hablo de él

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Uso de pretexto la madrugada cuando me cae el peso de su belleza para hablar de él, de ese ser fornido y de facciones tan generosas, de piel canela llena de suavidad; aquel individuo de mirada penetrante y de pensamiento extraordinario que llena al mundo cuando esta vacío; de él, de corazón herido pero valiente que lucha contra mi oscuridad tan sólo con su sonrisa deslumbrante; de ese hombre que guarda secretos en sus ojeras las mismas que a su vez se cubren con un pequeño roce de sus pestañas cuando parpadea o cierra sus lindos ojos.
Él que tiene todas las de ganar sí se enfrenta a las maravillas que se encuentran en el mundo porque después de tanto, y tantos, me enseño que la perfección se encuentra en los lunares que adornan su nariz o en el sonido de su voz gruesa e intimidante. Es tan inefable que ni utilizando todas las palabras bonitas del castellano llegaré a esa definición de lo que él emana y corriendo el riesgo de que por más que lo intente se convertirá en la debilidad de la que tanto me cuidaba, cayendo perdidamente en las manchas que sobre saltan en su fuerte espalda y es tan sólo su nombre  un alba en un día nublado, es aquel chico con cabello lacio y alborotado al que con tan sólo cinco minutos de conversación podrías soltarle la historia de tu vida si lo pidiera; tan mágico es porque por más que lo intento no puedo explicarlo, por más que lucho en darle sentido a su poesía me deja boquiabierta y es donde mi curiosidad aumenta al querer descifrar los misterios de sus manos, perdiendome profundamente en el laberinto de sus expresiones, brindandome una hambre extrema por saber lo que oculta y terminar aplaudiendo al espectáculo tan precioso que da su imagen en conjunto porque él más que una canción, es música que me hace bailar , soñar, reír, amar, pero sobre todas las cosas hace de sus letras un arte; él que convierte su cuerpo en paisaje, carretera, bosque, océano y montaña, conviertiendome en una viajera que con tal de escuchar su risa le entregaría las alas sin importar caer al abismo; de él que muestra risa a la vida después del desamor, que muestra audacia frente al mundo y que no teme de sí porque lleva tantas guerras que una batalla más lo tiene sin cuidado; por eso es inevitable no amarlo y ahí es dónde se origina un problema porque quiere hechos, no palabras; busca sumas, no restas; quiere respuestas, no más preguntas. Y suena tan perfecto, ¿no?, lo es porque cada vez que mis ojos lo miran me enseña el universo más brillante y celestial mostrando una calidez cierta, robándoce el respirar de quien tiene cerca, provocando una catarsis en la otra aliviandola y haciendola olvidar de todo lo malo, esa es su manía, roba tu corazón e ilusamente es imposible dejar de adorar su persona, sus encantos, sus heridas, sus experiencias; no pierdes el anhelo de su cariño con la ilusión de niña en el 11:11, esperando respuesta o dándole muy largo plazo al olvido.
Lo váis a conocer y basta un día para que no quieras dejar de mirarlo aunque lo conozcas de la nada te impactará porque es tan incomparable desde el día que surgió de nuevo de entre la soledad, brotando de nuevo esquivando las espinas que le pone la vida y su su audacia te dejara muda, congelada, hipnotizada queriendo tonamar S manos y bailar, bailar por el resto de sus días al song de un melinfluo con amor de promedio, y tan sólo por ser él te dan ganas de darle las estrellas a manos llenas, aunque increíblemente ya las tiene es sus ojos.

"Escritos de una demente" Donde viven las historias. Descúbrelo ahora