Capítulo 2

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De ese almuerzo y plática en la cocina pasaron 3 días. Durante esos días  traté y  pude acercarme y reencontrarme con mi hija Helena. Quedo deslumbrada de apreciar en lo que mi pequeña se está convirtiendo. Disfruto enormemente de poder ayudarla con su tarea, realmente es tan  inteligente, pudimos ver esa película y algunas otras más.

 Pero con quien no pude conectar fue con mi esposa Valentina. Esas tres noches Valentina durmió junto a Helena en la habitación de la niña. Me encontré sola en la habitación de ambas, preguntándome ¿Cómo pudo ser posible, que no lo viera? Si la ausencia de Valentina era tan notoria. Comencé a extrañarla de una manera que jamás antes sentí, esta distancia entre ambas me está haciendo pedazos. Por supuesto que  ya no  se conformo con verla en la casa, todo en Valentina son alarmas  de que algo tengo que hacer... Verdaderamente tengo que buscar la manera de poder llegar a mi amada esposa, a mi dulce morrita y volverla luz a esos hermosos azules;  que hoy solo muestran tristeza.

 En la espesura y soledad de la noche lloré, me acosté en el respectivo lugar en la cama de Val, extendí la mano acariciando su ausencia  y siento tanto frío sin ella. El único remedio fue llorar...

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Pero lo que Juliana no sabía, era que cada vez que  iba al cuarto de Helena para observarlas. Yo  estaba despierta, solo fingía dormir y aunque  moría de ganas por estar con Juliana. Ella necesitaba que su esposa despierte. De lo contrario el fin de la cuarentena  traería una consecuencia aún mayor. Porque bajo ningún concepto, ella seguiría viviendo  de la manera en la que lo estaban haciendo. Fue muy angustiante  ver en lo que su pequeña familia se había convertido ese último año. No era así como imaginaba sus vidas junto Juliana. No  quería criar a su hija con una madre ausente. Helena fue producto del amor entre ellas.

 Nada nunca tuvo que hacerle perder el orden de sus prioridades.

 Nada nunca tuvo que ser más importante que el poder ver crecer juntas  a Helena, ni siquiera el oro del mundo.

 El  nombre de Juliana  había comenzado a tener relevancia fuera de México, pero para mi,  Juliana seguía siendo la chica de la cual me enamoré en un parque. Y ahora entre tantos brillos y lujos la había dejado de ver. Por eso  fingía dormir, más que nunca,  porque necesitaba que Juliana despierte... 

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 Desde que desperté  me la pasé sentada en el escritorio todo el día, buscando la manera de llegar a las mujeres más importante de mi vida. Porque debía dejarle claro a su pequeña  que todo lo que sucede en su vida es importante para  ella. Pero con todas sus fuerzas , necesitaba demostrarle a Valentina que nada en su vida, a excepción de Helena,  es más valioso que volver a abrazarla.

Por esos hermosos y valiosos motivos miré cada vídeo de ellas, uno tras otro... Volví a recordar cada detalle, cada sonrisa. Llegó el momento del casamiento y tras ver ese vídeo...No puedo seguir y decido salir  del estudio. Camino directamente al patio,  necesito aire fresco para despejar tantos pensamientos. Por suerte  Valentina  está en la habitación de la niña mirando una película; y no se percatan de la situación que ocurrió en el patio.

 Al cabo de unos minutos y tras varias respiraciones profundas,  ingreso nuevamente al escritorio.  Realizo  las llamadas a diferentes números, cuando  concluyo esas llamadas de trabajo que tenía que hacer. Dejo todo resuelto por ese día. Tomé la decisión  que no voy a estar disponible por un par de días.
Por esa razón me encargo por completo del trabajo hasta última hora de la noche. Valentina si me llamó para cenar, pero me disculpé, porque sabía que no iba a poder compartir la cena con ellas... Tenía que sí  o sí terminar eso en ese día.
A la una de la madrugada finalmente logro salir del estudio, comí perezosamente la cena que efectivamente tuve que calentar, y subo a la habitación. Por supuesto sé que voy a estar sin Valentina. tomo un bañó para despojarme de esos sentimiento que me acompañaron sin descanso durante tantas horas...

Cuarentena JuliantinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora