universe ; timothée chalamet

lovely december

Nota Autor:
Este tipo de capítulos serán cortos recuerdos de lo que fué su relación, no serán muy extensos aún.

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Se acercaba la navidad, una fecha importante para algunos, indiferente para otros. Ibas a pasar estas fechas conmigo, al estar rodando tu próxima película no podías volver a tu país para pasar con tu familia, y yo, recién había terminado de grabar una, pero decidí pasarla aquí, junto a ti.

Desperté en la mañana sintiendo unos brazos alrededor de mi cintura, observé la hora en el reloj, nueve con diecisiete minutos, teníamos el día libre gracias a los días festivos, no había apuros. Con cuidado de no despertarte me escabullí de tus brazos y fui al baño a hacer mi rutina matutina, al volver, seguías dormida. Decidí preparar el desayuno, debía demostrarte que podia ser mejor cocinero que tú. Preparé la masa para las crepas y panqueques, empecé a cocinarlos y a decorarlos con frutas y chocolate para poder servirlos en dos platos, junto al tan necesario café.

Fui a la habitación para despertarte, pero me encontré contigo saliendo del baño de la habitación.

—Buenos días, Timmy. — Me saludaste con tu voz aún un poco ronca. Me acerqué a ti y te di un casto beso en los labios, para luego darte uno más largo, rodeando tu cintura con mis brazos para hacerlo mas íntimo, tú rodeaste las tuyas por mi cuello. Amaba estos momentos contigo, se sentían tan nuestros.

—Buenos días, cariño.— te respondí. —¿Cómo has dormido?—

—Desearía poder dormir un poco más, ya sabes, anoche gastamos bastante energía, ¿No crees?— me respondiste con una de tus características sonrisas, la amaba.

—Vamos, el desayuno está listo.— te respondí riendo y tomando tu mano para ir al comedor.

El clima era frío, estábamos en invierno, sin embargo, teníamos calefacción, por lo que no se sentía realmente adentro.

—Huele delicioso, me muero de hambre.— dijiste.

— ¿Si? Ya deberías saberlo, soy mejor chef.— te dije mientras hacía una pose un poco rara.

— Oh vamos, ambos sabemos que esa es la mayor mentira que hayas podido decir, soy la mejor, y no lo podrás cambiar nunca.— me dijiste riendo, al mismo tiempo que llevabas una fresa a la boca. Sabía que era cierto, no podría superarte nunca, en ningún sentido.