Propuesta

633 29 6
                                    


Me despierto al otro día después del lanzamieto, ¡Vaya que nochecita!.
Mi primer pensamiento en la mañana es Armando, anoche me llamó y dijo muchas locuras, debo llamarlo y aclarar todo, este hombre está loco, primero me trata mal en el lanzamiento y luego me llama a decirme cosas sin sentido alguno.
Me levanto de la cama y entro al baño, me veo en el espejo y recuerdo a Martín, automáticamente mis labios dibujan una sonrisa, el beso de anoche fué algo tan mágico y sin darme cuenta se me escapa un suspiro. Reacciono y me meto a la ducha.
Después de salir del baño y desayunar, miro la hora y es temprano, anoche Armando estuvo bebiendo, entonces dudo en llamarlo a esta hora, pero me decido, tomo mi teléfono y lo llamo......

-Armando?
Al otro lado de la línea escucho un suspiro y Armando con la voz un poco ronca me contesta.
-Hola Marcela!! Como estás?

-Pues no muy bien, pero mejor que tú. Necesito que hablemos, puedes hoy tipo 2:00 pm?.

-Eh si... Pero hablar de que?

-De lo que sucedió anoche.

Le cuelgo inmediatamente y me quedo mirando un punto fijo en la pared. Siento que mi celular vuelve a sonar, no me fijo quien es, me imagino que es Armando nuevamente así que contesto.

-A las 2:00 pm en el mesón de San Diego.

Voy a colgar cuando escucho una voz diferente que me dice:

-Marcela? Soy Martín.

Un frío extraño recorre mi cuerpo, trago saliva, fabrico una sonrisa y contesto:

-Hola Martín!!! Como estás?.
-Bien Marce, quién pensabas que era?.
-Ay no, nadie importante.
-Ah bueno, es que te quería invitar a almorzar, paso por ti a la 1:00 pm?.

Miro mi reloj y son las 11:00 am, la emoción de volver a ver a Martín hace que me olvide por completo de mi cita con Armando y decido aceptar. Cuelgo la llamada con Martín y me dirijo al armario, necesito verme radiante.
Después de ver varias opciones decido ponerme una falta holgada color verde esmeralda, una camiseta negra y unos tacones negros ,me miro al espejo y decido añadirle una correa negra delgada y acompaño todo con una cartera de mano color negro.
Terminó de organizarme y miro la hora y ya casi es la 1:00 pm, así que agilizo y bajo a la portería del edificio.
Ha pasado un minuto desde que estoy abajo y veo que Martín llega en su auto, Vaya!! Que puntual es.
Estoy nerviosa y no sé por qué razón extraña me están sudando las manos, él se baja del auto y se acerca con su hermosa sonrisa en el rostro.

-Hola Marce!! Como vas?.
Dice esto y me da un beso en la mejilla, me sonrojo y le respondo:

-Hola Martín, estoy bien.

El me mira de abajo hacia arriba, ya se me hizo costumbre que lo haga y me dice :

-Estás bien guapa!.

Sonrío, pongo mi cabello tras la oreja y le digo:
-Gracias, tu también estás muy guapo.
-Debía estar a tu altura hermosa.

Dice esto y me toma de la mano y me ayuda a subir, el se sube y enciende el auto, me mira y pregunta:

-A donde quieres ir?
-No lo sé, sopréndeme.

El sonríe, se muerde el labio y arranca.
En él camino no paramos de reírnos, al menos yo reía como loca y él se limitaba a verme reír, Martín es un hombre diferente, jamás visto, es como si lo hubiesen fabricado y se deshicieran el molde.
Llegamos al restaurante, es grande y sofisticado, como siempre Martín caballeroso conmigo me lleva a la mesa, cuando nos sentamos, el mesero nos trae la carta, él y yo la recibimos y mientras Martín está pidiendo el aperitivo recuerdo mi cita con Armando, abro los ojos como platos, Martín ve mis sorpresa y pregunta:

-Qué pasa Marce?.

