Todo seguia igual. La música alta retumbaba por toda la casa. Mis padres acababan de salir a dar un largo paseo; suponía que iba a ser largo por la forma en la que mi madre lo había dicho. Mi hermana se encontraba en su habitación, supongo que haciendo los deberes porque mi madre le había dicho antes de irse que los hiciera y si necesitaba ayuda me lo consultase. Me solia llevar bien con mi familia pero no soportaba ciertas cosas de ellos.
Mi madre era bastante guapa; Pelo castaño, Ojos verdes rojizos, Labios bastante grandes y una pequeña nariz. Toda mi familia tenía unas largas y preciosas pestañas. Yo me parecía bastante a ella pero el pelo lo tenía casi rubio, en cambio mi hermana era identica a mi padre; no nos parecíamos en nada.
Poco después Daniela, mi hermana, vino a preguntarme sobre los deveres.
-Hannah, ¿me puedes ayudar con los deberes?- Dijo Daniela.
-Pues claro peque.- Dije refiriendome a la diferencia de edad que había entre nosotras. Mi hermana tenía 6 años y yo ya tenía 17. La ayude con aquellos deberes que tan poco le gustaban y se fué a jugar con una amiga al jardín. Aproveche que no había nadie en la casa para meterme al baño y darme una buena ducha para salir aquella noche de viernes.
Aun era pronto, pero me iría a dar una vuelta antes. Abrí aquel armario enorme de mi habitación lleno de ropa. Tenía demasiada ropa para cavilar sobre que me pondría aquella noche asi que saque varias prendas que más me gustaban y me decidí por aquel vestido rojo de tirantes y volantes, de encaje ajustado que tanto me gustaba. Aquel era mi preferido desde hacía muchísimo tiempo.
Entre al baño de mi cuarto dejando la ropa encima de la pila. Me desnudé y seguidamente me metí a la ducha dejando que el agua callese sobre mí. Aquella sensación me relajaba a más no poder sintiendo como que flotaba sobre el agua. Poco después salí de la ducha ya que me había olvidado que tenía prisa. Me vestí con aquel vestido precioso, me sequé el pelo y me lo alise con las planchas para que no se me rizara. Llevaba el pelo bastante largo, me llegaba casi asta la cintura. Me puse los zapatos negros de tacón pequeño; No me hacía mucha falta ya que yo era bastante alta, pero me gustaba llevar tacones. Me maquillé antes de salir, realzandome aquellos ojos preciosos que tenía; aquello era lo que mas ne gustaba de mi, mis ojos azules, realmente azules a los que todos tenían envidia.
Salí de mi casa y directamente fui a buscar a Daniela para darle las llaves de la casa y que supiera que me iba.
-Daniela, toma las llaves y dile a mama que está noche me voy a la discoteca.- Dije dandole un beso en la frente.
-Joo,¿porque tu puedes irte y yo no?- Dijo refunfuñando.
-Sabes que no puedes enana.- Sonrei al ver su carita enfadada.-Además tienes que tener 16 años como mínimo para poder entrar y tu solo tienes 6.- Le expliqué con tranquilidad.-Adios pequeña, pasatelo bien. Me despedí.
-Adios tata.- Me dijo.
todavía recordaba cuando nació y la vi por primera vez, al principio me dio miedo porque yo era pequeña pero luego me alegre mucho al ver que era tan bonita y pequeña... Aun recuerdo sus dulces manitas y su piel suavísima...En fin.. seguí mi camino hacía la casa de Maria; era mi mejor amiga desde parvulitos, todo este tiempo juntas había echo que nuestra relación se fortaleciera más aun asta llegar al punto en que todo no lo contabamos y confiabamos muchísimo la una en la otra. Ella era muy buena y simpática y siempre me había respetado a mí y a mis decisiones.
Ella tenía novio, se llamaba Manuel pero le llamaban Manu. Yo en cambio no tenía y todos me parecian unos completos idiotas y machistas. Manu era realmente atractivo, pero claro el no lo era más que mi amiga, ella si que era guapísima y era normal que todos fueran detrás de ella, aunque ella no es de la las que se acuestan con todos.
