ʀᴇɢᴀʟᴏ ᴅᴇ ʟᴏꜱ ᴅɪᴏꜱᴇꜱ (Willgan)

1: Principiantes

Todo comenzó en un ya mencionado 13 de octubre

Fargan amaba el otoño debido a las hermosas vistas aéreas que éste ambiente le podía otorgar

El castaño se había mudado debido al ajetreo estresante que siempre había en el pueblo y cada vez que salía de su casa, por lo cual decidió mudarse en mitad del bosque en el límite de lo que se podía luego de la exploración, había una cantidad límite de bloques para poder construir debido a que era una obligación mantenerse cerca del pueblo. Al llevar unas semanas viviendo en ese hermoso lugar descubrió algo asombroso; había un pequeño túnel que lo llevaba a un pequeño sector donde los árboles eran solamente árboles de castañas, árboles de avellanas y árboles de nueces, además de arbustos de moras y bayas, plantas que, con fortuna, casi todo el año estaban florecidas a si que constantemente podía ir a recolectar, aveces incluso le llevaba a sus amigos, era como un sector bendecido por los dioses para una abundante producción

Aquel día todos se encontraban en sus hogares, los que tenían pareja probablemente estaban en sus casas acurrucados ya que en ésta preciosa temporada te dan muchas ganas de estar abrigado junto a tu amado o amada, como en invierno. Algunos no tenían pareja y se quedaban solos en sus hogares compartiendo tiempo con sus mascotas

Todo el mundo se encontraba ocupados actualmente, ya sea ocupados con sus parejas, ocupados descansado (suena ridículo pero era la excusa usual de Auron), o ocupados con reformas hogareñas, como Alex, que actualmente se encontraba remodelando su hogar junto a su marido para poder tener más espacio para una pronta familia que llevaban planeando, a Fargan siempre se le hizo tierno el hecho de pensar que Staxx y Alex serían los primeros en formar una familia de todos los héroes

Pero sin desviarnos mucho del tema, Fargan se encontraba recolectando castañas y moras, por hoy no necesitaba más nueces ni avellanas. Luego de una o dos horas apreciando el lugar mientras recogía las cosas, o volando levemente para poder alcanzar los árboles, miró con satisfacción su canasta de picnic llena, utilizaba ese tipo de canastas debido a que tenía para poder cerrarlas y que no se metiera algún bicho a la canasta

A un paso tranquilo y relajado entró por el túnel que se formaba por algunos a sauces llorones, el cual le llevaba a su casa con una hermosa vista de estar oculto entre hojas anaranjadas y pequeños brillos que el sol le proporcionaba. Algo caprichoso se dedicaba a sacar de vez en cuando alguna que otra mora que, supuestamente, utilizaría para hacer una deliciosa mermelada, quizás hasta podría ir a dejarle algunos frascos a sus amigos

Luego de haber derrotado a Araxiel, Perséfone, Jasón y algún que otro enemigo que se les había cruzado por el camino, se encontraban descansando y disfrutando el esplendor de sus vidas y de la hermosura de aquel poblado y sus alrededores, tenían escasas misiones y problemas y eso les ayudaba a centrarse más en sus vidas que en salvar a la gente, Fargan se sentía feliz de ver como todos habían madurado con el pasar del tiempo, ya no eran chavales en busca de adrenalina y emoción, ahora eran adultos buscando vidas felices y estables... O en su mayoría

Una suave brisa junto a su rostro le hizo alzar la vista, que, en un principio, solo era para saber si el cielo se ocultaba y eso explicaba la ventisca, pero su mirada fue a parar directamente a una canasta que reposaba en la entrada de su casa. Se sacó su antifaz para poder abrir más rápido la puerta pero primero ver qué era lo que contenía aquella canasta, al acercarse a ella pudo notar un bebé dormido dentro de ésta, tan relajado como si no fuera consciente de su entorno

Fargan miró alrededor intentando encontrar con la mirada a alguna madre acomplejada que quizás no podía o no quería criar de aquel niño, pero no vio nada, lo que le hizo preocuparse de cuánto tiempo llevaba aquella criatura en la intemperie. Se agachó para poder ver mejor al bebé y con ello logró visualizar una nota que tenía una caligrafía envidiable y estaba tan elegante que podía asegurar que no era un simple papel, sino una tarjeta meticulosamente creada, al leerla pudo comprender todo de mejor forma