Amores

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Una vez escuché decir que en la vida,
solo se muere una vez.
Sin embargo, existen aquellos que creen en la reencarnación.
Fui testigo también.
Del  amor en su mejor momento.
estudie escenarios distintos:

Lo veo nacer lentamente entre dos  jóvenes que se aman ciegamente, sin temores ni reproches.
se dicta ante mis ojos: cómo el típico amor genuino, ese al que no le importa el mañana.
ellos se saben correspondidos,
ellos se entregan íntegros a  la lucha de amor complementado. y viven en las nubes del amor adolescentes.

Veo también esa dicha de matrimonio a medio camino.
que triunfa lentamente entre el agobio en la persistencia de la construcción de un hogar.
Uno que brinda la importancia del amor,
cuando se acepta plenamente al otro.
con sus virtudes y defectos, con sus reparaciones a medio camino.
ese que,  sin importar la circunstancias se sostienen el uno al otro.
Antes, durante y después de la tempestad.

Al final cuando me siento completamente en la banca y dejó que mis pensamientos me cubran la mente.

Aparece ese amor dulce.
que te espera cuando ya sientes que haz vivido.
ese que te cuida, cuando ya en el hogar, al final de la travesía del matrimonio. Solo se encuentran tú y el.  Los dos sentados sobre el comedor de quizá ocho asientos. Ustedes  Ocupan solo dos, conversan sobre el día agotador, sobre la familia que sus hijos han construido y el gozo que sienten en el  corazón es inmenso,  porque todo lo que alguna vez,  en su mente en una sencilla tarde planificaste. Se cumplió. y, no existe felicidad más grande que sentarte a tomar un té con el amor de tu vida, ese compañero fiel que aún en tempestades jamás soltó tu mano.
Una vez Escuché también decir a una abuelita  que su deseo más grande seria: reencarnar en un cuerpo que le permitiese vivir ese amor, esa vida junto a él  nuevamente.
Y es que opinó yo en la vida que
Los amores merecen segundas oportunidades, para vivir nuevamente el amor con la misma persona, crear un hogar y envejecer con la certeza del amor eterno que a todos nos prometen.

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