PERDIDA / LOST

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Estaba perdida.
No sabia donde estaba o a donde iba.
¿Porqué estaba allí? ¿De dónde venía?
No lo sabía, estaba perdida.
Sin querer me introduje a mi misma a un túnel.
Era extraño, no me di cuenta de cuando pasó, o cómo sucedió; solo sabía que ahora estaba allí y no podía salir.

Estaba completamente oscuro, no podía visualizar ninguna luz a lo lejos; traté de concentrarme, de enfocarme...pero no veía nada.
Prácticamente estaba ciega, a mi al rededor no había más que sombras para mi y era estresante no saber.
Pero no sabía, estaba perdida.

Estaba sola también, no había nadie conmigo; no poseía ni de una mísera luz para iluminar mi camino.
¿Cómo se suponía que saldría de este túnel si no podía ver nada más que oscuridad? Definitivamente estaba perdida; y el miedo no tardó en llegar a mi.

Comencé a caminar sin poder ver, de mano con la incertidumbre y a sabiendas de que en cualquier momento podría caer.
Aún así, segui caminando. La oscuridad me abrumaba, el silencio me atrapaba y aquí fue cuando le di bienvenida a mi ansiedad.

Mis manos comenzaron a temblar, mi respiración a agitarse, sentí mi corazón acelerarse en mi pecho y las ganas de vomitar me abrazaron...y me detuve.
Quería salir, pero no sabía cómo.
Quería encontrar la salida pero no tenía las fuerzas para ir y buscar.
Quería tanto pero no hacia nada.
Daba igual, no tenía más remedio que aceptarlo; estaba perdida.

Tal vez, yo estaba destinada a estar aquí.
Rodeada de la fría oscuridad y el silencio matador. Rodeada de nada ni de nadie.
Sola. Perdida.
Me senté, pues no valía la pena seguir buscando.
Era un juego para el que nunca tuve oportunidad de ganar, ¿Para qué seguir intentando? ¿Para qué esforzarme en cambiar algo que está destinado a ser de esa forma? ¿Algo que estaba segura de que no iba a cambiar? ¿Por qué? ¿Para qué?

No tenía sentido, nada tenía sentido.
Esto no tenía sentido, yo no tenía sentido.
Ahora era la soledad la que me aplastaba, comencé a llorar pero daba igual pues nadie escucharía mi llanto, nadie notaría mi dolor. Estaba sola, estaba perdida.
¿Qué más da si le doy rienda a mi dolor?

Terminé acostada en el incómodo suelo, derrotada, sin fuerzas, esperanza o motivación.
Cuando escuché algo, fue un sonido leve y rápido pero lo escuché y me incorporé sin dudarlo. ¿Había sido solo mi imaginación?
Podría haberlo ignorado simplemente, seguir quejándome de mi miserable existencia pero, no lo hice.
Decidí dudar, decidí levantarme.
Aunque no pude dudar por más tiempo pues lo volví a escuchar, más fuerte esta vez, más claro.

Ya me había levantado completamente cuando lo vi. Un tímido punto de luz, lejano y tenue pero allí estaba, luz.
No esperé más y corrí; corrí con todas mis fuerzas sin importarme si tropezaba o no, olvidando la incertidumbre que me había acechado antes, pues ya no importaba más.

Mientras más corría pude notar que se hacía más fuerte, más grande.
La esperanza era la que me envolvía ahora, creía que podría alcanzarlo, que encontraría una salida; tenia fe en eso.
Y a pesar de que tenía sed y me dolían las piernas, yo seguí corriendo.

Cuando de repente...la luz se extinguió. 

Pero yo no dudé esta vez, me mantuve en pie y aunque no podía ver, no sabía dónde estaba o hacía dónde iba...seguí corriendo.
Yo aún seguía creyendo, no me iba a detener. Estaba firme en mi decisión y ya no había miedo mi, ahora me sentía segura de alguna forma, era una seguridad que iba más allá de mi. No la comprendía, pero me gustaba. Me aferre a ella.

Hasta que tropecé, caí de rodillas y sentí una punzada de dolor en ellas pero traté de ignorarlo.
Estaba en proceso de levantarme cuando escuché una voz. Escuché mi nombre.
¿Quien era? ¿Había alguien más ahí?
De nuevo, mis interrogantes no duraron mucho pues sentí la presencia de alguien enfrente de mi. Seguía sin poder ver, pero no tenía miedo.
Repitió mi nombre y esta vez respondí a su llamado. Extrañamente ahora podía ver un poco mejor, seguía estando oscuro pero podía ver más que antes.

Extendió su mano para mi y sin dudarlo, la tomé. Me ayudó a levantarme y el escozor en mis rodillas pasó a segundo plano.
Todos los sentimientos oscuros como el túnel en el que había estado atrapada se fueron, desaparecieron con ese gesto.
Y sonreí, aún estaba en el túnel pero ya no estaba sola, ya no me sentía perdida.

Un parpadeo fue lo que tomó para que la confusión llegara a mi.
¿Qué había sucedido? ¿Dónde estaba?
Estaba segura de que no me había movido en ningún momento, seguía en el mismo lugar de antes. Solo que ahora había luz, ya no había oscuridad.
A mi alrededor todo era hermoso, y me fascine con el paisaje que antes no había podido ver. Al final, resultó que nunca estuve atrapada en un túnel.

Busqué a la persona que me había levantado para agradecerle pero ya no estaba a mi lado.

Pero estaba bien.

Por alguna razón, ya no me sentía sola.
Y lo mejor de todo, es que aún me sentía segura.

Me senté en ese mismo lugar, era donde había estado antes pero al mismo tiempo no. Lo que me rodeaba ya no era lo mismo, o tal vez...fue mi forma de verlo la que cambio. No sabría decir, pero sí sé que yo cambié.

Y eso estaba bien, pues ya no estaba perdida.

FIN

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