AkaPiyo & FuriPiyo Extra

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"Pío (¡Porque hiciste eso!), pío (¡Atacar a Akashi-san de esa manera!), pío (¡Estás lastimado por hacer cosas estúpidas!)" el pequeño FuriPiyo regaño a AkaPiyo, el polluelo cerró sus ojos e hizo un sonido realmente adorable parecido a un "hump", seguido de un pequeño suspiro.

Pero el ataque de AkaPiyo fue realmente un poco... muy feroz, e inadvertido, al menos para él, que segundos atrás había cubierto sus ojos con sus pequeñas alas esponjosas, avergonzado por el beso de Akashi y Furihata. Fue en un solo segundo que paso de la pena al pánico.

AkaPiyo escucho los reproches de FuriPiyo y lo lamentó por un segundo al mirar el par de vendajes que cubrieron las áreas que se lastimaron, porque aparentemente el bastardo de Akashi todavía no le devolvía las tijeras a Midorima o el bastardo había comprado unas, no lo sabe.

Lo que sí sabe es que debería conseguir una de esas rápidamente y tomar venganza por esto, entonces el lamento se convierte en anhelo.

¡Sus plumas! ¡Las plumas que su Kouki ama, cuida y adora! No es por vanidad u orgullo que AkaPiyo cuide y proteja cada una de sus suaves y rojas plumas, él ni siquiera las consideraría tan valiosas sino fuera porque a su Kouki le gustan, mucho.

Es decir, realmente le gustan mucho.

¡Pero mira ahora! Todos esos cortes mal hechos (seguramente a propósito) que más que dolor físico, le provocaron un dolor emocional.

Si hubiera sido su Kouki tomando cada una para hacer una almohada con sus plumas, AkaPiyo felizmente las arrancaría por él una por una.

Casi quiere llorar.

"Pío (¿AkaPiyo, estas bien?), pío? (¿Todavía te duele?)" FuriPiyo colocó una de sus pequeñas alas sobre el vendaje que Kouki hizo para él, porque obviamente fue el primero en recibir todas las atenciones necesarias de parte de su Kouki, después de ser regañado claro. Sin embargo, se llevó la victoria cuando Kouki lo tomó entre sus brazos, besó su cabeza y rápidamente corrió para encontrar el botiquín de primeros auxilios, y si no hubiera estado ocupado fingiendo dolor, podría haber mirado un poco la molesta mirada de un Akashi Seijuro herido e ignorado por el bien de un AkaPiyo.

Y para terminar esta victoria, FuriPiyo se quedó a su lado en su nido, al principio molesto, pero preocupado ahora, acurrucado junto a él para mantenerse cálidos, AkaPiyo extendió su ala izquierda y la posó sobre el pequeño de esponjosas plumas color chocolate.

Si Kouki estuviera aquí y no el piso de abajo tratando las heridas de Akashi, AkaPiyo sería el más feliz.

AkaPiyo sabe que es estúpido, porque al final, tanto él como Akashi Seijuro son una misma alma, que ama incondicionalmente a su alma gemela, en este caso a Furihata Kouki.

Furihata Kouki con quien ha pasado los últimos seis años cuidándolo y protegiéndolo, amando todas y cada una de sus fortalezas y debilidades. Sintiéndose feliz cuando las personas reconocen las mismas fortalezas que el adora, pero al mismo tiempo siendo extremadamente celoso cuando eso ocurre.

Es contradictorio, y AkaPiyo lo sabe: que está en su naturaleza posesiva no querer compartir y está seguro que es lo mismo para el humano Akashi Seijuro.

Bien...

Esto será un desastre.

AkaPiyo, mira el reloj en la mesa de Kouki y han pasado cerca de 10 minutos desde que Kouki y Akashi están solos.

— Prométeme que te quedaras aquí mientras atiendo las heridas de Akashi-san.

Piensa que es tiempo suficiente para curar algunas heridas pequeñas, es tiempo de bajar o Akashi podría volver a tomar libertades que no le corresponden y ensuciar a su Kouki, su Kouki que ha visto crecer por seis años.

Para AkaPiyo, Kouki será su precioso y puro niño, aun cuando tenga cuarenta.

Dispuesto a pararse y bajar, AkaPiyo siente un pequeño golpe en su costado derecho; es FuriPiyo que se ha quedado dormido.

Mirando entre la puerta entreabierta y al pequeño y suave FuriPiyo, AkaPiyo, no sabe qué hacer... ¿Debería despertar a FuriPiyo?

30 minutos después AkaPiyo  aún no sabe qué hacer.



FuriPiyo no cree que pueda seguir fingiendo dormir como Akashi le pidió, porque quiere derretirse de amor cada vez que AkaPiyo parece que ha tomado una decisión e intenta moverse para bajar al primer piso, pero enseguida cambia de opinión y se queda inmóvil de nuevo, echando un vistazo rápido para verificar que no lo ha despertado, lanzando un suspiro de alivio cuando lo ve aun con los ojos cerrados y respirando suavemente. 


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Piyo-tama |AkaFuri|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora