Prologo: Libertad

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En las afueras de una casa roja de dos pisos se encontraba una pequeña de dos años, esta pequeña no era como el resto de infantes, era diferente y no de la buena manera.

En el mundo shinobi no era raro tener ciertas habilidades características de un clan y si bien a esa edad el desarrollarlos te hacía inmediatamente un prodigio, no era un suceso tan raro. El problema con esta niña es que no era feliz.

La infelicidad de un infante suele ser el no obtener un dulce o un juguete, berrinches les podríamos llamar. Su tristeza se debía a una simple cosa, su apellido, su clan. Esta infanta es perteneciente al clan Ginochi y, vamos, todos saben qué le hacen al clan Ginochi.

Al cumplir un año Ginochi Ryoko fue tomada bajo la tutela del jefe, un hombre gordo y feo que administraba el lugar. Era grotesco pero poderoso y malicioso, sus ojos parecían dos puntos llenos de rabia y maldad. Él era quién decidía que clientes eran lo suficientemente adinerados para pasar unas horas con alguna Ginochi.

Os explicaré como funciona.

Primero el cliente o la clienta debe contactarse con alguno de los enviados del jefe, luego este los citaría para tratar la confidencialidad del servicio y, cuando el jefe estuviese satisfecho pediría el 70% de adelantado para dejarlo acostarse con algún Ginochi.

Todos ellos empezaban desde los dos años a trabajar, a los más pequeños solo los entregaban para lujuria, los tocaban y vestían de la forma que ellos quisiesen pero nunca podrían tocar sus genitales, al ser devueltos, los guardias verificaban si los tocaron o no. Si se llegase a incumplir esa regla la sentencia era la muerte del cliente y sus allegados.

Ahora, esto no era para proteger a los niños, según palabras del jefe "Si uno de ellos llegase a meter su desgracia en alguno de los mocosos, se rompería y ya no sería útil, eso es una perdida"

Ya que están en contexto sigamos con Ryoko.

Ryoko no era una Ginochi pura, en realidad ella era hija de un cliente adinerado que solía frecuentar esos lugares siendo la madre de Ryoko, Eri, su preferida. Al inicio el jefe tenía todas las intenciones de que su madre abortase puesto que solo servían Ginochi's puros (padres del mismo clan) pero al ser este alguien de renombre y suplicar por la vida del bebe, los dejo.

Este hombre, Iwao, se enamoró de Eri pero esta última cortó todo contacto con el cuando, después de suplicarle por ayuda, el se negase. Considerando que no la amaba lo suficiente Eri lo echo y le dijo al jefe que Iwao había roto las reglas por lo que este no podría volver así que, con el corazón destrozado, Iwao se fue, pero siguió respondiendo por la niña fruto de su amor.

Se podría decir que la familia de Ryoko era acomodada comparadas con el resto pero esto era mentira, con el dinero que mandaba su padre Eri le compraba cosas a todo el clan. No les alcanzaba para que los niños tuviesen juguetes propios, pero si para comprar ropa que los abrigase en invierno y comida que urgentemente necesitaban.

La vida de Ginochi Ryoko solo era desgracias hasta que, el día de su cumpleaños numero cuatro su madre le dio el mejor de los regalos, iba a tener una hermanita o un hermanito.

Eri se había enamorado de otro Ginochi un año después de la partida de Iwao, este hombre era bueno y comprendía lo que pasaba Eri porque el también era una victima. Hisao se llamaba y no pasó mucho tiempo para que Ryoko lo llamase papá.

Durante ocho meses Ryoko pudo experimentar levemente lo que era la felicidad, pero, cuando el bebé nació y la miro con ojitos resplandecientes ella supo qué era ser feliz.

Fue ella quien le puso el nombre a su hermanita, la llamó Leiko, no sabía lo que significaba pero era el nombre del único libro que había leído y que atesoraba en su alcoba, Iwao se lo había regalado a escondidas del jefe causando regocijo en la pequeña. Pensó que, al igual que el libro, su hermanita la llenaría de regocijo.

Ginochi: El clan maldito [Naruto Fanfic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora