"EL COMIENZO"

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En el salón número 17 de la Universidad Stellar Patrick ubicada en la ciudad de Carapé es uno de los más escandalosos, los profesores se esfuerzan por ser escuchados por aquellos chicos que no superan los 20 años de edad. Otros simplemente dictan su clase con normalidad con o sin la atención de sus alumnos.
Fabián Ochinelli nunca supo si su grupo de la clase notaba su existencia (2 años de curso juntos tienen que tener algún efecto).
En su pupitre se encontraba tratando de arreglarse delicadamente uno de sus rizos castaños, su pelo ese día le trajo problemas, tan sólo no pudo caminar dos pasos seguidos que sus rizos se desarmaban con facilidad.
Su compañero que se encuentra junto a el esboza una sonrisa al ver su lucha con su propio cabello.

—Te ves ridículo con tu pelo —comentó a lo bajo rogando no ser escuchado por
el profesor.

—Siempre tan amable Juli —dijo Fabian viéndose en un pequeño espejo escondido dentro de su cartuchera. Cuándo hubo terminado se fijó en el profesor que estaba concentrado en las hojas en su escritorio. Se oían las charlas disimuladas de sus compañeros. Fabián observaba su salón esperando a que la campana indicara que podían irse.
Su salón era de color azul brillante en la parte inferior de las paredes acompañado por varios muebles de color blanco platino.

Un golpe en la puerta lo hizo volver a la realidad para obsevar como la señora Imelda Baker (subdirectora) ingresaba acompañado por un muchacho que no había visto antes.
Un muchacho alto de cabello semi largo y rubio brillante. Ojos oscuros y una sutil cortada en el labio inferior.

—Profesor Ramos disculpe que interrumpa su clase —expresó la señora Baker —pero tengo que hacerle un anuncio.
El curso enteró comenzaron a hacer bromas por lo bajo debido a la llegada de este misterioso chico. Pude observar al fondo de la clase como Angeline Brand se mostraba muy interesada ya que se enderezó en su asiento y fijó sus ojos en él.

—¡Silencio por favor— algunos chicos se mostraron interesados en saber quien era él —Hoy quiero que le den la bienvenidad a un nuevo alumno que viene de intercambio.
La clase su sumbió en risad y comentarios.

—Éramos pocos y parió la abuela —comentó Ulises Parker un chico bromista un año mayor que Fabián.
El chico lo miró fríamente que parecía que pronto sacaría un arma y acabaría rápidamente con Ulises.

—¡Pocos van a ser si siguen interrumpiendo! —La clase entera se calló. La señorita Baker le entregó al profesor un par de papeles que seguro eran los datos de aquel chico.

—Puedes presentarte —le susurra la subdirectora, el chico parecía harto de aquel momento.

—Jacob —dijo finalmente — hubo un silencio en el que todos lo miraban, él miro a cada uno hasta que llegó a Fabián.  Tragó saliva y su mirada recorrió su rostro y se quedo fijo en él.

—Jacob Suskind, vengo de Dinamarca por tres meses, mis padres consideraron que aceptara este intercambio para que yo pudiera trabajar en su empresa.

—Eso es magnífico —expresó la señorita Imelda esbozando una sonrisa

—Espero que lo traten con respeto y tolerancia, después de todo eso es lo que tratamos de hacer en esta institución ¡RES-PE-TO!
Finalmente abandonó el aula y el profesor le indicó que podía sentarse donde quisiera. Se instaló en el fondo junto a Angeline quien no dejaba de sonreír junto a su grupito. Minutos después la campana rompió el poco órden que había y todos salieron despavoridos por la puerta. Fabián se despidió de Julián y salió por la puerta principal encaminando a su casa por la avenida principal.
La ruta es bastante calmada, más de lo habitual. El clima es perfecto para no quedarse en casa pues aprovecharía para poder estudiar y no atrasarse en sus materias pues le esta yendo muy bien.
A lo lejos su corazón da un brinco pues ve un grupo de persona en su misma acera que le provoca una mala sensación. La mayoría chicos parecía de mas o menos unos 10 años mayores que él, los cinco chicos y un sexto que tenía una máscara de Dalí acompañado por un capucha que lo miraron fijamente. Los nervios se apoderan de a poco del joven que camina de una manera muy tensa. Se acerca poco a poco y es cuándo decide cruzar la calle de doble vía para evitar aquel encuentro.

—¡¿Te damos miedo enano!? —oyó a uno de los integrantes que se reían a lo lejos.

—Vení, no te vamos a hacer nada— dijo una segunda voz.

—¿Te podemos seguir corazon? —Esta vez era un voz de una chica que si él la hubiera visto no hubiera sabido que era mujer.
Su corazón dió un vuelco cuándo aquel comentario se hizo realidad y los seis chicos comenzaron a caminar y reírse siguiéndolo a él. El trató de acelerar sus pasos pero no dejaban de seguirlo.

—¿Niño? ¿Quieres merca? —dijo una de las voces que le habló antes uno de ellos empezó a saltar acercándose más a el. Hasta que una mano lo hizo dar vuelta, estaba en serios problemas.

—¿Vos escuchas cuándo uno te habla? —expresó el chico con máscara de Dalí abriendo su abrigo y enseñándole una pistola que estaba sujetada por la partw interna de su abrigo.
Fabián no pudo moverse, aquellos minutos parecían horas que no cesaban.

—¿Todo bien por aquí?— dijo una voz proveniente de las espaldas de Fabián. Los seis integrantes de aquel grupo levantaron la vista al igual que Fabián giró su rostro, lo que vió lo dejo sorprendido.
Era Jacob, su nuevo compañero.

HASTA EL ÚLTIMO ALIENTO [GAY]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora