A la hora de la noche, con el viento chocando en los cristales y las aves sin saber cuando cantar, ya que la vida se ha parado. Pensando en lo que vivo y siento a cada rato, en las palpitaciones de mis latidos, que bombean mi sangre a medida que mi piel se eriza, por la calor que recorre mi cuerpo mezclándose con el frío de mis pies.
Y aún así, siendo una noche helada, de esas que solo unas canciones tristes llenan el fondo de esta habitación vacía, siento las emociones en mi pecho, descubiertas de nuevo con solo pensar en lo que estoy viviendo, y el hecho de no poder verte de nuevo, ni a ti ni a los que quiero...
Ya ni el sol roza mi piel, ni el frío quema... podría volverme loca, subirme por las paredes por este confinamiento vivido. Pero en vez de eso, me tumbo en mi cuarto, mirando este techo blanco como si estuviera en mi lecho, con un pijama que llevo más de 5 días puesto.
Y me llaman, me llaman miles de emociones y sentimientos restringidos, me llama el odio hacia los que ignoran mis mensajes recibidos, me llama el amor hacia uno mismo y me llama el deseo de tenerte cerca, que al mismo tiempo me distancia por no volver a sentir como antes...
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Una historia a medias
Short StoryCon las emociones y vivencias de una adolescencia alocada, en la que en cada página te sumerges en mis aguas y conoces un pedacito de mi alma... Porque es cada página hay un vivir y un sentir. Creados y vividos por mis emociones y sentimientos. Esos...