Ni una sola vez.

168 3 1
                                    

Jamás en mi vida me han tomado en serio, ni siquiera los maestros; que sólo se dirigen a mí para entregame las notas de los exámenes, o para decirme cuándo será mi próxima cita con la psicóloga del instituto. Mi madre murió hace diez años, cuando yo apenas tenía seis, dejándome con mi padre, quien se la vive en el trabajo. Sólo tengo dos amigos en este mundo: Ginger Murphy, una chica alta, uno setenta y cinco quizá, cabello negro, ojos color miel, y muchos lunarcitos en el rostro, adicta a las compras y pasadita de peso. Y Drew Pryor, alto, tal vez uno ochenta y cinco, cabello rubio, ojos color verde, simpático y deportista.

       Por otro lado estoy yo, Joy Bass, bajita, uno sesenta, cabello café claro, confección delgada, muy callada y tímida, adicta a los libros y a las películas románticas.

      

—Tierra llamando a Joy—dijo Ginger mientras yo no respondía—. ¿Estás viva?

—Disculpa, ¿qué?—le respondí muy exaltada.

—Te pregunté si querías ir conmigo al cine ésta noche, anda, vamos, será divertido. Quizá encuentres a alguien atracti…

—Ni hablar. Paso. —La interrumpí.

—Vamos, sé divertida una vez en tu vida, ¡por Dios!

     ¿Me acaba de llamar aburrida?

—¿Sólo tú y yo?—quise saber.

—Nadie más, tenlo seguro.

—No sé…

—Anda, tu padre trabaja hoy.

—¿Cómo sabes?

—Digamos que como tu mejor amiga de hace ocho años, sé muchas cosas. Más de las que debería.

      Tiene razón. Ella sabe absolutamente todo sobre mí y de mi familia. Como la única amiga que tengo, debo decirle todo.

—Está bien, iré—le solté para que cerrara el pico.

—¡Estupendo! Verás que nos la pasaremos de maravilla. Mira, allá viene Drew—dijo mientras lo señalaba—. ¡Hey, Drew! Aquí—apuntó el asiento vacío que estaba a mi lado—. Deberíamos invitarlo también a él, ¿no te parece?

—¿y si mejor invitamos a media escuela? —refunfuñé—. Prometiste que sólo seríamos nosotras.

—Hola, chicas —dijo Drew mientras se sentaba a mi lado, con una sonrisa formada en la boca—. ¿De qué hablan?

—De que iremos al cine hoy —respondió Ginger—. ¿Te gustaría venir?—preguntó.

     Le dí una patada bajo la mesa.

—Por supuesto —respondió.

—Ya está, iremos tú, Joy y yo. ¿No te encanta, Joy?

—Claro —creo que Ginger se dió cuenta de lo molesta que estaba—. Debo irme.

—¿Quieres que te acompañe a casa? —me preguntó Drew—. Me han dado permiso de llegar hasta tarde.

—¿Por qué no? Vamos.

      En el camino hasta la puerta, todas las miradas apuntaban hacia nosotros. Tal vez porque Drew era el capitán de el equipo de natación del Instituto, y era amigo de una a la que nadie le prestaba atención, como yo.

      Cuando salimos del edificio era total silencio, no sabía de qué poder hablar con él.

—Y dime —empezó—. ¿Tu padre está en casa?

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Dec 07, 2014 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

¿Y si no me escoge?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora