golpes que la lluvia hacia, al tocar los techos de las casas. De vez en cuando, se oían a los soldados conversar entre sí, hasta que de repente, se escucho un silvato, seguido de sonidos de disparos que se oían en dirección a los montes.

Alguien había sido visto.

- ¡¡POR ACÁ LOS VI, SE VAN HACIA EL PUEBLO!!!!! - la voz de un soldado alertando a los demás de la inminente llegada de los guerrilleros.

-¡Siganme, vamos tras ellos!!! -

La lluvia se había vuelto un poco más fuerte. Las calles se estaban llenando de pequeños charcos. Una joven de aproximadamente 17 o 18 años estaba corriendo desesperadamente. Su capucha tapaba su cara pero, aún así, eso no evitaba de que se mojase por los chaparrones. Corría y corría entre las finas cortinas de agua sin parar. Parecía estar desesperada, pero, ¿de quien estaba huyendo? Bueno, mi querido lector, la respuesta es muy simple: ella era perseguida por los militares.

La joven corría lo más rápido que podia. Detrás de ella se escuchaban los pequeños charcos, siendo pisados por las botas de los soldados, intentando atraparla. Poco a poco, se comenzaba a cansar. No había ningún lugar seguro cerca y ninguna familia la recibiría en su casa. No después de la mala fama que ella se ganó.

Cuando parecía todo perdido, la muchacha noto una especie de separación entre casa y casa, bastante angosta pero apta para esconderse. Sin perder el tiempo, se metió en la pequeña separación, se puso en forma de bolita y trato de ocultarse en las sombras, aprovechando de que su chaqueta negra le funcionaria como camuflaje.

Se quedó ahí, esperando pacientemente. Pasaron un par de minutos cuando, a paso veloz, vio a los soldados pasar en frente de ella, corriendo en dirección a donde creían que se había ido la muchacha. Los pasos retumbaban en todo el pequeño espacio,donde ella estaba escondida. La chica, simplemente, se acurruco aun más, asegurando de que las sombras la rodearan y la ayuda a ocultarse. A medida que pasaba el tiempo, los pasos se oían mas y más distantes. Entonces, ya no se escuchaban más.

La muchacha salió de su escondite, previamente asegurandose de que no hubiese algún peligro a su alrededor. Cuando parecia seguro, corrió en dirección contraria a la de los milicos. Pero, lamentablemente, su suerte no duraría mucho. Una mujer alta, con uniforme de militar y unos ojos tan negros como una noche sin estrellas ni Luna, salió de la esquina, haciendo que la joven se chocara y cayera al piso.

La mujer simplemente se quedó centrando su cara sobre la de la muchacha. Cuando la joven la reconoció, pensó que su tiempo había terminado. Con un semblante serio, la mujer le dijo:

Argentina: ¿De verdad pensaste que yo era igual de pelotuda que los demas? No querida, yo conosco muy bien tus movimientos. Y creo que ya te llegó tu hora de pagar... ERP.