Vuelvo a la realidad y le digo mientras me levanto:

-No, nada, debo hacer una llamada importante, ahora vengo.

Salgo del restaurante y llamo a Armando.....

-Hola Marcela, ya voy llegando a tu apartamento.
-Armando se me presentó algo y no voy a poder verme contigo, vamos a tener que hablar luego.
-Pero que pasó? Todo bien?.
-Si, divinamente, es que me invitaron a almorzar y olvidé avisarte.
Armando suspira profundo y con tono seco me dice:
-Está bien, no te preocupes, que te vaya bien en tu almuerzo.

Cuelgo e ingreso nuevamente al restaurante.
Al llegar a la mesa veo que ya ha llegado el vino y mientras me siento Martin me sirve una copa.

-Todo bien?
-Divinamente.

Llega el mesero y ordenamos.
Tiempo después, ya terminamos de almorzar y seguimos conversando y sonriendo, cuando de pronto Martín toma mi mano y me dice:

-Marce, te invité a almorzar porque quería verte y pasar un rato agradable contigo, pero también por otra razón.

Sus palabras me hacen poner nerviosa, él me mira y continúa:

-Pues yo sé que ahora estás sin trabajo, y yo quería ayudarte con eso, resulta que mi empresa está necesitando una gerente de puntos de venta porque la que estaba antes ya se jubiló, y como tú me habías comentado que ejercías el mismo cargo en EcoModa pues yo pensé en ti, pero en mi empresa no harías lo mismo que en EcoModa, en mi empresa serias gerente de puntos de venta y mi mano derecha, la que me acompañaría a todos mis viajes y pues así yo podría ayudarte un poco y hacernos compañía, que dices?.

Su propuesta me sorprende y no voy a negar que me tienta demasiado, amo la idea de viajar haciendo lo que me apasiona, y todo esto al lado de Martín no suena nada mal, todo un plan ronda mi cabeza, lo miro y él está a la espera de una respuesta, así que le contesto:

-Me gusta mucho la idea, pero debo pensarlo.
-Está bien, pero no hay mucho tiempo, esta noche te invito a cenar y me tienes una respuesta, te parece?

Muy acelerado para mí gusto, pero me agrada que tenga seguridad.
-Me parece, esta noche te tengo una respuesta.

Minutos más tarde Martín me lleva hasta mi Apartamento, se baja conmigo y se acerca a mi.
Siento que las despedidas con Martín son impredecibles, el sonríe como si leyera mis pensamientos y me dice:
-Esta noche paso por ti a las 8:00 pm, está bien?
-Está perfecto, aquí te espero.

El sonríe nuevamente y pone su mano en mi mentón, se acerca a mi oído y me dice en tono sensual:
-Aún no nos despedimos y ya te estoy extrañando.

Esas palabras me hacen erizar la piel por completo, él me mira nuevamente y sin pensarlo me da un beso, pero esta vez es un poco más atrevido, un beso más prolongado, pero causa en mí las misma sensación extraña y agradable.
El beso termina, el sonríe y se da vuelta al igual que yo.

Ya en mi apartamento mi tiro a la cama con una sonrisa en mi rostro, me siento como una adolescente viviendo su primer amor.
¡Martín! que tiene ese hombre para ponerme débil con tanta facilidad? No lo sé, pero siento que ese hombre ya no sólo está en mi mente sino que ya está inavadiendo mi corazón.
Estoy sumergida en mis pensamientos color rosa, cuando él sonido del sitofono me hace volver a la realidad.
Me levanto de la cama mientras me pregunto ¿Quién podrá ser?
Dibujo una sonrisa en mi rostro, pienso que es Martín.

-Hola?
-Marcela soy Armando, necesitamos hablar.

¿Pero que hace aquí? Ahora no estoy para hablar con él, pero no me deja otra opción y lo dejo subir.
El ascensor se abre, Armando sale de el y yo lo estoy esperando. Él se acerca y me dice:

-Marcela por favor, necesito hablar contigo.

La vida después de ti Donde viven las historias. Descúbrelo ahora