Cuando llegué a su casa le toqué su timbre y una voz masculina abrió la puerta. Sabia perfectamente quien era.
Subi y abrí la puerta entornada entrando hacia el moderno salón de su casa. Allí sentados estaban Maria y Manu mirando hacia donde yo me encontraba.
-¿Nos vamos?- Nos preguntó Maria a Manu y a mi.- Manu y Alex tambien vendrán Hannah.- Dijo aun sabiendo lo mal que yo me llevaba con Alex; el era de esos tios rastreros que solo quieren a las chicas para tirarselas y tratarlas como si fueran basura, y auque fuera el mas guapo del mundo no iría con el a ninguna parte. El siempre tonteaba conmigo pero yo sabia perfectamente sus intenciones y no caería en su juego.
Nos dirigimos hacia la discoteca de al lado de la casa de Maria. Al pasar por la puerta le entregamos el DNI al portero de allí y poco después pudimos entrar y volvernos locos bailando y bebiendo. Yo no era de las que bebian mucho pero hoy me había tomado varias copas demás.
Alex se acercó a mi mirandome fijamente.
-Hola guapa.- Dijo intentandome besar en la mejilla, pero antes me di la vuelta y lo ignoré.-¿Que pasa no me piensas ni siquiera saludar?- Dijo frunciendo el ceño.
-Alex, sabes muy bien lo que pienso de ti y de todas tus chorradas.- Dije mirandole a los ojos.
-¿Que pasa ni siquiera puedo saludarte?-Dijo.
-Si puedes pero me molesta como lo haces.-Dije
-Lo siento, mira empecemos de cero, yo no soy como te lo he demostrado asta ahora, voy a cambiar aunque sea por ti, por tu amistad... o algo más...- Dijo ruburiborizandose un poco con las últimas palabras.
-Si me prometes que vas a cambiar, de verdad podemos ser amigos, pero si sigues como asta ahora, lo empeorarás.- Dije muy seria.
-Te lo prometo. Juro solemnemente que voy a cambiar por ti, mi princesa.- Dijo haciendose el tonto.
-No agas mas el tonto, nos mira todo el mundo.- Reí mirando hacía todos lados. Se acercó a mi oido y apartandome el pelo me dijo en susurros:
-¿Quieres bailar conmigo?- Apenas lo pude oir pero sabía claramente lo que había dicho. Reí al oir sus palabras.
-Vale.- Dije sonriendo. El me agarró de la mano y empezamos a bailar.
Toda la noche estubimos bailando los 4 y reímos mucho. La verdad esque Alex había empezado por buen camino porque esta noche me lo pasé estupendamente con él.
Ya eran las 5 de la mañana y casi estaba amaneciendo. Nos dirigimos cada uno hacia su casa con una resaca terrible, al menos yo. Estaba mareada por el alcohol, aun me duraba un poco la borrachera que había pillado pero ya casi nada.
Al llegar a mi casa abrí muy despacio para que mi madre no se enterara, normalmente solía llegar antes pero hoy me había pasado un poquito el horario. Cogí la puerta y suavemente la cerré. Logré no hacer ruido pero poco después, llendo de puntillas para no hacer ruido, me di cuenta de que mi madre no había dormido y que estaba esperandome en la sala de estar.
-Hija, ¿Que pasa, ya ni siquiera respetas el horario que te pongo? Sabes que tienes que estar aqui como mucho a las 4 y llegas una hora y media tarte.- Dijo muy enfadada.
-Lo siento mamá, bebí un poco de más y se me pasó la hora, no volverá a ocurrir.- Fuí hacia mi habitación recostandome en la cama, tenía mucho sueño asique me quedé durmiendo enseguida.
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¿Mi lugar? Creo que está contigo...
Teen FictionHannah, es una chica de 17 años a la que le gusta mucho la música, su mejor amiga es Maria y odia por completo a Alex, un chico al que conocieron en la universidad y que pasaran muchas cosas entre ellos, no todas malas. Ella se liara mucho con lo qu...