Cuando tu última oportunidad recae en unas cartas, puedes hacer lo que sea.
Draco le escribía cartas a ella, cartas donde plasmaba todo lo que sentía, cartas del corazón.
Hermione está por casarse cuando estás repentinas cartas llegan a cambiarlo...
Esta historia ganó el primer lugar en el reto #1 (interno) de la EditorialDramione. Les agradezco mucho a las chicas de la editorial por animarme, a claumedi15 por ser una increíble beta, a RoMir21 por guiarme con todo y siempre ayudarme y a Ladymorgana09 por tan hermosa portada.
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Parecía que estaba viviendo mi peor pesadilla, me encontraba justo sentado en el peor de los infiernos...
La mujer que amaba se encontraba a punto de decir el «acepto» que determinaría el final de ese atisbo de esperanza que aún vivía en mi corazón.
Cada día le escribía una carta, le expresaba todo lo que siempre quise decirle, cuanto la admiraba, cuánto la amaba, pero nunca las firmaba aunque al final no se las mandaba.
Era demasiado cobarde para decirle todo lo que guardaba por dentro.
La mansión se sentía vacía y todas las noches soñaba con ella y con una vida a su lado, pero al llegar la mañana mi cama seguía vacía y fría, ella no estaba.
Como todos los días me levantaba, bajaba a desayunar y le escribía una carta.
— ¿Qué tal mi querido Draco? — saludo Blaise — entrando como Pedro por su casa.
— ¡Blaise! — gritó el rubio de mal humor — ¿qué nadie te ha enseñado a tocar? — ese día su humor no era el mejor.
— ¡Uy! — susurró el moreno — ¡parece que alguien tiene un humor de perros hoy! — No será porque cierta leona se casará hoy.
— ¡Cállate Blaise! — gritó Draco —arrugando el pergamino que estaba escribiendo — ya no tenía sentido que le escribiera cartas. Ella se casaría.
— Oye Draquito — llamó Blaise — supongamos que alguien mande las cartas que le escribiste a cierta leona ¿qué pasaría?—
— Supongamos que lo mataría — contestó Draco mirándolo a los ojos — algo se traía entre manos el moreno.
— ¡Mmm que interesante suposición! — susurro Blaise.
Bueno mira la hora, ¡ya es tarde! Por cierto Draco quizás le haya mandado tus cartas a Granger, que tengas linda mañana ¡adiós! — se despidió Blaise corriendo hacia la chimenea.
— ¡¡Zabini!!!!! — gritó Draco — como loco ya estaba decidido — ¡Lo iba a matar si lo volvía a ver!
Bueno al menos el lado bueno era que las cartas no tenían remitente, ella nunca sabría que yo las escribí.
Y justo en ese instante alguien tocó la puerta, lo que era raro ya que no había nadie que se interesara por visitarme.
— ¡Joder Zabinni si eres tu otra vez considérate muer..!
