𝑶𝒏𝒆

1.6K 233 32
                                    

¿Desde cuándo salir a la calle se había vuelto tan deprimente?, ver a la gente sola, perdida en un punto inespecífico se había vuelto una costumbre, escuchar en cualquier medio acerca de suicidios era lo normal en un día cualquiera, a pesar de que técnicamente no estaba prohibido tener amistades, prácticamente nadie las tenía, la gente prefería quedarse sola y no arriesgarse a terminar enamorados de alguien... Mucha gente se arriesgaba a hacerlo, diciendo que preferían morir por amor, a morir solos, pero aún así el miedo siempre estaba presente.

Había gente que podía vivir así, sin ningún tipo de interacción con nadie, que incluso preferían esto, este no era para nada el caso de Samuel mejor conocido como Vegetta, un joven universitario, estudiante de comunicación; al igual que la mayoría de su generación, no conocía lo qué es el amor, palabra que prácticamente fue quitada del diccionario, siendo él parte de la última generación permitida por el gobierno, después del año en que nació, 2000, tener hijos se volvió ilegal, siendo en el 2005 cuando el bonito sentimiento conocido como amor, siguió sus pasos, obligando a todas las personas a usar un accesorio de su preferencia que prácticamente te tenía vigilado 24/7, a ti y al ritmo de tu corazón, además de las reacciones químicas en tu cerebro que desataban este sentimiento, esto sólo provocó que algo tan bonito se convirtiera en el miedo de muchas personas.

El joven pelinegro de ojos color morado extravagante, era algo diferente, el intentaba entablar conversación con cualquier persona, ser amable aunque fuera un desconocido, obviamente la mayoría de la gente lo veía raro y simplemente se alejaba, esto provocaba que el pelimorado poco a poco fuera perdiendo el interés en ser así, bueno todo esto hasta que conoció a Luzu, su actual mejor amigo, recuerda a la perfección que en su primer día en la Facultad de Comunicación, el no estaba dispuesto a hablar con nadie, aunque cuando vio a un chico castaño prácticamente caer de cara, no dudó ni 2 segundos en ir a ayudarlo, pensó que tal vez lo apartaría o algo, grande fue su sorpresa cuando este aceptó su mano, seguido de un "Gracias", desde ese momento comenzaron a platicar todos los días, volviéndose muy cercanos con el tiempo. Las miradas estaban siempre sobre ellos, pues en estos tiempos ver a dos jóvenes reír y bobear juntos era extremadamente raro, reconfortante en cierto punto pero raro, era tan grande su amistad que incluso cuando el de ojos chocolate le propuso al contrario la idea de vivir juntos, no se lo pensó dos veces para aceptar su propuesta.

En estos momentos el de ojos color morado se encontraba tan tranquilamente viendo una película de amor, filmes los cuales se habían quemado "todos", conseguir uno era prácticamente imposible, pero bueno el joven de hebras negras tenía ciertas influencias, su mano se encontraba sobre el collar negro pegado a su cuello, el accesorio que había decidido ocupar por el resto de su vida, muchas personas pensaron en quitárselo y ya, como si fuera tan fácil, todas esas personas terminaron muertas, el simple hecho de siquiera intentar abrir el broche, provocaba que del accesorio salieran púas con una sustancia venenosa que te mataba en segundos, sin embargo a Vegetta le gustaba jugar con el de vez en cuando, veía cada escena con una sonrisa melancólica en sus labios, el hecho de que a pesar de ser actores el sentimiento se viera tan bonito, lo hacía fantasear con experimentar el verdadero... De manera casi temblorosa se paró del sillón en el que estaba descansando, caminando hacia la pantalla, colocando levemente su mano sobre esta acariciando con suma delicadeza la imagen que mostraba al protagonista que veía con un brillo en sus ojos a la chica, lamentablemente su mejor amigo entrando prácticamente azotando la puerta, provocó que se separa extremadamente rápido de la pantalla y lo viera con ojos asesinos por el tremendo susto que le había dado.

-Vegetta: Borja!!!! Hay un timbre sabes

-Luzu: ¿Por qué tocaría el timbre de mi propia casa?

El pelinegro se lo pensó un momento, admitiendo que en efecto el castaño tenía razón, dando un último suspiro antes de tomar el control de la pantalla y apagarla.

-Vegetta: Buen punto...

-Luzu: ¿Qué hacías?

-Vegetta: Lo de siempre...

Entre ellos no había ningún secreto, se contaban absolutamente todo, justo por esa razón al más alto no le costó trabajo descifrar la respuesta y mucho menos le sorprendió, el hecho de que Vegetta fantaseara tan seguido con el amor, lo preocupaba, tenía miedo de que su mejor amigo algún día se enamorara... No quería perderlo, ante el simple pensamiento, Luzu se acercó a su amigo rodeándolo con sus brazos, sintiendo como su amigo hacia lo mismo... Era tan impredecible... Podrías morir hoy, mañana, en una semana... Por algo que era prácticamente inevitable. 

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Apr 11, 2020 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

𝙸𝙻𝙻𝙴𝙶𝙰𝙻 ᴿᵘᵇᵉᵍᵉᵗᵗᵃDonde viven las historias. Descúbrelo ahora