Piyo-tama |AkaFuri|

AkaPiyo.

—¡Rojo! — Escuchó. — ¡Tus plumas son rojas!

Luego de un largo sueño, lo primero que escucha es la voz de un niño, dulce, tierna y suave. Le gusta, se parece a la voz que ha estado escuchando cantando por un tiempo mientras duerme dentro del cascarón de su huevo.

Al abrir finalmente sus ojos, la conexión es casi instantánea.

Este niño es su alma gemela, no hay duda de ello.

Debería sentirse decepcionado cuando vea al niño, porque "él" merece nada menos que la excelencia, pero algo que está más allá de su entendimiento dice que este niño de apariencia simple es la persona que lo complementa en todos los aspectos.

Y puede, sin ninguna duda, decir que esa es la verdad, solo basta mirar su sonrisa para saberlo, es dulce y suave, es tan cálida, se siente como si pudieras abrazar el sol sin quemarse.

—¡Eres tan lindo! ¡Y tus plumas son tan pequeñas y rojas! ¡Me gustan!

No es lo que esperaba, pero es todo lo que necesita.

Un gran trozo de cáscara fue retirado, el niño seguramente es impaciente, porque estaba tomándose su tiempo para romper por completo el cascarón y salir, pequeñas manos lo trataron con tal delicadeza, al limpiarlo con excesivo cuidado, como si se tratara de fina porcelana que se romperá con el mínimo descuido.

Él no es frágil pero le gusta la manera en que el niño lo trata.

Flexiono finalmente despues de ser limpiado, una de sus pequeñas alas y por primera vez desde que adquirió conciencia fue capaz de ver el color de sus plumas.

Rojo.

Sus plumas eran de un brillante y saludable color rojo, le gustó solo porque al niño también le gustó.

Y se sintió orgulloso, contento y satisfecho. Entonces extendió sus dos alas e inflo su pecho, haciendo que todo su cuerpo se viera un poco más grande de lo que en realidad es.

Escuchó al niño reír.

Se giró para poder ver mejor al niño, sin embargo, sus pequeñas patas aún no eran estables, así que su cuerpo cayó sobre la suave tela, aleteo y lanzó varios "Pio, pio, pio" antes de darse cuenta de que no había dolor.

—Está bien, tomate tu tiempo, acabas de nacer. — Si cualquier otra persona le hablara de esa manera, sería intolerable; porque en su esencia está grabada la palabra "Absoluto" entonces ¿cómo podría detenerlo algo tan trivial como eso? Caminar, correr, incluso con patas débiles, debe hacerlo bien, porque eso es lo que se espera de él.

Sin embargo, cuando el niño lo dice, puede captar la preocupación en su voz, y no desea que nada preocupe a su niño, mucho menos algo que tenga que ver con él.

Así que se tomara su tiempo, decide cuando el niño acarició con suavidad su pequeño pico y es recompensado con un beso en su cabeza.

Pase lo que pase no dejará que nadie lo aparte de su lado, es, despues de todo su alma gemela.

En este mundo los Piyo-tama son la proyección de tu alma gemela, es el lazo que los une durante toda una vida, un Piyo-tama con la esencia de tu alma gemela nacerá y se unirá a ti, mientras otro con tu propia esencia nacerá y se unirá a tu alma gemela y si tienen suerte, algún día se reuniran y todo se sentira bien, correcto, completo.

Había todo tipo de Piyo-tama, así como todo tipo de personas en el mundo, algunos tranquilos, los había inquietos, serios o juguetones, dormilones, incluso había a quienes les gustaba comer aun si no lo necesitaban, porque todo la energía que consumían era proporcionada por el cuerpo en donde se formó su huevo, es decir en su yo humano.