Jisung, un chico solitario de segundo grado en una escuela para hombres, sin necesidades de amigos o parejas, en su vida era suficiente con solo tener a su hermano... O eso creía hasta que desapareció por completo, gracias a eso su vida pasó de ser...
-Y-yo...-fue lo único que pudo decir al ver aquella escena en donde dos chicos -al parecer de último grado- se besaban apasionados mientras uno de ellos era acorralado en una de las paredes.
-¿T-tu que haces aquí?- preguntó el del lunar
-Vine a ducharme... -El más pequeño bajo la vista para evitar contacto visual con ellos.
-¿Que mierda, por que a esta hora?- volvió hablar el moreno.
-Yu, vamos ¿podrías calmarte?- dijo el otro chico
-¿Sabes que si este niño dice algo estamos muertos? -Exclamó con desesperación mientras lo señalaba con uno de sus dedos.
-Yo-
Jisung no término la palabra por que el chico más alto lo tomó de la camiseta.
-Tu no dirás nada o te voy romper la estúpida ca-
-¡Yugyeom!- gritó deteniendo al más alto de los tres.-este chico ni siquiera habla con nadie, el idiota eres tú, te dije que no era seguro, pedazo de imbécil. -el chico salió hecho humo mientras acomodaba su camiseta.
-Yo no diré nada. - le dijo Jisung.
-Yo... Lo siento. - dijo para salir detrás de el chico mientras gritaba un "Chan espera"
Se quedó quieto intentando procesar lo que acaba de pasar ¿no era el único gay de la escuela? ¿Por que solo lo molestan a él?
Decidió no seguir pensando en eso ya que no era de su incumbencia, así que decidió seguir en lo que estaba.
Se desnudó y comenzó a mojar su cuerpo, las gotas frías resbalaban por su espalda, lo que le había provocado un escalofrío.
Recordó aquellos días en donde no se iba solo a casa, no puedo evitar soltar lágrimas mientras sollozaba.
¿Su hermano si se suicidó?¿por que no le dijo lo que le pasaba?
No podía evitar preguntarse eso.
Término de ducharse y se colocó la ropa y se fue directo a casa en donde hoy su abuela estaría ya que aun no entraba al trabajo.
La saludo con un beso en la mejilla y conversaron por un rato mientras recordaban cosas de su infancia y lloraban cuando tocaban el tema de su hermano.
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A la mañana siguente llegó al Instituto, se le hizo raro ya que nadie lo miraba, se sentía tan bien, casi igual que antes.
-De seguro si entra al club de baile... - dijo uno de los chicos que se encontraba cerca de él. -tiene buen cuerpo además es bueno de cara. -volvió hablar el mismo chico.
Alguien nuevo.
Era lo más razonable, siguiendo con la vista baja hasta su casillero. Le alegró el hecho de que ya no se sintiera observado.
