Una adolescente de 16 años (o tu edad) se adentra a una vida nueva de millones de seguidores. Lo que no sabe es que en esta aventura, se acabará enamorando de su alma gemela.
En España es una de las influencers con más seguidores internacionales.
Co...
Mark... Os preguntaréis que es de él, pues desde que volvió a USA no volvió a hablar conmigo, más bien no volvió a conectarse al mundo de Internet.
Desde hace 2 años no e vuelto a tener ni rastro de él.
Intenté hablar con Maximo y Luca pero tampoco había rastro de ellos.
Durante estos años me e intentado meter en la cabeza que Mark estará con su "nueva" novia, o que este casado.
Bueno... No creo que se case con 18 años.
De todos modos, no volví a hablar con ningún chico. Pensé que no eran nada más que una distracción para mi así que decidí concentrarme en mis estudios y en mí.
Antes de que continué con la historia, os dejo un mini resumen de lo que a pasado en la vida de T/n (tú) después de que Mark saliera de tu vida
Una semana después de que Mark de fuera, cumplí 16 años. Me esperaba que Mark por lo menos me felicitara, pero para mi sorpresa no lo hizo y ahí fue cuando no contestaba ni mis llamadas ni mis mensajes al igual que Maximo y Luca.
Ese mismo año, subí de categoría en la liga de fútbol. Estuve entrenando me duro, incluso empleé todo mi enfado en él. ¿De que enfado estas hablando? Pensaba que Mark pasaba de mi aposta, pero me equivoqué porque al parecer nadie sabía nada de él.
Mi entrenador vio lo mucho que me esforzaba y me dió la oportunidad de que unos ojeadores vinieran a verme jugar en un partido. Al parecer se sorprendieron conmigo y me ofrecieron una beca deportiva en Michigan, así podré seguir estudiando y jugando un fútbol más profesional. Así que acepté.
Y sí, vivo en Michigan, en una residencia de mi universidad.
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Presente
Abrí mis ojos al notar la luz del sol golpear contra mi cara. Me desperté y me levanté de mi cama en busca de mi ropa para irme a duchar.
Después de una cálida ducha, me vestí y aliste mi mochila, para después irme a la biblioteca, pero antes me dirigí a la cafetería, necesitaba desayunar.
El profesor nos avisó de que no vendía a primera hora, así que aproveché para estudiar algunas jugadas para el sábado. Tendríamos un partido muy importante que básicamente decidiría mi futuro en el deporte.
Y sí, mi vida literalmente gira entorno al fútbol, no os sorprendais de que tenga que aprenderme las jugadas, al fin y al cabo yo soy la capitana y es lo que debo hacer.
Cinco minutos antes de que el timbre sonara, recogí el cuaderno del que estaba leyendo, lo metí en mi mochila y me encaminé hacia el aula de teatro.
Para mi mala suerte ya estaba llegando tarde, y cuando llegué el profesor ya estaba en clase. Me paré en frente de el aula y recé por que el profesor no me regañe, de nuevo. Sin más remedio gire el pomo de la puerta y entre.
Maestro: Señorita T/a, la clase a empezado hace exactamente cinco minutos.
T/n: Lo siento maestro, no se volverá a repetir.- Dije, y noté como mis mofletes se ruborízan de verguenza.
Sin más, me senté en una mesa de las del fondo, ya que todas las de adelante estaban ocupadas.
Saqué mis libros y apunte todo lo que tenía que apuntar, también e de decir que la clase estuvo bastante divertida, ya que el profesor intentaba imitar a un adolescente con el corazón roto.
Admito que me sentí identificada y que lo sigo estando.
Al final de la clase me dirigí hacia los casilleros y me apoyé en uno de ellos, específicamente en el de Morgan, una de mis amigas desde que llegué a Michigan.
Saqué de el bolsillo de mis vaqueros mi teléfono y empezé a mirar mis mensajes. Busqué en el fondo de mis contactos y me encontré como no, con Mark.
Entré en la conversación y vi todos esos mensajes de desesperación de mi parte.
Noté como una lágrima se escapaba de mis ojos y se deslizaba en mis mejillas.
Sé que aún siento algo por Mark, eso no lo puedo negar, pero la forma en que no volvió a hablar conmigo, rompió mi corazón en pedacitos y se sintió como eran arrojados a un río.
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