Hace muchos años existía una guerra entre Ángeles y Demonios para mantener la calma, la reina de los Ángeles y el rey demonio tuvieron cuatro hijos, tres Ángeles y un demonio, pero todo salió como el rey demonio lo planeó el hijo mayor llamado Lee...
Todos ya estaban reunidos en el salón y así conocer sé, pero como siempre los demonios solo asustaban o empujaban a los ángeles, pero se escuchó un gran silencio y todos los demonios se inclinaron hacia la puerta mientras los ángeles confundidos miraban hacia ella, se escuchaba pasos que se dirigían al gran salón, se comenso a llenar todo de una aura muy fuerte que incluso los angeles sentían un ardor inmenso provocando que se encerraran en burbujas sagradas que los protegían.
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La puerta se abre, era el líder de los demonios que había llegado, su vestimenta y sus ojos rojos reflejando el mismísimo infierno causando un gran terror a los ángeles, mientras el líder caminaba sin dejar de mirar al frente los demonios se ponían atrás de él haciendo que los ángeles dejaran el camino libre a donde quiera que fuera.
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Después de un rato.......
Todos comenzaron a convivir mientras el líder se quedaba en una esquina mirando no le agradaba para nada esta situación ese olor que le fastidiaba, esa aura tan pura para él era como si lo cortaran en mil pedazos.
--- que fastidio es estar aquí y soportar a estos inmundos ángeles -exclame mirando a cada uno de ellos.
Amo -acercando se un demonio mientas hace una reverencia- debemos soportar esto, pero después que pase esto......seguirá con los planes? -Mirándolo a los ojos-
--Claro que sí, nada cambiara si esos dioses bastardos creen que con esto me detendrá no es así -respondió mientras sus ojos se tornaban rojos,comenzando a caminar hacia la puerta para ir se a su castillo-.
Todos los ángeles miraban con odio al líder al ver que sale, los ángeles felices convivían sin ningún problema.
